La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) arribará este martes a la Argentina para tomar contacto con funcionarios del área económica, con quienes evaluará las condiciones para renegociar la deuda de US$ 44.000 millones que el país tiene con el organismo multilateral de crédito y que forman parte del préstamo otorgado en 2018, durante la Presidencia de Mauricio Macri.
La comitiva del Fondo estará liderada por la directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, el jefe de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu, y el representante del organismo en el país, Trevor Alleyne. El contacto con los funcionarios del Gobierno tendrá lugar dos meses después del anuncio del acuerdo con los acreedores, plasmado en el canje de deuda con legislación extranjera, al que después se le sumó el local, y con las complicaciones en el frente externo derivadas de la caída de reservas internacionales del Banco Central de la Argentina.
Los temas a analizar
Asimismo, la misión del FMI prestará especial atención al proyecto de ley de Presupuesto 2021, en el que el Gobierno prevé un déficit fiscal primario equivalente a 4,5% del PIB, inferior al que se espera para este año pero elevado de cara a la necesidad de reunir recursos para el pago de los servicios de la deuda con los acreedores privados y también con el propio FMI. En ese sentido, no se descarta que los enviados del FMI remarquen la importancia de reducir el gasto público en términos reales, más allá de las recientes declaraciones del ministro de Economía, Martín Guzmán, que sostuvo que “no hay que bajar” las erogaciones estatales. Al respecto, se estima que el año que viene, en la medida que se llegue a superar las adversidades de la pandemia y el aislamiento social, ya no será necesario incrementar el gasto para programas de urgencia.
Qué clase de préstamo
El dilema en los despachos oficiales pasa por las características del préstamo a solicitar: un standy by o uno de facilidades extendidas. En el primer caso, los requisitos no son tan rigurosos como en el segundo, pero los plazos son menores. La distinción no es menor, si se tiene en cuenta que tradicionalmente el FMI exige una disciplina fiscal y monetaria que se contrapone a los niveles vigentes de déficit primario y de emisión de pesos.
