Cuando la mayoría de los comerciantes están pasando por dificultades económicas que pueden desembocar en quiebras inminentes, la clase política se enriquece en tiempo de vacas flacas. La cuarentena eterna a causa de la pandemia mundial de coronavirus sumió a la población en la pauperización económica. Al punto de que Rentas sacó una moratoria para los que adeudan diversos tributos provinciales se pongan al día.
Mientras esto sucede con los ciudadanos de a pie, otros parecen tener coronita una vez más. Porque todos somos iguales ante la ley, pero hay algunos que son más iguales que otros al parecer. Ese es el caso de la ministra de Gobierno y Justicia, Carolina Vargas Aignasse, cuyas empresas propias figuran a nombre de su pareja, Martín Salas. Algunas de estas empresas son Servicios Postales Privados SA, Panini SA, Crear Construcciones y Mantenimiento SA.
Esto fue posible por medio de la Resolución General N° 90/2019 emitido por Rentas. La directora general del organismo resolvió que las compañías de la funcionaria fueran incorporadas a la nómina de sujetos “Excluidos de Percepciones y Retenciones”. Este documento lleva la firma de Graciela de los Ángeles Acosta. De esta forma, dejaron excluidas a las compañías de Carolina Vargas Aignasse mientras se desempeña como ministra.
Cabe recalcar que estas empresas tienen en su directorio a un integrante particular, se trata de la pareja de la funcionaria provincial. Esto implica que las compañías pertenecen a Carolina Vargas Aignasse por una razón tan simple como antigua. Ella y Martín Salas forman una sociedad conyugal y Rentas los deja excluido de percepciones. Esto significa que cuando estas compañías realizan compras y de insumos no les retienen como corresponde.
No obstante, el resto de los ciudadanos no cuentan con la misma suerte y esto se debe a que una empresa en la que gastemos dinero para adquirir algún producto retiene el ingreso bruto que luego se descarga de la facturación. La trampa pasa por el hecho de que, al no tener retenciones, es imposible tener conocimiento real de las compras que puede hacer.
Cabe recordar que las retenciones que hace Rentas le permite llevar al Estado un determinado control hacia las empresas para impedir compras y ventas no registradas, es decir, en negro. De esta forma, están obligadas a tributar como corresponde. Pero Carolina Vargas Aignasse no deja registro de lo que compra justamente por esta razón. Y entonces presentan determinada facturación en las ventas y Rentas cobra la percepción de ingresos brutos que figura en la factura.
La cual, tranquilamente puede implicar una subfacturación de lo que declara el matrimonio. El punto es que la población tucumana desconoce por completo de qué montos se trata porque Rentas los excluye a estas empresas de las percepciones y retenciones. Esto permite la posibilidad de no declarar fehacientemente ni lo que se compra ni lo que se vende.
Mientras que el resto de las personas lidian con una carga impositiva de las más alta del mundo y debe tener todo en blanco. A Carolina Vargas Aignasse se la salva porque la ministra desempeña un cargo público y tiene privilegios impositivos que nadie más posee si no está ligado al poder político. El agravante de esta situación, es que tanto Panini SA como Servicios Postales SA, son proveedores del Estado. Y eso es ilegal debido a que pertenecen a la ministra y no cuenta que figure su pareja porque, como ya se explicó, ambos conforman una sociedad conyugal. De esta forma, el resto de la sociedad se hunde en las consecuencias económicas que genera la pandemia, mientras que Carolina Vargas Aignasse y la clase política se enriquecen a costa de las excepciones que les brinda el Estado.
Carolina Vargas Aignasse tiene coronita en Rentas. by Tucumán Despierta on Scribd
