Luego de que el pasado sábado trascendiera la información que daba cuenta acerca de que fue rechazada por parte de la Justicia el pedido de nulidad presentado por el intendente de Banda del Río Salí, Darío Monteros, continúan las repercusiones. Y es que, de esta manera, el mandatario municipal quedó imputado al mismo tiempo que indagado de acuerdo al fallo del Juzgado Federal Nº 1 de Tucumán.
Ahora bien, ¿Qué es lo que se le imputa? Pues, nada menos que el grave delito de contaminación ambiental en perjuicio de la cuenca interjurisdiccional Salí-Dulce. En otras palabras, el intendente de la Banda del Río Salí se encuentra acusado de permitir la existencia de dos vaciaderos clandestinos de basura de grandes dimensiones ubicados al margen y en parte del cauce del río Salí, en los que se depositan residuos contaminantes.
En ese marco, en el fallo dado a conocer se deja en claro que “la presente causa se inicia con la denuncia mediante la cual se pone en conocimiento sobre la presunta contaminación ambiental generada por vaciaderos clandestinos de basura, ubicados en el Municipio de Banda del Rio Salí, en las márgenes del Rio Salí, desde el puente Ingeniero Oscar Barros hasta el puente Lucas Córdoba y en las inmediaciones del puente de San Andrés en Banda del Rio Salí, Tucumán”.
Las muestras tomadas por fuerzas de seguridad nacionales, Gendarmería y Policía Federal, demostraron contaminación del curso de agua con materiales pesados, por encima de los niveles permitidos. En ese sentido, quedó claro para la Justicia que Darío Monteros como intendente de esa ciudad, no podía desconocer la naturaleza de los residuos que se depositan en esos basurales.
Es por ello que su planteo fue rechazado, luego de que su defensa planteara la nulidad de lo actuado por las fuerzas nacionales al momento de tomar las muestras. Y es que el insólito argumento planteado no se trata más que de una hipocresía de parte de Darío Monteros en tanto y en cuanto, si bien es cierto que la denuncia data del 2011, lo cierto es que las actuaciones continúan hasta el presente.
Fue así que, en el 2019, se realizaron tomas de muestras en la zona donde están ubicados estos dos basurales clandestinos, es decir, ya durante la gestión de Darío Monteros frente al Municipio. En definitiva, dato mata relato y, está claro que el intendente de Banda del Río Salí sería responsable de tamaña contaminación. Y la Justicia así lo entendió y es por ello que sacó a la luz el fallo durante el fin de semana.
Contaminación Ambiental: Da… by Tucumán Despierta
En el mismo, se plasma que, además de constatar la presencia de residuos domiciliarios, animales muertos, bolsas de color rojo similares a las de residuos patológicos y la quema de basura, sin ningún tipo de control, los peritos extrajeron muestras de agua que fueron enviadas al Laboratorio de la Justicia de Salta. En esa línea, las muestras líquidas mostraron valores de concentración de, nada menos, que de metales.
Entre ellos, se encuentran el plomo, el cromo y el manganeso que exceden los niveles admitidos “para la calidad de agua para protección de vida acuática, según la normativa legal y vigente”, concluyeron los estudios. El Río Dulce nace con el nombre de Grande en el sur de Salta. Una vez que ingresa en Tucumán es conocido con el nombre de Salí, cruza prácticamente casi toda la provincia y desemboca en el lago de Las Termas de Río Hondo.
¿Cómo puede desconocer Darío Montero que, por ejemplo, debido al incremento de la actividad azucarera, el principal contaminante es la vinaza? Este desecho se genera en la producción de etanol a través de la fermentación de la caña de azúcar. Debido a que se vierte en la cuenca, durante la última década ha causado la contaminación del agua y producido la muerte masiva de peces. ¿Necesita que le refresquen la memoria el intendente?
Darío Monteros es o se hace, ya que no solo la actividad azucarera ha deteriorado al Salí-Dulce. Los desechos mineros (generados principalmente por la Mina La Alumbrera, propiedad de la compañía suiza Glencore, la cuarta minera más grande del mundo), los basurales a cielo abierto, los líquidos cloacales sin tratar y los agroquímicos también son responsables de la delicada situación actual de la cuenca.
Las consecuencias de esta realidad que dice desconocer el intendente Monteros y sobre la que no se hace cargo, es tan grave que hace poco más de una década, en noviembre del 2011, se produjo la mayor catástrofe ambiental en Santiago del Estero, luego de que murieran cuatro toneladas de peces en el embalse de Río Hondo. Tal es la consecuencia de que el intendente jamás cortara el proceso de contaminación que afecta a los ríos de la región.
Como si esto fuera poco, producto de esta grave situación, las personas que viven en las zonas aledañas, sufren frecuentemente enfermedades gastrointestinales e infecciones, derivadas de la excesiva contaminación del agua en la zona. Para que Darío Monteros no se siga haciendo el desentendido, el 25 de febrero del 2017, luego de una de las tormentas de verano más terribles que se recuerde, se puso en evidencia el alto nivel de contaminación del río Salí.
Las fotos de por entonces acerca del curso de agua plagado de basura de toda índole, arrastrada por la fuerte corriente, encendieron la alarma sobre la necesidad de abrir el debate sobre una problemática por la cual la Provincia fue denunciada en reiteradas oportunidades ante la Justicia Federal. Pero ya desde el 2011 que data la denuncia que quiso esconder bajo la alfombra el intendente de la Banda del Río Salí.
Hace 5 años, Merry Anastasio, representante legal de la Fundación Mujeres de la Patria Grande, organización que gestionó la implementación de una cocina comunitaria en La Costanera, a través del Ministerio de Desarrollo Social, manifestó que “son muchas las empresas que contaminan, seguramente más de 20. Nadie lo desconoce, pero tampoco nadie hace nada, ni siquiera las municipalidades”.
Y ese es el punto en el que hizo hincapié la Justicia, mal que le pese a Monteros, por lo que el estado procesal del intendente se conocerá en los próximos días. Quiso lavar sus culpas en lugar de aceptar la responsabilidad de su inacción. Pues tendrá que lavarlas mejor, porque el daño al medio ambiente es tan grande que la contaminación es tan visible para todos menos para Monteros, que ve todo como su conciencia: limpia, aunque esté podrida.
