La liberación de precios y la fuerte inflación dieron un golpe de realidad a la actividad económica. La industria farmacéutica no fue la excepción y un caso que alarmó fue el de Fabio Murillo, quien puso en dudas el futuro de su negocio al ser entrevistado por “Buen día” de LG Play.
Para el farmacéutico, esta crisis es la peor desde que tiene uso de razón. Murillo contrastó esta situación con el estallido de 2001 y diferenció: “En nuestra última gran crisis la gente compraba lo que consideraba indispensable; ahora no hay plata y no pueden comprar ni con la cobertura de las obras sociales”. “Es triste; esto es salud, es lo primordial”, agregó.
Acerca de la volatilidad de los precios, el empresario detalló que los valores se actualizan cada 15 días (antes sucedía pasando un mes). Entre los productos que incrementaron sus costos de manera más violenta, el comerciante de fármacos enumeró a los antibióticos en primer lugar y continuó con los repelentes, los cuales elevaron su valía como consecuencia de la gran demanda en esta época del año. “En dos meses aumentaron más de un 100%. Perdimos la noción de los precios”, expresó.
El dueño de la farmacia puso en dudas el futuro de su comercio y alertó sobre la situación de los negocios más pequeños del rubro. “Las farmacias chicas vamos a desaparecer. Las grandes empresas de nuestra área tienen todos los medicamentos y trabajan con todas las obras sociales; nosotros no”, lamentó.
Según el farmacéutico, el bajo consumo no se limitó solamente a medicamentos, sino que este efecto de contracción de ventas se dispersó a otros artículos que solían gozar de fluidez comercial como la perfumería. “Una colonia arranca con una cifra cercana de 9.000; pero la gente prefiere comer”, sentenció.
En enero, dentro de un aumento generalizado del 13,6% que sufrió la canasta de medicamentos, los 10 remedios más consumidos por los adultos mayores acusaron una suba promedio del 31%. La inflación de enero fue de 20,6%.
