En un duro discurso, el presidente Alberto Fernández criticó los bloqueos contra Cuba y Venezuela, exigió la renuncia de Luis Almagro de la Organización de Estados Americanos (OEA) y propuso que los países anfitriones no puedan imponer un “derecho de admisión”, como ocurrió hizo Estados Unidos en esta oportunidad con los regímenes de Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua).
En su discurso, que se entendió durante ocho minutos, el jefe del Estado, que habló como presidente pro tempore de la Celac, describió a América Latina como la región más endeudada del mundo en desarrollo. En este punto fue que hizo una mención directa a las sanciones.
“Cuba soporta un bloqueo de más de seis décadas impuesto en los años de la Guerra Fría y Venezuela tolera otro mientras que una pandemia que asola a la humanidad arrastra consigo millones de vidas. Con medidas de ese tipo se busca condicionar a gobiernos, pero en los hechos solo se lastima a los pueblos”, describió el mandatario argentino.
“La OEA, si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser reestructurada removiendo de inmediato a quienes la conducen. La banca de desarrollo regional, sin más demoras, tiene que volver en su gobernanza a América Latina y el Caribe. El BID requiere un proceso de capitalización para tener más y mejores medios de financiamiento”, expresó Fernández, que no quiso utilizar el telepromter y leyó su discurso que terminó de ajustar el discurso esta mañana.
No fue la única mención para el expresidente de Estados Unidos. Según relató, fue “decisiva” la intervención del gobierno de Trump ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) “para facilitar un endeudamiento insostenible en favor de un gobierno argentino en decadencia” que se realizó “con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo electoral de nuestra fuerza política”. Ya remató: “Por tamaña indecencia sufre hoy todo el pueblo argentino”.
El Presidente también apuntó sus cuestionamientos contra la cúpula de la OEA, a la que describió como “un gendarme que facilitó un golpe de estado en Bolivia” y la acusó de apropiarse del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que hoy lidera el norteamericano Mauricio Claver-Carone.
“La OEA, si quiere ser respetada y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada, debe ser reestructurada removiendo de inmediato a quienes la conducen. La banca de desarrollo regional, sin más demoras, tiene que volver en su gobernanza a América Latina y el Caribe. El BID requiere un proceso de capitalización para tener más y mejores medios de financiamiento”, expresó Fernández, que no quiso utilizar el telepromter y leyó su discurso que terminó de ajustar el discurso esta mañana.
El fin de la guerra y las propuestas
El Presidente, que estuvo acompañado por Massa, Cafiero y Argüello, también habló de la invasión de Rusia sobre Ucrania, que, según manifestó, “impacta de lleno” sobre la región. En tal sentido, sostuvo que es “urgente construir escenarios de negociación que le pongan fin a la catástrofe bélica”.
Pero al mismo tiempo destacó la oportunidad que se abrió para los países productores de alimentos, como la Argentina y convocó a sus pares para avanzar en una asociación estratégica común. “Les propongo dos grandes objetivos: organicemos continentalmente la producción de alimentos y proteínas y desarrollemos nuestro enorme potencial energético y de minerales críticos para la transición ecológica”, dijo el Presidente.
El momento para avanzar, dijo Fernández, es hoy. “El hambre ataca”, resaltó.
A tono con el debate parlamentario en nuestro país, el Presidente abogó por la implementación de políticas impositivas progresivas, como el proyecto por la renta inesperada. “La renta inesperada que la guerra entregó como un regalo a grandes corporaciones alimenticias, petroleras y armamentísticas debe ser gravada para mejorar la distribución del ingreso”, dijo el mandatario, en un claro guiño para la discusión interna. Es que el Gobierno sabe que las posibilidades de aprobar esta iniciativa son casi nulas.
“Presidente Biden”, volvió a dirigirse sobre el final. “Estoy aquí tratando de construir puentes y derribar muros”, dijo Fernández, que invitó a Biden a la próxima reunión plenaria de la Celac. “Espero ansioso la invitación”, le respondió el mandatario estadounidense cuando el jefe del Estado se acercó para saludarlo tras el discurso.