Pese a que fue una semana corta por el fin de semana XL del 25 de mayo y el feriado puente que lo sucedió, la Unidad Fiscal de Homicidios II, a cargo de Carlos Sale, obtuvo elementos nuevos para avanzar con la investigación y acercarse al esclarecimiento del crimen que convirtió a la casa de Chacabuco 59 en epicentro de las miradas y los temores de los tucumanos.
La novedad estuvo dada por los testimonios de varios inquilinos, que son mencionados en la causa pero que están al tanto de que la lupa de los pesquisas está sobre ellos porque, aunque algunos aportaron datos de relevancia, surgieron también contradicciones y ninguno pudo dar un argumento que le permita salir del grupo de sospechosos.
La identidad de la víctima aún es un misterio, aunque se estima que el cuerpo, encontrado dentro de una cisterna sin agua, que estaba en el fondo de la casa, podría ser de la dueña: Laura Gabriela Picciuto (48 años).
La mujer sufría problemas de adicción y había protagonizado en más de una ocasión duras discusiones con varios de los inquilinos que pasaron por el inmueble a lo largo del tiempo en los locales comerciales que la casa tiene en la parte frontal de la propiedad, también con otras personas que le alquilaban una de las habitaciones de la vivienda.
La autopsia pudo revelar dos cosas: el cuerpo llevaba aproximadamente dos meses descomponiéndose y la causa de muerte, presumiblemente, sería un golpe en la cabeza.
En Monteros, casa natal de “Gaby”, desconocen su paradero desde marzo aproximadamente. Su madre, quien hace años cuida de la hija de 20 años de Picciuto, guarda silencio, cauta y a la espera de novedades para saber si podrá ser querellante en la causa.
Para eso, antes se debe confirmar que el cuerpo pertenece a Gabriela. La Fiscalía junto al Equipo de Investigaciones Fiscales (ECIF) esperan por los resultados de una pericia de ADN que fue solicitada hace ya semanas y que en los próximos días podría confirmar las sospechas sobre la identidad de la mujer que fue violentamente asesinada.
En total son 11 las personas que están siendo investigadas en la causa.
Luis Fumero: el ex esposo de Picciuto, venía atravesando problemas financieros. Se estableció que intentó vender la propiedad de Chacabuco 59 a pesar de que aún no contaba con el aval de su ex cónyuge para poder comercializarla.
Alfredo y Natalia: una pareja que alquilaba una de las habitaciones y que -según los dichos de otra persona investigada- “salieron corriendo del lugar antes de que se encontrara el cuerpo, lo hicieron de noche llevándose unas pocas pertenencias”. En algún momento habría convivido con ellos también Sofía Alejandra Di Gianni. Esta última joven es por ahora la única que está detenida en la causa debido a que cuando se allanó su casa encontraron el DNI y algunas tarjetas de crédito de Picciuto.
Luciana e Ismael: dos abogados que habrían asesorado a Fumero para que iniciara una mediación con Picciuto con el fin de que acordaran desprenderse de la propiedad. Alfredo y Natalia declararon que en el último tiempo los profesionales decían que “Gaby” estaba internada en Monteros por su adicción.
También está siendo investigado Facundo, quien era pareja de Picciuto al momento del hecho. Por los testimonios de los vecinos, se estima que la relación se había vuelto tormentosa porque la pareja solía protagonizar fuertes discusiones.
Walter: el hombre que le había señado a Fumero la compra del inmueble. Él contrató a los albañiles que encontraron el cuerpo en la cisterna.
Lorena: una peluquera que alquilaba uno de los locales de “Gaby”. Ella denunció un robo en su lugar de trabajo. “Es la dueña de casa la que me robó. Es la tercera vez que me pasa, no da la cara…”, le habría dicho a los efectivos que acudieron luego de denunciar el delito. La Policía se presentó en su casa y le incautó el celular. Picciuto era conocida en el barrio por protagonizar escándalos con sus inquilinos.
Daniela y Gabriel: también fueron mencionados por Alfredo y Natalia en su declaración. Poco y nada se sabe sobre esos dos ex inquilinos.
