Vacunación Dengue

El Gobierno nacional continúa viendo otra película

La sensación casi unánime es que el kirchnerismo está ocupado en sus propios asuntos.

alberto cristina
Se hace ostensible la falta de pronunciamiento sobre el tema por parte de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner
Vacunación Dengue

Para completar una semana de “éxitos”, la vicepresidenta reapareció en un acto para desmentir su renunciamiento a ocupar cargos públicos, enunciado por ella apenas conocida su condena por corrupción en la causa Vialidad. Echando mano de la falacia que repite la feligresía K, proclamó: “Ni renunciamiento ni autoexclusión, acá hay proscripción”. Sabe perfectamente Cristina que hasta que su condena quede firme puede presentarse a cuanta candidatura se le ocurra, así como seguir ejerciendo el segundo cargo más alto en el Ejecutivo.

Tampoco perdió la vice la oportunidad de limar un poco más a su compañero de fórmula: aunque sin nombrarlo se refirió a la “Agrupación amague y recule”, en aparente referencia al embate de Fernández contra el fallo de la Corte y su posterior marcha atrás. Mientras todo esto sucede en la realidad paralela de Balcarce 50, el Instituto Patria y aledaños, acompasado por la marcha del dólar blue, que subió más de $30 en una semana, otras urgencias siguen allí, un poco más acuciantes cada día.

Asistencia Pública

El ánimo con que la gente espera al inminente 2023 está en las antípodas del que suscitó la Selección. En encuestas y focus groups de las consultoras más diversas, incluso aquellas que suelen medir para el Gobierno, hay coincidencia en lo que se escucha de parte de ciudadanos /votantes: incertidumbre, resignación, bronca. La sensación casi unánime es que la política está ocupada en sus propios asuntos.

Movilidad

Disputando peleas personales, velando por sus propios intereses, divorciada del día a día de la gente y sus problemas cotidianos: inflación, corrupción, inseguridad, desempleo. En un reciente sondeo de Management & Fit, la inflación figura en el primer lugar entre las preocupaciones de los argentinos, con un 48,6%. Otras encuestas, como la de Synopsis, la ubican también al tope, pero con un porcentaje aún mayor: 59%.

La encuesta de M&F arroja otros varios datos que resultan inquietantes: para el 75,4% la economía está peor que un año atrás y el 62,4% cree que la situación empeorará el año que viene. En diferentes focus groups, los encuestadores relevan frases como “Los políticos miran para otro lado”, “Ni conocen ni les importan nuestros problemas”, “Buscan salvarse ellos”, “Nos toman por tontos”.

La desesperanza y la falta de horizontes va permeando en una sociedad a la que cada día le cuesta más vislumbrar una luz al final del túnel. El tradicional estudio anual que Voices realiza a nivel nacional cada noviembre es una radiografía clara del país que se apresta a encarar 2023: sólo un 25% espera un año mejor que el que está por terminar. Lo impresionante es la caída: en 2020 un 47% imaginaba por delante un año mejor, y un 38% lo hacía en 2021.

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El 80% de los encuestados cree que la inflación aumentará en 2023. Se sabe, la inflación es, quizás, la mayor generadora de incertidumbre. Todo se agrava con otro índice: seis de cada diez temen perder su empleo. Un 76% tiene dificultades para llegar a fin de mes. Hoy los argentinos están más desesperanzados y pesimistas hacia el futuro que nunca. Sólo en la crisis del 2001 encontramos resultados similares. Hartazgo, desánimo, falta de expectativas. Los políticos, unos y otros, deberían tomar nota y recordar la triste memoria de 2001. Aquel año del “Que se vayan todos”.

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