Cuando los empresarios de las empresas que brindan medicina prepaga se preocupaban por la imposibilidad de implementar nuevos aumentos, surgió una noticia que los descolocó todavía más. Y es que el kirchnerismo está decidido a eliminar la medicina prepaga tal y como lo hizo en su momento con las AFJP. Pero no se detendría allí, y es que en pos de seguir la línea del “vamos por todo”, planea también estatizar el sistema de salud privado.
Sabido es que Cristina Kirchner tiene en la mira a las empresas de la salud y no lo oculta. Recientemente, en un acto organizado por Axel Kicillof en La Plata del que también participó Alberto Fernández, ella aseguró que uno de los desafíos del 2021 será “repensar” todo el sistema. Aquella vez, dijo que nuestro país debe ser en toda Latinoamérica el que más recursos humanos, tecnológicos e inversiones tenga en materia de salud.
Sin embargo, lo que empezó pareciendo un elogio, se terminó convirtiendo en una crítica. Esto se debe al hecho de que la vicepresidenta cuestionó que la salud esté dividida en tres sistemas: público, privado y obras sociales. Fue allí que dijo que había que repensar un sistema de salud integrado. El colmo llegó cuando opinó que el actual diseño de Argentina en materia sanitaria obedece a una concentración injusta desde lo económico.
Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Qué significa eso en términos prácticos? Quien seguramente tiene la respuesta es el viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, que trabaja en un proyecto de reforma cuyo borrador ya recorrió las oficinas principales del Instituto Patria. De esta forma, en las sombras del kirchnerismo duro se estaría preparando el abordaje a la medicina privada como lo hacían los piratas del pasado.
En ese marco, los empresarios de la salud están convencidos de que la iniciativa retoma el espíritu de un decreto de necesidad y urgencia que había promovido el Poder Ejecutivo en el inicio de la pandemia y luego fue desestimado por la polémica que generó. El mismo declaraba de interés público todos los recursos sanitarios del país, en lo que hubiera sido la confiscación de hecho de la medicina privada por parte del Estado.
Es por ello que ya algunos empresarios del sector encendieron las luces de alerta. Incluso, ya advierten que cuando Cristina Kirchner habla de la reforma del sistema de salud, los afiliados a la medicina privada deberían preocuparse. Fuentes del mercado estiman que está en juego un negocio que mueve $800 mil millones anuales. Por la magnitud de la cifra, algunos comparan el plan con la estatización de las AFJP dispuesta por la vicepresidenta en su momento.
Pero hay más, y es que la movida podría impactar de lleno en las obras sociales, caja de muchos sindicatos. Por eso, algunos comienzan a preguntarse cuál será la reacción de los dirigentes gremiales en caso de que avanzara la creación de un Sistema Único de Salud. Algunos dicen que están con una bronca contenida debido a que los eternos secretarios generales de los gremios dejarían de contar con el dinero que les provee las cajas de las obras sociales.
