Imprudencia. Demasiada mezcla de tránsito. Muchas actividades. Falta de controles. Alta velocidad. Ese es el ranking de las situaciones que más peligro generan en la transitada avenida Perón de Yerba Buena, según el testimonio de quienes la usan a diario.
La arteria se convirtió en los últimos años en uno de los caminos más complicados para circular, a punto tal de que ya hay percances casi a diario. El accidente en el que perdió la vida el ginecólogo Ángel Salas (56 años), hace pocos días, abrió nuevamente el debate: ¿qué necesita la Perón para ser una avenida segura, que se adapte a todas las demandas que los usuarios plantean hoy?
Salas, que había estacionado su camioneta en avenida Perón al 2.200, fue atropellado cuando bajaba de su vehículo y se disponía a cruzar. Iba camino a encontrarse con unos amigos en un bar de esa zona. Falleció en el acto. El auto que lo impactó al parecer circulaba a muy alta velocidad.
Irresponsabilidad
Quienes transitan a diario por la zona advierten que hay muchas situaciones de peligro, especialmente por la mezcla de tránsito y la cantidad de actividades que se desarrollan en ella: se usa para caminar, correr o andar en bici. Se puede ir de compras, sentarse a tomar algo o a comer en los bares. Al mismo tiempo, la eligen a diario miles de automovilistas como vía rápida para ir del centro a Yerba Buena o viceversa.
“La inconsciencia y la irresponsabilidad hacen de la avenida Perón un peligro”, sostiene Gloria La Bruna. “Lo que más veo es exceso de velocidad, maniobras peligrosas y falta de respeto por las normas de tránsito por parte de autos y motos”, remarca.
Mariana Güemes coincide en que no se acatan las normas de tránsito. “Faltan controles. La velocidad con la que circulan muchos vehículos es tremenda, mucho más de lo permitido”, apunta. “Se sabe también que hay días en los que se corren picadas. Ni hablar los fines de semana, cuando muchos conducen alcoholizados”, añade.
“No importa si ponen semáforos, retardadores de velocidad o severas multas. La gente hace oídos sordos a la normativa. Existe una desidia en parte de la ciudadanía”, comenta Jose María Posse.
Mónica Frosoni agrega: “poco se respetan las velocidades de los carriles. Los autos pasan por la derecha y no por la izquierda. En zonas de bares, se sabe que hay mayor cantidad de personas y no bajan la velocidad, ni tienen precaución por si puede cruzar alguien”.
Nicolás Quintana confiesa que el accidente del médico le trajo a la memoria un choque que sufrió hace tres años y que lo dejó con secuelas por mucho tiempo. “Iba en la bici, casi pegado al cordón. De repente, un automovilista me atropelló desde atrás, volé varios metros. Me quebré el brazo y tuve otras heridas considerables. Los conductores van muy rápido, incluso por carriles que deben ir despacio. No respetan nada”, se queja.
“Sin dudas, el gran peligro son los que van en camionetas o autos y sobrepasan por la derecha, que se pueden llevar puestos a ciclistas que van en ese carril”, añade Ale Druetta.
Federico Álvarez se pregunta para qué hicieron una bicisenda si nadie la usa. “Hagan una alternativa para transporte liviano”, propone. Al igual que él, son muchos los que plantean que es necesario intervenir la avenida para darle un espacio a cada una de las actividades deportivas que se realizan allí, ya que son cada vez los tucumanos que la usan para ejercitarse.
Un poco de historia
La avenida Perón es una de las arterias más anchas de la provincia. Cuando se la comenzó a construir, en 1993, el objetivo era que ayudara a descomprimir el tránsito que a diario ingresaba o egresaba de Yerba Buena por la avenida Aconquija.
Pero eso cambió en los últimos años porque la avenida empezó a sumar cada vez más casas, edificios y comercios. Además, se ha convertido en uno de los lugares favoritos de entretenimiento nocturno y para hacer actividad física.
“El problema es que la Perón está concebida como avenida de transito rápido, que da prioridad a los vehículos. Es recta y no tiene interrupción. La única salida es poner más semáforos porque los trayectos largos siempre inspiran a altas velocidades”, opina Claudia Gómez López, directora del Centro de Estudios del Territorio y Hábitat Popular (Cetyap) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Para los urbanistas, la avenida necesita desde hace tiempo readecuaciones importantes por la cantidad de usos que ha ido sumando. Hay quienes remarcan que es necesario hacer carriles diferenciados: uno para bicis y los otros para vehículos. También rediseñar la circulación en la zona de las rotondas, especialmente los fines de semana.
Inés González Alvo, investigadora y docente en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT, se mostró impactada por el accidente en el que falleció el ginecólogo. “Más allá de la infraestructura y de que es necesario readecuar la avenida Perón, hay una cuestión muy importante que tiene que ver con la falta de respeto a las normas. Es un problema que se multiplica cada vez más en todas las calles, no solo en esta arteria. No hay una conciencia colectiva sobre la importancia de cumplir las leyes para que haya seguridad vial. Y faltan controles”, sostiene.
Luego, analiza más en profundidad la arteria: “se puede ver doble fila de autos estacionados en algunos sectores, la velocidad con la que circulan muchos conductores es demasiado alta. Hay una superposición de actividades. Cuando se inauguró era una vía rápida; solo estaba rodeada por cañaverales. Pero eso cambió totalmente; por ello hoy debe haber velocidad controlada en distintos tramos y señalización más clara”.
Finalmente, habló de otro problema relacionado al siniestro en el que murió Salas: “tiene que ver con el estacionamiento. Es una cuestión muy subestimada en nuestra provincia. No hay estacionamientos ordenados, controlados y seguros. Existe la creencia generalizada de que la calle debe ser para estacionar y esto no es así. Cuando uno diseña algo en una ciudad tiene que pensar en playas de estacionamiento, y que sean públicas. Aquí no tenemos sitios públicos. y estacionar en la calle es algo inseguro, más cuando falta iluminación y señalización”.
La Perón está exigiendo cambios, resume González Alvo. Además de bajarle la velocidad, otras cuestiones urgentes para trabajar son ensanchar las zonas peatonales, mejorar las veredas y hacerlas en los lugares donde no hay, demarcar bien las áreas para cada actividad que se realiza en ellas, y un mayor monitoreo con cámaras -no pasivo- para prevenir a tiempo situaciones de riesgo.
Voz oficial
Fotomultas, controles de velocidad y la vuelta del cepo en Yerba Buena
Las autoridades de Yerba Buena también creen que es necesario reajustar algunas cosas en la avenida Perón. Aunque, según remarcaron, vienen realizando varios proyectos sobre la arteria.
El secretario de Gobierno de la Municipalidad de Yerba Buena, Fernando de la Orden, enumeró las cosas que se hicieron en los últimos años años: “se ha trabajado en un arduo pero constante trabajo de mejoramiento, incorporación de infraestructura y educación vial. Eso incluye, entre otras acciones, ser el primer municipio de toda la provincia en realizar controles de alcoholemia desde el año 2016. También se colocaron más de 700 nomencladores y 500 carteles señalizadores, y regulamos los giros a la izquierda en las avenidas centrales del municipio. Colocamos casi 800 metros lineales de reductores de velocidad e incorporamos complejos de semáforos, varios de ellos dispuestos sobre avenida Perón”.
Según destacó, ya solicitaron cuatro nuevos complejos semaforizados, de los cuales tres estarán destinados a la Perón. “Tendrán incorporados un sistema de cámaras, fotomultas y controles de velocidad sincronizados en 60 km/h. Cabe destacar que, en la actualidad, un complejo de semáforos moderno e inteligente cuesta aproximadamente unos $25 milones, siendo una real e importante erogación de dinero para nuestro municipio. Para 2024 tenemos como prioridad continuar con medidas que permitan mejorar la seguridad en el entorno de la Perón. Para ello y coordinadamente con la Secretaría de Obras Públicas, incorporaremos dársenas de giro en la avenida, a la altura de calles Las Rosas y de Salta”, puntualizó.
Según adelantó, también tienen planeado potenciar la zona deportiva en la Perón. “Yerba Buena es deporte; por ello se colocará más señalización y está previsto sellar el circuito de corredores, cerrando la última boca calle antes de llegar a la rotonda de Horco Molle, además de reductores de velocidad en diferentes puntos estratégicos. Por ello se ha solicitado la compra de aproximadamente 400 metros lineales de estos reductores”, adelantó.
Por otro lado, dijo que continuarán haciendo los controles d tránsito. Hasta ahora, el personal de tránsito lleva labradas un total de 8.560 actas de infracción, y otras 14.000 fueron realizadas por el Centro Integral de Monitoreo Municipal (CIMM). De un total de 1.700 retenciones de vehículos, 250 fueron por alcoholemia.
“Si bien esto siempre es en beneficio de la seguridad vial, lo más importante es que los conductores sepan respetar las normas viales. Desde la velocidad medida, respetar el peatón, respetar la señalética y por sobre todo tener conciencia de que el 80% de los accidentes viales corresponden a la imprudencia de los conductores”, evaluó.
Finalmente, adelantó que desde enero el municipio volverá a utilizar el cepo en los vehículos mal aparcados. “Esta es una medida de control de estacionamiento muy solicitado por los vecinos. Luego del vencimiento de un contrato entre la Municipalidad (gestión de Daniel Toledo) y un privado que carecía de claridad y estaba dirigido a una metodología recaudatoria que solo beneficiaba al privado, podemos realizar esta acción desde Administración. Lejos de tener un objetivo recaudatorio, permitirá un mayor control y concientizar al vecino de estacionar correctamente”, remarcó.
