En una de las elecciones presidenciales más inciertas desde el regreso de la democracia, votó el 74 por ciento del padrón nacional [sería la más baja en una elección general desde 1983]. A partir de las 22 se conocerían los primeros resultados, pero todo indica, de acuerdo a las mesas testigo y a la información obtenida por LA NACION en los búnkers de los tres principales partidos, que habrá ballottage el 19 de noviembre entre Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza).
Sin datos oficiales, en el búnker del PJ hay clima de euforia y distinguen como decisiva la cosecha de votos en la provincia de Buenos Aires y en el norte del país.
“Nadie piensa en ganar en primera vuelta”, señaló Guillermo Francos, uno de los laderos de Milei. La expectativa todavía pasa por saber quiénes ingresarían a la eventual definición del 19 de noviembre, aunque de acuerdo a las mesas testigos serían el ministro de Economía y el libertario. Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) quedaría tercera. Cerca de Bullrich reconocieron que están siendo derrotados en la estratégica provincia de Buenos Aires. Corren de atrás, lejos de la pelea central, Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda).
Julio Vitobello, secretario general de la Presidencia, informó a las 18.12 que la participación fue del 74%. Luego, el funcionario agradeció a todas las personas que participaron en la organización de los comicios. El funcionario evitó dar un horario estimativo para difundir los resultados, aunque desde la Cámara Electoral señalaron que estarían disponibles a las 22. En las primarias de agosto había votado el 70,4%, por lo que la participación creció, aunque si se compara con las presidenciales de 2019, bajó siete puntos (fue de 81%).
Lo que sí se resuelve hoy será la composición del Congreso de la Nación a partir del 10 de diciembre próximo, cuando se renueve la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, donde ninguna fuerza política lograría tener mayoría propia.
También se definirá hoy la decisiva gobernación de la provincia de Buenos Aires, donde Axel Kicillof estaría logrando su reelección ante los desafíos de Néstor Grindetti y Carolina Píparo. En este distrito, por ley, no hay ballottage y solo basta con superar por un voto a los rivales para alzarse con el triunfo. Las otras provincias que eligen gobernador son Entre Ríos y Catamarca, mientras que en la ciudad de Buenos Aires Jorge Macri no superaría el 50% para evitar un ballottage y definiría el control del bastión de Pro contra Leandro Santoro.
Minutos después y sin resultados electorales. el equipo de Jorge Macri admitió que habrá una segunda vuelta en la Ciudad de Buenos Aires. De acuerdo a las mesas testigo, desde el espacio del candidato de Pro anticiparon un escenario de ballottage con el referente porteño de Unión por la Patria, Leandro Santoro.
La votación de los favoritos
Por su parte, los tres favoritos para llegar a la Casa Rosada votaron cerca del mediodía. Milei lo hizo en la sede de la Universidad Nacional Tecnológica (UTN), en el barrio porteño de Almagro. “No me preocupa la gobernabilidad. Estamos en condiciones de hacer el mejor gobierno de la historia”, dijo el libertario, que fue acompañado por cientos de militantes que se acercaron a saludarlo por su cumpleaños número 53.
Bullrich, que sufragó en la Sociedad Rural, se mostró confiada de entrar a la segunda vuelta, y dijo: “Voy a ser presidenta”. Massa, en tanto, votó en la escuela N°34 de Tigre y pidió “escuchar la voz de las urnas”. En su mensaje, además, intentó llevar calma a lo que podría suceder en los mercados. “El lunes la Argentina sigue, nuestra responsabilidad es cuidar a los argentinos, su trabajo, su ahorro, todo lo demás”, dijo el ministro de Economía y candidato presidencial.
Más temprano había votado Cristina Kirchner, quien desde Santa Cruz intentó despegarse de la gestión de Alberto Fernández, su compañero de fórmula. “El que decide es el Presidente, yo no fui escuchada”, dijo la vicepresidenta, en un intento de tomar la mayor distancia posible de los índices que marcarán al Gobierno, como el 40% de pobreza o la inflación anual superior al 100%, entre otras señales en rojo.
Rodrigo Abd – AP
No son los únicos elementos que definen el contexto de los comicios nacionales: íntimamente ligado al índice de pobreza y la inflación, el país votó en medio de una escalada del dólar blue, que pese a las restricciones y controles que introdujo el Gobierno durante los últimos días, cerró la semana en 1200 pesos la unidad.
El oficialismo, además, enfrentó las elecciones de este domingo con la incertidumbre sobre el impacto en el electorado bonaerense de dos escándalos: las fotos del viaje en Yate por Marbella de Martín Insaurralde, quien debió renunciar a la Jefatura de Gabinete de Axel Kicillof, y la detención de Julio “Chocolate” Rigau, un puntero del peronismo platense, ligado del Frente Renovador, mientras retiraba dinero de un cajero automático con 49 tarjetas de empleados de la Legislatura bonaerense.
La oposición llegó al domingo con sus propios desafíos. Patricia Bullrich quedó obligada no solo a aumentar su caudal electoral con los votos de quienes se ausentaron en las PASO, sino también retener los sufragios que en esas internas obtuvo su rival, Horacio Rodríguez Larreta, con el que se mostró casi a diario la última semana.
Milei debió atenuar las nuevas polémicas que generaron aliados de diverso calibre: Alberto Benegas Lynch pidió romper relaciones con el Vaticano y Lilia Lemoine, candidata a diputada, dio a conocer un proyecto de renuncia de la paternidad con argumentos insólitos. Pero el libertario también pasó las últimas dos semanas apagando incendios propios: en particular, el cimbronazo que generaron en los mercados sus declaraciones en favor de una mayor devaluación del peso y en contra de renovar los plazos fijos en moneda local.
