El incidente entre un taxista y un colectivero en San Miguel de Tucumán devino en un escándalo del que habló todo el país. Enrique Romero, subsecretario de Tránsito municipal, se refirió a la situación del trabajador de la Municipalidad capitalina que conduce Germán Alfaro -que está suspendido y con sumario administrativo- y analizó que “es difícil controlarse cuando te insultan” aunque aclaró que “no lo estoy justiciando”.
De todas formas, el nefasto funcionario mano derecha de Germán Alfaro no pudo contener su intolerante verborragia y terminó haciendo una suerte de defensa del agresor que responde a su área. Y es que Enrique Romero, sobre el tránsito en la Capital tucumana, enfatizó: “Los tacheros y los colectiveros son los mayores infractores que tenemos en la ciudad de San Miguel de Tucumán”.
Romero narró el altercado en diálogo radial: “Por las declaraciones que hizo en algunos medios televisivos, más allá del golpe que tiene en la nariz, lo veía bien. Él dice haber perdido la memoria, que no se acuerda qué pasó, es irrisorio. Hay un proceso de resistencia a la autoridad, el inspector lo detecta en un lugar prohibido, le pide la documentación y le falta el carnet de sanidad”.
“Ahí le dice que lo acompañe al corralón, se dirige acompañándolo hasta Santa Fe y Laprida en principio, el semáforo detiene al inspector y detiene al taxista: no tiene mejor idea que bajarse del taxi, arrebatarle la documentación al inspector, empujarlo y se produce el desenlace que se produce”, agregó, y añadió que “no es el inspector el que lo agrede, él va de vuelta a cargar contra el inspector y el inspector reacciona”.
“Esto ha generado que nosotros hagamos el sumario, lo suspendemos temporalmente. El inspector prestó declaración en seccional Primera, se aportaron algunas pruebas como un Twitter de una señora Roxana que dice haber estado en la esquina y haber presenciado el ataque al taxista. Veremos cómo termina la situación, está registrado su pedido de colaboración en la radio, a la hora exacta en la que se hizo el pedido: va una grúa con tres o cuatro personales para traer el auto en caso de que no continuara circulando hacia el corralón, pero se generó este incidente”, detalló.
Además, el funcionario municipal recalcó que tras el altercado “apareció el dueño del taxi, una persona bien educada, diciendo que este muchacho estaba con problemas porque hace una semana tenía al padre con un ACV, que esto posiblemente haya generado la pérdida del equilibrio emocional, él no tenía control de ira”. “De todos modos, vuelvo a repetir, no debiera haber ocurrido si concurría al corralón”, agregó.
Y subrayó que “se podría haber dirigido al Tribunal de Faltas para que el juez determine si es así y lo libere sin cargo y proceda a cobrarle la multa que tenga que cobrarla”. Luego, le consultaron cómo debiera haber actuado el agente de tránsito: “Debió haberle puesto su mano izquierda separándolo, de modo tal que la instancia no llegara a este gancho de izquierda que le mete en la nariz. Pero bueno, es difícil controlarse cuando te dicen tantas cosas, tantas barbaridades, te insultan; no lo estoy justificando porque si lo justificara no hubiese iniciado un sumario, lo hubiese suspendido momentáneamente. Eso fue lo que debió haber hecho”.
Finalmente, Enrique Romero, en lo que fue un patético intento de victimización y de tratar de correr el eje de la gravísima situación que representa tamaño ataque de un funcionario municipal a un civil como en el caso del taxista, se refirió a las acusaciones del sindicato de taxistas, y denunció que desde allí “me viven pidiendo favores para los inspectores, que son taxistas y a veces circulan sin carnet”.
Y, para colmo, el funcionario que está en el ojo de la tormenta de la opinión pública remató: “Los tacheros y los colectiveros son los mayores infractores que tenemos en la ciudad de San Miguel de Tucumán: se paran en lugares inadecuados, se paran en ochavas, les hemos hecho paradas, pero no nos corresponde a Transito el tema de las paradas, eso es con Transporte, con Sutrappa no conmigo. Siempre se la toman conmigo”, remató.
De esta manera, intentó ningunear lo que ayer miércoles llevaron adelante un grupo de taxistas en lo que hace a una protesta en la zona de avenida Soldati y calle Francia, en reclamo a la agresión sufrida por uno de sus colegas por parte de un inspector de Tránsito de la Capital. Horas después del hecho, que se volvió noticia nacional, los abogados del hombre informaron ayer por la mañana que, durante la noche del martes, Gabriel fue internado en un sanatorio.
“En la noche de ayer, Gabriel se sintió mal. Su mujer, aproximadamente a las 22 lo llevó al sanatorio 9 de julio, donde se le hizo una tomografía y quedó internado”, contó Matías Chelala, representante legal de la víctima. “Ahora esperamos los resultados y ver qué nos dicen los profesionales”, agregaron sobre su estado de salud. Según el letrado, de acuerdo a los testigos, el taxista “en ningún momento, Gabriel quiso agredir al agente no hubo una agresión”.
Luego explicó la situación: “Cuando el agente le retiene los papeles, se baja del auto para hablar hacer hablar al agente con el dueño del vehículo, porque él es chofer, no dueño. Ahí recibe la trompada. En el video se ve que en ningún momento lo quiere agredir, esta con la guardia baja”. “El golpe lo deja inconsciente en el piso con fractura de tabique”, detalló. Es por ello que cabe preguntarse: ¿Seguirá intentando el alfarismo desviar la atención de su institucionalización de la violencia?
