Los tucumanos vivían una tarde primaveral de sábado, a puro sol y con temperatura agradable a pesar de que todavía es pleno invierno. Las plazas y parques se llenaban de amigos y familias que comienzan a dejar la pandemia atrás y aprovechan para disfrutar al aire libre. Otros, después de una semana cansadora de laburo o estudio, optaron por quedarse en sus casas, ver la tele o una película, algún partido quizás. Hasta que pasó lo de siempre.
Y es que unos 60 mil hogares tucumanos fueron víctimas de un nuevo corte sin previo aviso del suministro de energía eléctrica. Los vecinos de Yerba Buena y zona oeste de San Miguel de Tucumán se quedaron sin luz de forma abrupta. A través de un comunicado, EDET detalló que “una falla en la línea de transporte que genera un corte en zona oeste de San Miguel de Tucumán y en Yerba Buena. Aproximadamente 60 mil clientes sin servicio”.
Si bien es cierto que el servicio se restableció casi en la totalidad de los hogares tras el anuncio de EDET, que no escapó de la furia de los usuarios tucumanos en las redes sociales, como cada vez que se corta la luz. A través de la página web de la empresa se anunciaban para este 28 de agosto tareas programas en Simoca, pero ambas establecían que no habría “servicios afectados”.
Nada que refiera a la zona Oeste de la Capital y la Ciudad Jardín, que haya podido hacer prever a los vecinos sobre un posible corte de energía. Pero lo más grave de todo esto es el hecho de que el Defensor del Pueblo, Eduardo Cobos brilla por su ausencia cuando debería estar más presente que nunca en un marco en el que el ombudsman no hace más que evidenciar su clara inacción en este tema.
Según la ley, él podría intervenir de oficio en este tipo de hechos y, sin embargo, no hizo nada al respecto. Y está claro que tampoco hará nada en el futuro cuando lo que ocurrió en materia de corte de energía eléctrica no es más que un intento de disciplinamiento por parte de EDET para ir avanzando en la domesticación de los usuarios de cara a lo que será la temporada veraniega.
La realidad es que la elección Eduardo “Lalo” Cobos como Defensor del Pueblo quedará en la historia, a causa de los reales intereses que el ex legislador persigue. Y es que no se trata de un funcionario que defienda al pueblo, sino más bien defiende su propio sueldo. El cual no solo es más que bien remunerado, sino que no logra justificarse a razón de la falta de accionar de Cobos al frente de la Defensoría del Pueblo.
En definitiva, hasta aquí quedó demasiado evidenciado que Eduardo Cobos se encuentra muy lejos de la posibilidad de poder ejercer de forma digna el cargo de Defensor del Pueblo. Y es que para el ex legislador sus propios intereses y el abultado sueldo que percibe son más importantes que defender a los civiles de los abusos de las empresas de servicios, como es el caso de EDET, que deja a Tucumán sin luz mientras que cobra las tarifas más caras del país.
