Desencajado, la tranquilidad del Hotel Sheraton se vio alterada cuando el intendente Germán Alfaro ingresó encabezando un grupo de varias personas. “Hasta acá nomás”, indica una policía de Tucumán a los seguidores de Alfaro, pero nada puede hacer para evitar que el candidato a vicegobernador suba los escalones hasta el primer piso donde se encontraba el Centro de Cómputos de la Junta Electoral.
“¿Dónde es? ¿Dónde es Jorge?”, pregunta, desorientado, Alfaro. De hecho, la primera puerta por la que intenta pasar ya en el primer piso no es el lugar donde se encuentra el Centro de Cómputos. Agitado, Alfaro encara a un hombre quien le impide pasar: “Disculpe, no puede pasar”.
En ese marco, Germán Alfaro da media vuelta con sus seguidores mientras de fondo ya se empiezan a escuchar gritos de la Policía e insultos. Todo es registrado por un periodista de El Ocho quien, agitado, sigue las circunstancias de lo sucedido el lunes a las 5 de la mañana en el Hotel Sheraton.
Una vez que descubre cuál es el acceso al Centro de Cómputos, Alfaro intenta abrir la puerta a las patadas, totalmente enojado, mientras el candidato a gobernador Roberto Sánchez se da media vuelta, preocupado, pero también incómodo con la violencia vista por parte de su compañero de fórmula en las elecciones.
Luego de las patadas, un policía que custodiaba el Centro de Cómputos, le dice: “Tranquilo, amigo, si va a salir. ¿Va a salir o va a entrar?”. Sin palabras, cada minuto más molesto, Alfaro intenta pechar nuevamente las puertas, pero la Policía se lo impide: “Acá no puede pasar nadie. Dejanos trabajar, por favor. Por favor, don Sánchez. Tranquilo, Germán”. Así fue el cierre de un domingo difícil para el intendente.
