Vacunación Dengue

Germán Alfaro el responsable de la derrota de JxC en Tucumán

Una nueva traición a la que nos tiene acostumbrados el intendente capitalino es lo que detonó la capitulación del principal espacio opositor en nuestra provincia.

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En medio de la desesperación por el ostracismo político que se le avecina al matrimonio capitalino Alfaro – Ávila, trascendió la noticia que daba cuenta acerca de que Germán Alfaro se mostró junto con el gobernador electo, Osvaldo Jaldo con el fin de traicionar, (una vez más) a Juntos por el Cambio. Lo cierto es que la figura del intendente capitalino encarna una lamentable y vergonzosa traición a JxC.

Y es que quién podría discutir que Germán Alfaro es el responsable de la derrota de Juntos por el Cambio en Tucumán. Lo cierto es que en una nueva traición a la que ya nos tiene acostumbrados el intendente capitalino se enmarca la tradición alfarista de hacer pedazos a Juntos por el Cambio porque se trata de un verdadero traidor al principal espacio opositor de nuestra provincia.

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Precisamente, la configuración de la línea de sucesión en la Cámara legislativa despierta los mayores rezongos dentro del oficialismo y podría significar el primer cruce en la oposición. Como ya se dijo, Osvaldo Jaldo diagramó un esquema en el que la presidencia subrogante recaerá en el manzurista Sergio Mansilla y en el que la vicepresidencia primera sería para los bloques opositores.

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Por preferencia de “El Comisario”, la prioridad la tiene el alfarismo, que sentará en el recinto a Alfredo Toscano, a Rodolfo Ocaranza, a Claudio Viña, a Walter Berarducci y a Rolando “Tano” Alfaro. Son cinco bancas, una menos que las obtenidas por los radicales de Juntos por el Cambio: Silvia Elías de Pérez, José Cano, Agustín Romano Norri, José Seleme, Mariano Campero y Raquel Nievas. En este espacio no se resignan a que Toscano sea el elegido y pugnan por ese lugar. 

Sin embargo, lo cierto es que hay no pocos obstáculos. Por un lado, el veto a los dirigentes de alto perfil, como Silvia Elías de Pérez y José Cano; por el otro, las dificultades propias del radicalismo para acordar un bloque único. En estos últimos días, la ex senadora sugirió que Romano Norri sea el nombre de unidad que propongan, pero la discusión en la UCR todavía está lejos de zanjarse.

A los correligionarios, siempre apegados a las discusiones republicanas e institucionales, podría quedarles como premio consuelo el lugar por la minoría para el Consejo Asesor de la Magistratura (CAM). Por lo pronto, Romano Norri goza de una particularidad: es una suerte de péndulo que oscila de un extremo a otro dentro de JxC, porque fue uno de los radicales más alfaristas durante los ocho años en los que condujo el bloque de concejales de esa alianza en la capital.

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Eso le valió quedar en el medio del tironeo. Desde luego, la definición de los lugares de preponderancia en el edificio de Muñecas y avenida Sarmiento van de la mano de lo que sucediera ayer domingo en las elecciones y de lo que se resuelva hoy lunes, en el Concejo Deliberante. Por eso la consolidación de la alianza política entre Osvaldo Jaldo y Germán Alfaro es vital el intendente.

Las señales de este acercamiento se intensificaron el jueves, cuando el aún vicegobernador recibió junto al futuro ministro del Interior Darío Monteros a dos delegados comunales electos por Juntos por el Cambio. Lo curioso es que ambos comisionados están ligados al líder del Partido por la Justicia Social: Alejandro Quinteros (Río Colorado) es cercano a Rolando Alfaro y Cristian Argañaraz (Los Bulacios) a Héctor “Pelado” Argañaraz, presidente del consorcio metropolitano para la gestión de los residuos.

El “trofeo” fue exhibido en las redes sociales de Jaldo y de Monteros. El viernes al mediodía, Alfaro reunió a los cuatro concejales electos por su espacio para diagramar los pasos a seguir y disponer que Carlos Ale sea quien secunde a Juri en la mesa de autoridades. De paso, les avisó que ofrecerá al radical Federico Romano Norri (h) la presidencia del bloque alfarista. ¿Un intento por dividir al ya desmembrado radicalismo?

Si los hermanos Romano Norri juegan con el alfarismo, el radicalismo tendría tres ediles (Leandro Argañaraz, José María Canelada y Gustavo Cobos) y cinco legisladores. Tras una charla con su hermano Agustín entre jugada y jugada del partido entre Los Pumas y los All Blacks, “Cucho” decidió rechazar la titularidad del bloque “Juntos por Tucumán” y armar un unibloque.

Resta ver qué pasará en la Legislatura, aunque la intención de ambos es resistir más que la defensa argentina los embates alfaristas. El desenlace de la transición capitalina es más trascendente de lo que parece, e involucra a funcionarios municipales claves en la estructura de Alfaro cuyo futuro se puso en debate: como la secretaria general de la intendencia María Inés Figueroa y el fiscal municipal Hernán Colombres.

La primera mantuvo línea directa con Juri pero fundamentalmente con el secretario del Concejo, Néstor Varela. Por lo pronto, ningún alfarista está en los planes de Chahla para el próximo mandato. En el medio, subyace una puja por una caja de $ 112 millones mensuales para contener a poco más de 2.000 empleados políticos en un cuerpo de 18 concejales.

En ese marco, cabe mencionar como antecedente a la ya conocida historia de traición ocurrida luego de las elecciones del 2019 de parte de Beatriz Ávila, la cual estuvo propiciada por su marido, Germán Alfaro, también se suma la traición del intendente justo en la vísperas de las elecciones de ayer domingo. No en vano, el dicho reza que Dios las cría y ellas se juntas. Si para muestra basta un botón, cabe repasar la traicionera historia de la senadora.

Todo comenzó cuando por medio de una publicación de Twitter el día 4 de diciembre del 2019, la mismísima Patricia Bullrich acusó a la mujer de Germán Alfaro, Beatriz Ávila, de haber elegido “las prebendas del poder de los Fernández por sobre la representación de millones de argentinos”. Es por ello que ahora la gran perdedora de las elecciones a intendenta apunta a derrotar a Bullrich.

Lo cierto es que tamaña acusación se relacionaba entonces con el hecho de que ya se conocía que, luego de la victoria en las elecciones del 2019 de parte del kirchnerismo, la diputada por Tucumán, Beatriz Ávila, había abandonado el bloque de Juntos por el Cambio para integrarse al interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, que apoyó en la Cámara Baja las primeras medidas que impulse Alberto Fernández.

Todo esto a pesar de que su propio marido recibió una cuantiosa cantidad de dinero de las arcas nacionales, mientras Mauricio Macri estuvo en el poder, para luego desconocer a Juntos por el Cambio haciendo que su esposa, Beatriz Ávila, abandone ese espacio opositor para formar un bloque autónomo. De esa forma le pagó al PRO y a Juntos por el Cambio el matrimonio compuesto por Alfaro y Ávila.

De más está decir que al cabo de pocos días, la mujer de Germán Alfaro traicionó a todos en tiempo récord cuando Mauricio Macri cayó en desgracia y no pudo lograr su reelección. Pero eso no es todo debido a que, ni lerdo ni perezoso, Germán Alfaro se convirtió también en el primer intendente del Interior del país en abandonar Cambiemos. Pero como si esta traición política no fuera lo suficientemente grave, su mujer, Beatriz Ávila, hizo exactamente lo mismo.

Y hasta si se quiere, peor todavía, en comparación con su marido. Y es que las calles de Tucumán estaban inundadas con afiches de la cara de Beatriz Ávila. La cual estaba enmarcada dentro de Juntos por el Cambio promocionándose como candidata a diputada nacional. De hecho, los tucumanos que la votaron lo hicieron en pos de que represente a la coalición opositora en la Cámara baja del Congreso, para ponerle un freno al kirchnerismo.

Pero cuando llegó al Congreso de la mano de Cambiemos, fue la primera en abandonar el bloque opositor cuando quedó confirmado que el kirchnerismo retornaba al poder. En ese momento, referentes del macrismo salieron a cuestionar la actitud ciertamente “traidora” de la por entonces flamante diputada nacional. Justamente, este hecho fue lo que llevó a Patricia Bullrich a cuestionar en los duros términos en los que lo hizo para referirse a la mujer de Germán Alfaro.

Tal fue así, que la presidenta del PRO le exigió a Beatriz Ávila “que devuelva la banca” que había obtenido gracias a su postulación por Juntos por el Cambio. Pero quien se expresó de manera más dura y contundente fue el por entonces saliente presidente Macri, quien se refirió en duros términos a la decisión de Beatriz Ávila de romper con JxC, espacio por el que fue electa, y sumarse al interbloque Unidad Federal para el Desarrollo.

A través de las redes sociales, sostuvo que se trató de “una traición a la confianza de los votantes”. Estas críticas enfurecieron a la mujer de Alfaro porque quedaba en evidencia su alta traición política para serle funcional al kirchnerismo y envió la respuesta por las redes sociales: “La ministra Bullrich descalifica las conductas de los partidos que no supieron contener en alianzas y que no supieron manejar, porque nunca extendieron su visión más allá de la capital”.

Asimismo, Beatriz Ávila amplió diciendo que “Bullrich habla estrenando su cargo de presidenta del Pro, partido al que no pertenezco ni pertenecí. Sí, mi partido, el PJS, formó parte de una coalición como Cambiemos que no se preocupó por contener a sus aliados”. Acto seguido, agregó que “ni por bajar políticas de acción, ni por generar diálogos ni consensos. Por todo esto es que Cambiemos naufraga en un mar de indefiniciones y naderías”.

Pero era tal la furia que no se detuvo allí Beatriz Ávila, al punto de que publicó también que “siempre es más fácil esconder los errores propios criticando las acciones de los otros, pero todos sabemos que, en política, quien no puede hacer autocrítica, no puede aspirar a grandes destinos”. Como si esto fuera poco, la mujer de Germán Alfaro dedicó la respuesta más fuerte a Mauricio Macri.

“El Presidente Mauricio Macri que causó la mayor angustia traicionando la esperanza de todo el pueblo argentino y manejó a sus votantes con slogans publicitarios vacíos de contenido, hoy se preocupa por mi relación con nuestros votantes”. Pero el peso de la opinión pública, pero, sobre todo, de parte de los votantes de Juntos por el Cambio, comenzó a hacerse insostenible para Beatriz Avila.

Es por ello que hasta tuvo que salir a hablar con la prensa para intentar disuadir a todos de que ni ella ni su marido era traidores. “Nosotros no somos del PRO, de ahí viene la gran confusión. Jamás fuimos PRO, y ellos no supieron contener a los bloques provinciales” y “nosotros no nos hemos vendido”, no eran más que intentos en vano para convencer a la sociedad de que en realidad no son oportunistas.

Es por ello que cabe preguntarse entonces: ¿Cómo es posible que el PRO haya incluido al alfarismo dentro de Juntos por el Cambio después de la alta traición que cometió la pareja Alfaro – Ávila? ¿Vale todo en la política, incluso, mirar para otro lado sólo por una cuestión de sumar adhesiones? ¿Acaso no era posible que el PRO volviera a ser traicionado por Germán Alfaro, sobre todo considerando el resultado en las elecciones del pasado mes de agosto de este año?

Lo cierto es que se asomaba el fin del alfarismo como fuerza política nefasta que azotó la capital provincial dejándola a la deriva en menos de una década de calamitosa y mediocre gestión de Germán Alfaro. Y es que era inevitable que tanto el intendente de San Miguel de Tucumán como su esposa pasarán a cuarteles de invierno a causa de que perderán el poco poder que les quedaba.

En definitiva, así como fueron los mismísimos ciudadanos los que hundieron los sueños de perpetuarse en el poder de Alfaro por medio de su esposa, también terminaron por hacer añicos los espurios deseos del matrimonio capitalino de alcanzar los fueros para un intendente que comienza a ser asediado por las causas judiciales que serían de inminente comienzo apenas deje en octubre su cargo. De allí su necesidad de regresar a las filas del gobierno provincial.

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