El intento por formalizar la creación del frente electoral desordenó todavía más las piezas del rompecabezas que es hoy Juntos por el Cambio (JxC). El alfarismo y el sanchismo sostienen sus posturas completamente opuestas dentro de la oposición. No encastran de ningún modo internamente, excepto al declamar ambos sectores que forman parte de la coalición, que no van a romper el espacio y que el adversario está en Casa de Gobierno.
En los hechos abundan las desconfianzas, las tensiones y las fisuras, y escasea el diálogo entre el intendente Germán Alfaro (PJS) y el diputado Roberto Sánchez (UCR). Sin embargo, desde el alfarismo apuntan a “embarrar la cancha” y para ello, juegan lo más sucio posible en aras de intentar confundir a la población por medio de viles mentiras, las cuales desde Juntos por el Cambio fueron desestimadas oportunamente.
Por un lado, desde el alfarismo insisten con el hecho de que las internas abiertas son ilegales, lo cual es falso debido a que no hay ni una sola mención de prohibición en las leyes electorales provinciales. Además, se señala desde el Municipio capitalino que no se pueden realizar por imposibles, lo cual también es mentira ya que organizar las internas abiertas son tan complicadas o simples como las cerradas.
Asimismo, desde el alfarismo se indica que le permitirá al oficialismo entrometerse, algo falso debido a que los padrones para la interna abierta de Juntos por el Cambio no incluyen a ningún afiliado del partido que no integre el frente, el cual estará constituido por los afiliados a los partidos de JxC más los no afiliados a ningún partido. Por otro lado, desde el alfarismo se insite de nuevo con que una interna abierta es una distorsión de la democracia.
Lo cual también es falso ya que, al contrario, justamente lo que se busca hacer es la ampliación de la base de representación y por lo tanto de legitimidad democrática. Además, desde el oficialismo capitalino se hace hincapié en que la Junta Electoral Provincial no dará curso a una interna abierta en Juntos por el Cambio, lo cual se plasmó como falso en una respuesta a un requerimiento de opinión realizada por gente del gabinete municipal de la capital.
Y es que en la misma se advirtió que mientras no se violente lo dispuesto por las leyes electorales y de partidos políticos de la provincia, no hay problema alguno. Desde el alfarismo se insistió también con que las internas abiertas no serán admitidas por las autoridades nacionales de JxC, cuando la mesa nacional de la coalición ya resolvió al respecto que los tres pasos para resolver las candidaturas serán o por acuerdo, o por encuestas electorales o por internas abiertas.
Para colmo, desde el alfarismo se insiste con que las internas serán judicializadas, cuando esto siempre puede ocurrir sean cerradas o abiertas, por lo que hay que asegurar la transparencia del acto comicial con la junta electoral que constituye el frente. También se señala desde el alfarismo que no se podrá acceder al padrón, cuando las herramientas digitales para revisar el mismo son de uso cotidiano y conocido en la Junta Electoral Provincial y en los partidos políticos.
Asimismo, desde el alfarismo se señala que las internas abiertas dividen a JxC y que eso es funcional al oficialismo, lo cual es falso ya que lo verdaderamente funcional al oficialismo es evitar la participación democrática de la gente en elecciones transparentes. En definitiva, desde el sector que conduce Germán Alfaro lo que no dicen en realidad es que están tratando de evitar que la opinión de más de un millón de tucumanos se visibilice.
Esto se debe al hecho de que desde el alfarismo intuyen el fin de las mezquindades y de las roscas electorales a las que están acostumbrados. Y es que lo que todavía no entendieron en las huestes del oficialismo capitalino es que Juntos por el Cambio nació como expresión de la nueva forma de hacer política y como resultado de la crisis de representación. Algo para lo cual el alfarismo no está preparado y que podría inducir a una ruptura sin retorno de parte del sector que responde a Alfaro.
