Vacunación Dengue

Germán Alfaro llora su inoperancia y mediocridad, mientras niega reconocer su fracaso

Los vecinos le dijeron “basta”. El intendente de la capital quiere judicializar su derrota para no hacerse cargo de su deplorable gestión frente a la ciudad

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Germán Alfaro
Vacunación Dengue

Algo olía mal cuando hace exactamente unos 100 días se anunció con bombos y platillos el proyecto para pintar un mural gigante de la cantora Mercedes Sosa en un edificio de avenida Mate de Luna, arteria en la que el alcalde de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, ha enfocado siempre gran parte de sus esfuerzos para describir gráficamente su gestión dentro de las cuatro avenidas.

Por entonces, desde Tucumán Despierta se hizo hincapié en el hecho de que el accionar errático del intendente se encuadraba en un escenario que por entonces arrojaba un empate técnico entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos que llevaba a Rossana Chahla como su máxima apuesta para recuperar el distrito electoral más importante de la provincia. Y es que Alfaro estaba tan perdido que quería hacerse pasar por “progre”.

Asistencia Pública

Mucha agua pasó bajo el puente hasta ayer día jueves cuando, tras la continuación del escrutinio definitivo de las 203 mesas de San Miguel de Tucumán que faltaban escrutar, se anunció una tendencia irreversible a favor de Rossana Chahla, que en total le sacaría una diferencia de más de 4.900 votos a Beatriz Ávila. Acto seguido a que se conocieran las cifras, el organismo electoral rechazó un planteo realizado por Germán Alfaro.

Movilidad

El cual implicaba abrir todas las urnas de la Capital. Fue entonces que representantes del alfarismo que se encontraban fiscalizando decidieron dejar de participar del escrutinio. Allí Alfredo “Fredy” Toscano -legislador electo por un acople de Juntos por el Cambio-, avisó a la prensa que iban a “dejar de fiscalizar la elección de la lista 831, en la categoría intendente y gobernador, porque ya no tiene sentido”.

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Alfredo Toscano

Se descuenta que Alfaro, para avanzar con la presentación judicial, apele a su abogado particular y artífice de las cautelares que derivaron en la suspensión de las elecciones del próximo 14 de mayo, José Roberto Toledo. Esto se debe a que el intendente quiere judicializar su derrota para no reconocer su deplorable gestión frente a la ciudad, una que los vecinos de San Miguel de Tucumán conocen a la perfección.

Para empezar, todo comenzó con los ocho años de indiferencia de la gestión alfarista con las obras públicas en lo que hace a los alrededores más allá del centro. En ese marco, cabe recordar que el déficit de inversión en muchos años ha conseguido que, por ejemplo, deba producirse un recambio de cañerías para mejorar la capacidad de agua potable en barrios que son históricos como Ciudadela, Villa Lujan, barrio El Bosque, Villa Urquiza, Villa Alem.

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Sólo por tomar apenas un punto de los tantos flojos que tiene la gestión alfarista, también hay que mencionar que es necesario producir un recambio de cañerías de cloacas para resolver los afluentes cloacales que hoy tiene la capital y que agobian a los tucumanos. De más está decir que San Miguel de Tucumán se encuentra en una verdadera y lamentable emergencia hídrica y sanitaria.

Si para muestra basta un botón, lo anteriormente mencionado no hace más que dar cuenta acerca de las consecuencias de la falta de transparencia del municipio de la Capital, con el penoso y gravoso agravante de que el municipio, primero que está administrado en las mismas manos que hace 20 años. Primero Amaya con el actual intendente Alfaro como secretario gobierno, manejando la Municipalidad, desde el 2003 en adelante, con el mismo equipo.

En todo este tiempo, los ciudadanos han podido constatar que la ciudad no ha crecido. En ese sentido, tenemos el segundo y tercer cordón de la ciudad en situaciones desesperantes, sin ningún tipo de presencia del Estado. Hay un 70% de barrios de la Capital que están fuera de toda gestión municipal, basurales, falta de iluminación, de limpieza, ausencia del estado municipal absoluta.

La única verdad es la realidad y la misma indica que el intendente ha centrado su gestión dentro de las cuatro avenidas, donde ha hecho cosas que no parecen que sean las mejores de acuerdo a la propia perspectiva de los ciudadanos, que cuestionan cada vez más la gestión alfarista en la capital. Desde una plaza Independencia, por ejemplo, que no ha colmado las expectativas de los tucumanos.

Pero eso no es todo, basta con recordar que Germán Alfaro ha semipeatonalizado calles que realmente complican la circulación. Y es que la incompetencia del intendente no le permite darse cuenta de que en San Miguel de Tucumán tenemos una ciudad pequeña, con una enorme densidad, con muchos vehículos y hay que tomar medidas de otra naturaleza para descomprimir.

Y es que la clave pasa por priorizar el transporte público, algo que no se hace con las decisiones que toma el intendente. Cometió muchos errores, como fue la más que recordada (mal) licitación del estacionamiento, con una adjudicación de una empresa fallida y dándole el 85% de la recaudación a una empresa que solo debía bajar una aplicación y generar un sistema de pago automatizado.

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Estacionamiento Medido

Realmente insólita la cesión que se le hacía a esta empresa, además dejando fuera a cientos de trabajadores que prestaban el servicio, con errores por supuesto, pero que no podemos ignorarlos. Debe tener una mirada social. Pero a Germán Alfaro no sólo le sobra inoperancia y mediocridad, también carece de la más básica sensibilidad política para contemplar realidades que desconoce por completo.

Lo cierto es que a lo largo y ancho de todos estos años de pésima gestión quedó más que claro que todo lo que hace el municipio en términos de licitación huele mal. Hay sospechas, números que no cierran, decisiones que rozan lo poco ético. Esto nos lleva a pensar que hay otras intenciones. Creemos que es un modelo de gestión agotado, que hay personajes que han agotado la gestión, Germán Alfaro, por caso, en primer lugar.

Sólo cabe recordar que la Municipalidad de San Miguel de Tucumán resolvió dejar sin efecto otra licitación pública millonaria en medio de las tensiones políticas e institucionales que atravesó en su momento con la Provincia. Y es que, acorralado por la Justicia, Germán Alfaro decidió frenar el acto administrativo por el mantenimiento correctivo y preventivo con renovación de tecnología del complejo semafórico.

Siempre la administración de Germán Alfaro se caracterizó por una enorme irresponsabilidad e indolencia. Esto lo lograron amparándose en la impunidad característica reinante en esta provincia con la que se manejan desde siempre. ¿Cuántas veces más desde Tucumán Despierta se mostró calles detonadas y escombros desparramados por doquier? Si la única verdad es la realidad, está claro que Alfaro es un cúmulo de ineficiencia.

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Calles destruidas

Junto con desidia para no terminar haciéndose cargo de absolutamente nada. Ya no solo no da cuenta de los enormes gastos discrecionales que hace, tampoco rinde cuentas de sus promesas vacías de contenido. Los que están en la lona siguen siendo el Mercado del Norte y quienes en el establecimiento trabajaban y quedaron expuestos al abandono y degradación del Mercado del Norte en la gestión alfarista.

De hecho, la frase señala que de un burro no se puede esperar más que una patada, de parte de Enrique Romero sólo se puede esperar violencia y agresión. No en vano, hace poco más de un año el SOEM realizó una asamblea en la Dirección de Subsecretaría de Tránsito de la provincia para pedir la renuncia de Enrique Romero. Esto se dio en el marco del incremento de violencia por parte del Subsecretario de Tránsito y sus agentes.

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Enrique Romero

Quienes suelen actuar con total impunidad agrediendo tanto verbal como físicamente a los ciudadanos. “Este hombre no está en sus cabales, está a la vista de todos, cumplió una etapa y se tiene que ir” afirmó en su momento Cacho Acosta, Secretario General del SOEM. La falta de respeto y la violencia que propició Romero a lo largo de este último tiempo se volvió moneda corriente en el día a día de los tucumanos.

Sin embargo, en lugar de hablar del fracaso de su gestión, Alfaro pretende culpar a las elecciones, a las planillas y a todo lo que se le ocurra. Pero no hace mea culpa del por qué los vecinos de la capital dijeron basta mientras que pretende culpar a los demás cuando él es el verdadero responsable de este fracaso al que lo llevó su propia gestión desde hace unos ocho años.

Para colmo, el alfarismo contó con blindaje mediático en toda su gestión que le tapó cuanto acto espurio tuvo lugar de la mano de Alfaro cuando nadie hablaba y ni mostraba su mediocridad en lo que respecta a San Miguel de Tucumán. De todas formas, ni siquiera eso sirvió para salvarlo de la derrota. No en vano, tanto el intendente como la postulante de su propia esposa hasta perdieron en su propio lugar como fue el caso de Villa Amalia.

Lo cierto es que a Alfaro se le acaban los negocios, su mandato y su anhelo de ser candidato a gobernador. Debería, en este tiempo que le queda hasta entregar el municipio, dedicarse a rendir cuentas y pedir perdón a los ciudadanos de San Miguel de Tucumán por dejar una ciudad devastada, quebrada, sin transporte público, endeudada, con muertos por inundaciones y haberla convertido al Jardín de la República en un basural a cielo abierto.

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