Germán Alfaro se encuentra contra las cuerdas desde que en Juntos por el Cambio está cada vez más instalado que será finalmente Roberto Sánchez quien encabece la fórmula para gobernador por la provincia. A tal punto llegó la pérdida de sentido por parte del intendente capitalino que ahora salió a decir que San Miguel de Tucumán tiene una suficiente cantidad de árboles y hasta se dio el lujo de sacar pecho al respecto.
La ignorancia sobre este tema del “lord mayor” de la capital tucumana, desconoce que jamás será suficiente la cantidad de árboles en una ciudad densamente poblada dentro de una provincia que cuenta con una de las temperaturas más altas en verano. Pero lo peor del caso es cuando admite en una entrevista brindada ayer viernes que el municipio que gobierna desde hace casi una década no cuenta con el personal suficiente para hacerse cargo del arbolado.
Y es que se trata de una verdadera vergüenza que la gestión alfarista no cuente con personal que monitoree el estado de los cerca de 400.000 árboles que hay en la ciudad, de acuerdo a las mismas cifras oficiales difundidas por el propio municipio. Y es que no la única verdad es la realidad y la misma indica que no hay inspectores que supervisen el estado de los árboles de la capital.
Por el contrario, lo que existen no son más que empleados que van y realizan la poda o la tala según corresponda y cuando les indican. Para colmo, existe una guardia que funciona las 24 horas pero que sólo accede a partir de denuncias que formulan particulares. Es decir, todo muy atado con alambres, defecto típico de la gestión de Alfaro. Está claro que todo lo ocurrido no puede entenderse de otra forma si no es por la inoperancia de los funcionarios municipales.
Y si de gestión defectuosa hablamos, todavía resuenan las declaraciones vertidas en su momento por parte de Carlos Arnedo, el Secretario de Servicios Públicos Municipalidad de San Miguel de Tucumán, cuando insistió con que el municipio capitalino no tuvo responsabilidad alguna en el trágico hecho que tuvo lugar en diciembre del 2021 en el parque Avellaneda. Todo con tal de deslindar responsabilidades de parte del alfarismo.
Y es que, para el funcionario municipal, lo que ocurrió aquella vez “pasó por cuestiones de la naturaleza particularmente”. Pero no sólo manifestó tamaña estupidez, sino que hasta se dio el lujo de redoblar la apuesta y asegurar en su momento que “es un árbol que está en condiciones, pero el gajo tenía mucho peso y comenzó a ceder, no es que se cayó de una”. Esto significa que hubo una reevaluación de parte del oficialismo capitalino.
Y es que, cuando vieron que echarle la culpa al emprendimiento gastronómico de la zona era un despropósito a todas luces, ahora empezaron a operar mediáticamente para intentar convencer a la opinión pública que la culpa, en realidad, la tuvo nada menos que el clima. De esta manera, la irresponsabilidad de la gestión Alfaro sólo es medible con el cinismo propio de quienes dirigen el municipio de San Miguel de Tucumán.
Además, el Intendente se dedica a malgastar recursos en peatonales y en una pésima inversión en la Plaza Independencia debido a que Alfaro está pensando en gobernar para las cuatro avenidas, donde vive el 12% de los vecinos. Lo lamentable es que no pasó demasiado tiempo desde su estruendosa y sobreactuada reinauguración. A pesar de que se redujo ostensiblemente el arbolado, nada impidió que una mayor iluminación generara escaso miedo a los desaprensivos de siempre para destrozar varios sitios de la Plaza Independencia.
La realidad es que, con mucho menos que 200 millones de pesos, la ciudad podría haber recuperado la Asistencia Pública, el Palacio de los Deportes, acondicionar y alquilar el local de calle Buenos Aires primera cuadra o construir una nueva escuela municipal. Se trata de mucho dinero dilapidado de un crédito no reintegrable que podría haber mejorado la calidad de vida de miles de tucumanos que habitan la Capital tucumana.
“Una nueva plaza está naciendo en el corazón de barrio Sur. Iniciamos las obras para crear un paseo en la esquina de Alberdi y Las Piedras. Será un espacio verde para el encuentro de las familias”, anunció la Municipalidad de San Miguel de Tucumán a través de las redes sociales, junto a los renders del futuro paseo público. Sin embargo, la respuesta de los vecinos apuntó contra la falta de árboles: “Puro cemento”, reprocharon.
“Puro cemento”, advirtió @lopezcami1; “Mas árboles! Eso no es espacio verde aunque esté pintado de verde”, planteó @rochyfiori; “Diseñar sin conocer el contexto del lugar es fácil, pero inútil. Quizás puedan trabajar junto a los vecinos de la plaza y diseñarla juntos. Todavía están a tiempo!”, propuso @biciconciencia. “Pongan más árbolesssssss, y de los altos, necesitamos SOMBRAAAA”, reclamó @MissDTiare; “Ponganle más arboles!!!”, pidió @mica_cgonz; “Faltan árboles y pasto”, consideró @maranaintebrein.
Una plaza sin árboles, no sé podría usar salvo durante la noche. En Tucumán tenemos temperaturas muy altas y la plaza sería un completo desierto de 10 am hasta las 20 o 21 hs cuando el sol y el pavimento ya no ardan. Y también se deberían cambiar a quien diseña los juegos para niños, deberían ser más prácticos. En todas las plazas los mismos toboganes, incómodos para que los más chiquitos se suban.
Y es que si no hay árboles los juegos son intocables con el calor que hace en Tucumán. Nadie puede creer que en el alfarismo no entiendan que la gente quiere césped y árboles. En definitiva, lo cierto es que la falta de políticas públicas que tiendan a la conservación de los árboles constituye materia pendiente para contrarrestar los peligros y las consecuencias dañosas para los vecinos, a los cuales Alfaro les deforesta los árboles y la vida digna en la ciudad.
