La Corte Suprema de Justicia de la Nación se encuentra en el medio de la presión del Gobierno y el de la sociedad en torno a la definición que deberá tomar acerca de los jueces desplazados por el Senado. Hasta aquí, el máximo tribunal nacional optó por guardar silencio, pero en un momento en el que no hay lugar para los tibios, deberá decidir sobre el futuro de los magistrados que investigan a Cristina Kirchner y a los suyos en sendas causas de corrupción.
Así lo entendió el titular de la C.S.J.N., el Dr. Carlos Rosenkrantz, convocó a un “acuerdo extraordinario” para el próximo martes. El objetivo será el de tratar los recursos presentados por los jueces que se vieron afectados por el accionar del oficialismo: Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli. Y es que dichos recursos fueron realizados hace semanas por los magistrados damnificados sin que hayan obtenido algún tipo de respuesta.
Y es que la especulación de los magistrados que integran el máximo tribunal, no podrá seguir sosteniéndose ante la presión constante que la sociedad ejerce en las calles en marchas regulares y que interpelan especialmente a la Justicia. Sin embargo, pareciera que esta vez escucharán la demanda de la ciudadanía y cumplirán con el deber patriótico que les asigna el contexto social y político que atraviesa a la Argentina.
De esta manera, la convocatoria se inclina del lado de la gente que clama por la defensa de las instituciones. Y dejaría de lado las presiones que en los últimos días le hizo llegar a la Corte el Poder Ejecutivo para que, o bien convaliden la estrategia implementada por el oficialismo, o dejen pasar el tiempo necesario para que todo continúe tal y como está en esos momentos, dejando a los magistrados que investigan a Cristina Kirchner fuera del juego.
En los pasillos de los tribunales, se sabe que existen cientos de jueces que esperan una señal de parte de la Corte Suprema para saber si podrán trabajar tranquilos o si deberán soportar la embestida kirchnerista sobre la Justicia. Además, la sucesión de marchas y manifestaciones contra la parsimonia del Poder Judicial terminó por convencer a Rosenkrantz de que era necesario hacer algo antes de que el clima social empeore.
Entonces, teniendo en cuenta que hasta aquí no pudo reunir los tres votos necesarios de los cinco integrantes de la Corte para tomar cualquier resolución, decidió ayer jugarse la última carta de cara a la demanda social. Es por ello que convocó a un acuerdo extraordinario para tratar el tema de la remoción de los jueces que investigan a Cristina Kirchner, lo cual, implicará que sus colegas del máximo tribunal deban tomar cartas en el asunto.
Esto significa que los restantes miembros de la Corte Suprema deberán dejar en claro su posición acerca de la remoción de los jueces federales, sabiendo que los ojos del Gobierno y los de la sociedad estarán sorbe ellos. El peso de una ciudadanía movilizada en pos de defender a las instituciones y de clamar por el fin de la impunidad y la corrupción, seguramente pesará más a la hora de jugarse de una vez por una posición.
