La Regional San Isidro de La Cámpora emitió un duro comunicado contra la conducción camporista encabezada por Máximo Kirchner, como así también contra los funcionarios provinciales que faltaron al acto organizado por Axel Kicillof en Florencio Varela. En el kirchnerismo no se habla de otra cosa y crece la preocupación por el impacto que la interna tendrá en la gestión provincial, que ya luce exhausta por la falta de presupuesto.
En una batalla que en pocas semanas mutó de subterránea y silenciosa a pública y estridente, la tensión trepó un escalón más tras con el comunicado que La Cámpora San Isidro subió a sus redes en el que caratulan como “inentendible” la decisión de Máximo Kirchner de que los militantes y dirigentes de La Cámpora no asistieran al acto que organizó Kicillof en Varela.
El acto, diseñado hasta en el más mínimo detalle por Andrés Cuervo Larroque y Carlos Bianco, le puso fecha al nacimiento del Kicillofismo como corriente interna del Kirchnerismo en un claro desafío hacia el hijo de la expresidenta que, hasta ahora, ordenaba apenas un escalón por debajo de Cristina, lo que sucedía puertas adentro de Unión por la Patria.
Poco menos de un mes atrás, el gobernador había tenido que posponer el parto ya que, en una rápida movida de la intendenta Mayra Mendoza, la comentada visita de Cristina a Quilmes se superpuso al acto que Axel encabezaría en Avellaneda. Si bien el “axelismo” no suspendió la inauguración de un centro cultural en homenaje a Néstor Kirchner, le cambió el horario y le bajó el perfil para no confrontar abiertamente con su mentora.
Una vez convocado el acto en Florencio Varela y, con la creciente adhesión de distintos sectores internos del kirchnerismo, La Cámpora no pudo repetir la treta de armar un acto en simultáneo y quedó ante el dilema de asistir o no asistir. A sabiendas de que les devolverían el frío trato que le dispensaron a Axel en sus visitas a Hurlingham y Quilmes, la cúpula de La Cámpora decidió no asistir y mostrar abiertamente la distancia.
El comunicado publicado por La Cámpora de San Isidro no hace más que exponer hacia afuera lo que en varias regionales se viene discutiendo puertas adentro. Marcos Cianni, secretario general de San Isidro, es a su vez Director Provincial en el Área de Deportes de la Gobernación Bonaerense y comparte incómoda situación con todos los funcionarios que en teoría deberían responder al Gobernador, pero que en la práctica se ausentan de sus apariciones públicas.
Algo similar había ocurrido el 24 de marzo en la movilización conmemorando el último Golpe de Estado, cuando Axel marchó a Plaza de Mayo desde la sede de Madres de Plaza de Mayo con la mitad de su Gabinete; la otra mitad marchó con Máximo desde la Esma. También habían estado ausentes en la movilización universitaria, cuando Axel se mostró cerca de Plaza Congreso con un puñado de Intendentes y sus armadores más cercanos, Larroque y Bianco.
Cerca de Axel tratan de bajarle el tono a la confrontación y plantean que, si el kirchnerismo quiere tener futuro. Todos deben trabajar para potenciar la figura del Gobernador. Sin embargo. En La Cámpora no creen que Axel tenga que asumir el rol de conductor y pretenden ubicarlo en el rol de administrador y figura pública.
Mientras tanto, Cristina mantiene un incómodo silencio y se limita a algunas apariciones públicas para blindar a La Cámpora de las críticas del resto del Kirchnerismo, que se ilusiona con el fin del reinado a la hora del armado de listas.
