En el marco de la polémica generada en torno a los dichos de la conductora Viviana Canosa y la periodista Laura Di Marco acerca de la vicepresidenta Cristina Kirchner y el estado de salud de su hija Florencia, la hija de José Alperovich no tuvo mejor idea que “sacar la cabeza del agua” y atreverse a opinar sobre el tema y hasta pedir por el fin de la violencia hacia las mujeres con total desparpajo y sin vergüenza alguna.
Y es que nada dijo justamente acerca de que el propio Estado que ella dice defender, por medio del Poder Judicial, es el que le está dando la espalda a su prima, quien denunció que fue violada por su propio tío, quien a su vez es nada menos que el propio padre de la legisladora, es decir, el ex gobernador de Tucumán, José Alperovich, quien está procesado por supuestamente haber violado a la prima de Sara Alperovich.
Una joven que, al cumplirse dos años de su denuncia, expresó en una carta pública que “sigo esperando, día a día, respuestas, investigaciones serias, medidas, justicia”. Pero está claro que siguió esperando, ya que manifestó que “mientras espero, acumulo demoras poco profesionales. Y mientras acumulo esas demoras miro a mi alrededor y advierto que ni el horror que me tocó vivir, ni los infiernos que atraviesan miles de mujeres y niñas son suficientes para que traten las causas con la responsabilidad y debida diligencia que merecen”.
Esas declaraciones dejan en claro que víctima no está teniendo respuestas del Estado como reclama su prima, Sara Alperovich, para sancionar por medio de la censura a dos comunicadoras profesionales como Viviana Canosa y Laura Di Marco. ¿Es que acaso no merecen justicia todas las víctimas de violencia? ¿Entonces por qué hace un estruondoso silencio en torno a la supuesta violación de su prima a mano de su padre?
Ya que tanto declama Sara Alperovich que las instituciones les deben respuestas a las mujeres en general y a Cristina y Florencia Kirchner en particular, ¿Qué pensará acerca del destrato del Estado para con su propia prima? “Ir a la Justicia representa un verdadero desafío, en el que experimenté un vértigo estremecedor que logré aliviar con la templanza que me otorga la certeza de la verdad”, dijo la víctima.
Y es que de esta manera la joven viene dejando en evidencia la revictimización que sufre de parte del Estado por la falta de respuesta a su denuncia. Pero no sólo eso. También alertó acerca del “espanto de lo atravesado y de lo que genera estar frente a un sistema que intimida, contando con lujo de detalles los abusos a los que fui sometida”. El mismo que puso en jaque a José Alperovich pero que también mantiene en stand by el proceso en su contra.
¿Acaso no tiene vergüenza Sara Alperovich de destacar un par de dichos sobre Cristina Kirchner y su hija, cuando el caso de su prima no avanza ni siquiera para atrás? Las propias palabras de la legisladora la condenan. No en vano, la frase indica que el pez por la boca muere. Algo que parece obviar a propósito la dirigente política. Ahora bien, ¿Acaso es que existe alguna otra razón escondida para semejante defensa de la condenada vicepresidenta por corrupción?
Y es que existe la posibilidad de que Sara Alperovich se juegue a todo o nada la posibilidad de Cristina y el kirchnerismo sigan en el poder más allá de diciembre para que aprieten a la Justicia y destruyan de una vez la causa en contra de José Alperovich. Mientras que las desgarradoras palabras escritas por su prima en una carta pública no despiertan en ella la más mínima empatía ni la más pobre defensa.
Si la frase dice que la mentira tiene patas cortas, la hipocresía debe arrastrase para poder seguir andando. ¿Se sentirá como una verdadera hipócrita Sara Alperovich? ¿Aplicará la máxima de Juan Domingo Perón que decía que al enemigo ni justicia? ¿Considera a su propia prima una enemiga a la que ni siquiera hay que dar continuidad a su denuncia? ¿Avalará la censura para con Di Marco y Canosa con tal de quedar bien con Cristina Kirchner?
En ese marco, cabe preguntarse: ¿No es tiempo suficiente para que Sara Alperovich entienda que el Estado en general y las instituciones en particular le vienen fallando de forma sistemática a prima? ¿Y que querer censurar a periodistas con la excusa de supuestos ataques verbales no se compara en lo más mínimo con la supuesta violación de su prima a manos de su propio padre?
En definitiva, la única verdad es la realidad y la misma indica que es repulsivo que a la impunidad la secunde la hipocresía de alguien que conoce perfectamente que a su prima el Estado la abandonó a su suerte. La verdad no es mala, es malo que no tenga solución. Y, sobre todo, cuando podría existir la supuesta intención de agradar a Cristina Kirchner para asegurarle hipotéticamente impunidad para su padre.
