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La inflación de enero fue de 20,6% y se disparó a 254,2% en 12 meses

La suba de los precios de los alimentos fue de 20,4%; también se registraron fuertes alzas en artículos de cuidado personal, transportes, combustibles y comunicación

Precios Justos
Los precios siguen un curso ascendente | Ministerio de Economía
Descacharreo

Con una desaceleración frente el pico de diciembre, pero en niveles aún elevadísimos, la inflación de enero fue de 20,6%, afectada todavía por el arrastre de la devaluación del mes pasado y la política de liberalización de precios impulsada por el gobierno de Javier Milei. En 12 meses, los precios subieron 254,2%.

La inflación interanual sigue siendo la más alta desde abril de 1991 (267%), mientras que el número mensual se halla sólo por debajo del que se vio en el país en febrero de ese mismo año (27%).

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Se trata del primer índice de precios puramente bajo la gestión libertaria, ya que el pico de diciembre (25,5%) fue compartido por ambas gestiones: la pasada, que profundizó las distorsiones de precios relativos mediante congelamientos y volcó miles de pesos en el mercado en busca de lograr un buen resultado electoral. Y la nueva, que comenzó un camino de shock para normalizar esas variables.

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La división de mayor aumento en el mes fue Bienes y servicios varios (44,4%), producto del incremento en artículos de cuidado personal. Le siguieron Transporte (26,3%) -por alzas en transporte público y el arrastre del aumento de combustibles- y Comunicación (25,1%), por la suba en servicios telefónicos y de internet.

El capítulo con mayor incidencia en todas las regiones fue la de Alimentos y bebidas no alcohólicas (20,4%). Al interior de la división se destacan las subas de Carnes y derivados y Pan y cereales. La inflación núcleo, que elimina precios regulados y estacionales, mostró un incremento de 20,2% en el mes.

Cristina Kirchner y Javier Milei
Cristina Kirchner y Javier Milei

La mirada de Caputo

Según el Ministerio de Economía, el dato de enero “confirma el sendero de desaceleración en la nominalidad que se viene observando desde mediados de diciembre, a una velocidad mayor que la prevista por el mercado”. Además, agregaron que el número de enero todavía tiene implícito un elevado arrastre estadístico de diciembre, derivado del overhang monetario heredado y el sinceramiento de precios relativos en la primera semana de la administración actual”.

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“El traslado a precios de la devaluación de diciembre fue mucho menor al del salto del tipo de cambio en agosto del año pasado. Mientras en aquel entonces la mejora en el tipo de cambio real fue consumida en menos de dos meses, entre diciembre y enero la inflación fue de 51%, frente a una suba nominal del tipo de cambio de referencia de 129%. Esto se dio a pesar de que a partir de diciembre se fueron sincerando otros precios que venían fuertemente atrasados, como los combustibles o los productos de consumo masivo que se encontraban bajo esquemas de precios controlados”, explicaron en Hacienda.

“El programa económico llevado adelante por el Ministerio de Economía apunta a sostener y profundizar este escenario de desinflación. La combinación de ancla fiscal, monetaria y cambiaria, y la normalización en el comercio exterior aseguran una trayectoria inflacionaria decreciente”, cerraron.

El mercado esperaba para enero una inflación en torno al 20%. Por caso, en el primer Relevamiento de Expectativas (REM) del año, quienes participaron de la encuesta del Banco Central (BCRA) habían estimado una inflación mensual de 21,9% para enero. La dirección estadística porteña, en tanto, difundió la semana pasada su índice para el primer mes del año, que mostró un incremento de 21,7%.

Para febrero, el REM espera un alza de la inflación mensual de 18% y sólo observa un descenso a un dígito a partir de junio (8%). Sin embargo, en el Gobierno son más optimistas, y creen que la fuerte recesión -caída del consumo mediante- en la que está la economía puede lograr ese objetivo antes, en abril, ya que marzo es un mes estacionalmente alto (suele ser el pico en años normales debido al inicio de las clases).

El REM estima que la inflación a fines de año estará entre un 207,4% y 227%. De esta manera, podría superar la registrada en 2023, de 211,4%. Se trata de la variación más alta desde 1990. En los cuatro años de gobierno de Alberto y Cristina Kirchner, la inflación superó con creces un avance del 900%.

La fuerte suba de los precios cercenaron los salarios de los argentinos, que el año pasado crecieron -según datos del Indec- un 152,7%. Los sueldos ya se encuentran en niveles equivalentes a los de 2005.

En tanto, las jubilaciones aumentarán -con la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner aún vigente- sólo un 30% desde marzo, con una inflación proyectada que supera ampliamente el 50% para el primer trimestre. Las jubilaciones, según algunas estimaciones privadas, están en niveles equivalentes a los de 2002.

El ajuste vía inflación es más duro, incluso si se tiene en cuenta que el Gobierno parte de una crisis que viene licuando salarios, pensiones y jubilaciones hace años, por lo menos desde 2018. En los 72 meses que transcurrieron entre enero de ese año y diciembre de 2023, los trabajadores privados formales perdieron el equivalente a 10,5 sueldos; los públicos, el equivalente a 12,4, y los informales, el equivalente a 19,1, según datos oficiales procesados por el Iaraf, que conduce Nadín Argañaraz.

“El paquete económico está hecho para estabilizar la economía y para que la gente no sufra más problemas de inflación y devaluación y no depende en nada de la Ley”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, luego que se rechazara en el Congreso la llamada ley ómnibus. “Cuando nosotros llegamos, durante casi dos semanas, la inflación fue de 1,5 diaria. Pasamos de 1,5 diaria a 1,5 semanal, con lo cual ya claramente se está viendo una desaceleración inflacionaria importante”, agregó el ministro.

“El ingreso a los jubilados se lo licuó el gobierno pasado. Los jubilados perdieron entre un 15 y un 40% dependiendo del haber que tome como referencia. Esta fórmula no sirve porque mientras estamos en situaciones como la de los últimos años se desfavorecen los jubilados”, afirmó entonces el ministro.

La expresidente y vice, Cristina Kirchner, cuestionó hoy en un documento de 33 páginas al gobierno de Milei y a Caputo. “Hasta el momento, el nuevo gobierno sólo ha desplegado un feroz programa de ajuste que actúa como un verdadero plan de desestabilización y que no solo retroalimenta el espiral inflacionario colocando a la sociedad al borde del shock, sino que además provocará irremediablemente el aumento de la desocupación y la desesperación social en una suerte de caos planificado”, escribió y luego señaló que ni el déficit fiscal ni la emisión son la causa de la inflación: ”Capítulo aparte merece la cuestión del déficit fiscal y la emisión monetaria para cubrirlo como única causa de la inflación tal cual sostiene el Presidente en ejercicio y no pocos ‘analistas’ económicos”. “El mundo demuestra que esta tesis no tiene sustento en la realidad”. José Luis Espert la trató de “bruta”.

Luis Caputo
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo
Télam Agencia de noticias

La opinión de los expertos

“El 20,6% de enero mostró una importante desaceleración respecto a diciembre, especialmente durante las últimas dos semanas, según mediciones privadas. Febrero podría registrar una cifra cercana al 15% y, antes de abril, estar en un dígito”, afirmó el consultor financiero Federico Domínguez.

“Todo el programa del Gobierno se basa en el ancla fiscal. El BCRA transfiere deuda al Tesoro, y no hay emisión del BCRA para financiar al fisco. Caputo está absorbiendo liquidez del mercado para cerrar la brecha. Al mismo tiempo, la recesión provocada por el ajuste fiscal hace que la demanda no convalide los aumentos de precios. Por último, comenzamos a ver una incipiente normalización del flujo de importaciones. Todo esto seguirá contribuyendo a la disminución de la inflación y compensará en parte los aumentos en precios regulados. La inflación podría estar por debajo de la proyección REM″, agregó.

“En los próximos meses, por el encarecimiento en dólares, será necesaria una nueva devaluación. Para limitar el traslado a precios se debería dar en el marco de un ancla nominal de tipo de cambio, como ser una dolarización. Si bien esto provocaría un aumento de precios, en el contexto de la recesión, el incremento sería limitado”, agregó Domínguez.

“El dato estuvo bastante en línea con lo esperado, menos que lo que había sido diciembre”, dijo Camilo Tiscornia, de la consultora C&T. “Se ve el claro efecto del arrastre de lo que fue la suba de diciembre. Hubo una moderación a lo largo de enero, pero el dato del mes, que es un promedio, te da muy alto por todo lo que se había subido en la segunda parte del mes pasado por la devaluación”, agregó el especialista.

“Es probable que la inflación baje todavía más en febrero. Se puede acercar al entorno del 14% o 15%. Lo que hemos visto en esta semana es que hubo algunas subas bastante importantes en alimentos y bebidas, sobre todo alimentos. Veremos si no tiene que ver con algo de la lluvia, que haya habido algún tipo de problema de abastecimiento, pero si hubo una suba bastante fuerte en alimentos”, cerró.

“La desaceleración de enero está en línea con lo que proyectábamos desde Analytica, entre otras cosas, porque en el relevamiento semanal durante todo el mes se registraron menores aumentos en alimentos y bebidas”, afirmó Claudio Caprarulo, director de esa consultora privada.

“En términos relativos, el dato es bueno porque es una caída de cinco puntos de un mes a otro. El problema es que en parte está sostenida por factores transitorios como el congelamiento del tipo de cambio. Y, por otro lado, que 21% de inflación mensual sigue siendo muy dañina para la economía. Más allá del impacto en la inflación que aún resta ver por el aumento de precios regulados en febrero y marzo, y del aumento en la tasa mensual de depreciación, si el Gobierno logra desde mitad de año consolidar una tendencia declinante, deberá establecer mecanismos para que la dinámica de los primeros meses no genere comportamientos y consecuencias de difícil reversión”, cerró el especialista.

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