La noticia de la muerte de Noelia Soledad Sosa aún conmueve a los tranqueños. A muchos vecinos les sorprendió enterarse de esa trágica manera que la mujer de 30 años habría estado viviendo una relación tormentosa con Sebastián Balegno. Llevaban dos años en pareja, todos los veían juntos, pero sólo el círculo más cercano de la chica conocía de las peleas fuertes que tenían. Sin embargo, este no sería el único caso de violencia de género que el productor agropecuario habría protagonizado. La amiga y la prima de la fallecida recordaron que otra chica tampoco pudo denunciarlo, porque en su caso, el hombre les habría entregado lechones a los policías para que no le tomaran la denuncia.
El domingo pasado la pareja discutió porque Noelia había descubierto una infidelidad. Según le contó Sosa a su vecina, Balegno le dio una cachetada, la agarró de los pelos y le rompió el celular; ella a su vez comenzó a arañarlo en los brazos. Hubo un quiebre. Decidieron denunciarse mutuamente pero cuando llegaron a la comisaría a las 14 los policías les dijeron que debían volver a las 17, cuando estuviera el oficial. Sosa regresó a casa sin haber podido radicar la denuncia por violencia de género. Sin tener ninguna medida de protección, horas más tarde tomó la trágica decisión de quitarse la vida.
Sin saber aún de este desenlace, Balegno sí volvió más tarde al destacamento y denunció un hostigamiento.
La estación de servicios de la entrada de Trancas cumple un rol fundamental en la rutina de los habitantes de ese pueblo. Es uno de los centros de concurrencia más importantes de la ciudad, no sólo por el expendio de combustible sino también por su bar y por los pequeños emprendimientos hoteleros que se apostaron en la zona. A diario muchos tranqueños eligen ese lugar para desayunar y para encargar su almuerzo antes de salir a trabajar. Ese era el caso de Balegno, quien tiene sus campos en esa zona. Allí conoció a Sosa, quien era playera de la estación.
Los compañeros de Noelia cuentan que la pareja no era demostrativa; había un respeto por el lugar de trabajo de la mujer. Él a veces la llevaba a la estación y casi siempre la pasaba a buscar a la salida en su camioneta. No convivían; Noelia vivía con sus dos hijos pequeños.
En Trancas cuentan que Balegno siempre secundaba a su padre en el negocio agropecuario. Dicen que cuando el progenitor falleció fue Sebastián el hijo que pasó a encargarse de la producción en los campos. Sus hermanos apostaron por otras actividades.
Puertas adentro
Muchos desconocían lo que pasaba dentro de la relación. Pablo Arrieta, por ejemplo, contó que Balegno era un cliente de su bar, y que siempre tuvo una imagen de empresario respetado. A Sosa, por otro lado, la describió como una mujer que trabajaba bien y que tenía potencial para crecer en cualquier empresa. “La vimos bajoneada y llorando en el último tiempo, pero no conocemos los detalles. Tratábamos de animarla porque pensábamos que ella estaba mal por discusiones que después se arreglan. Por eso nos impactó mucho lo que terminó pasando”, indicó el encargado.
LA GACETA además intentó contactarse con Balegno, pero luego de lo ocurrido nadie en Trancas sabe dónde está. Cuando se conoció que Sosa quiso denunciarlo por violencia de género, agrupaciones feministas junto a familiares y vecinos se manifestaron frente a su casa: pintaron grafitis y colgaron banderas pidiendo justicia por Noelia. El sospechoso de haber agredido a su pareja dejó la vivienda por su seguridad.
Testigos
Noelia se abría mucho más con sus amigas de la playa. Romina Agüero y Jaqueline Díaz contaron que fueron notando cómo su compañera comenzó a decaer cuando empezó esta relación. “Noelia era una mina alegre, divertida, una chica hermosa que se vestía lindo. Cuando comenzó a salir con él dejó de salir, se iba a su casa después del trabajo. Empezó a bajar de peso y sufría ataques de ansiedad: lloraba y temblaba”, describió Díaz. Las dos jóvenes estaban muy afectadas por la muerte de su compañera. Agüero contó que una vez le vio moretones a Noelia, quien le habría confesado que Sebastián le había pegado. Romina la reprendió por tolerar y perdonar algo así. “Nunca más me contó nada”, dijo la joven y se quebró en llanto.
Díaz explicó que primero le dijeron a Sosa que viera a un médico por el tema de los ataques; también le aconsejaron terminar la relación. A comienzos de octubre Noelia les confesó que le habían levantado la mano de nuevo, prometió dejar a Balegno pero no lo hizo. “La reprendí, le dije: Noelia alejate, hacé caso y no volvás. Nos enojamos mutuamente ese día. Todas nosotras le hablábamos, todas la puteamos, se lo quisimos hacer ver de alguna manera pero nunca nos escuchó”, recordó.
Otro caso
En entrevista con LG Play, Cintia Álvarez, la amiga que acompañó a Sosa a denunciar el último hecho, explicó que podría haber existido otra víctima de violencia de género. “Lo que Noelia me había comentado es que una ex pareja de Sebastián lo quiso denunciar también y no pudo. Al parecer los policías lo llamaban cuando ella iba a la comisaría y él les daba unos lechones a cambio de que no le tomaran la denuncia a la chica. Eso es lo que Noelia me contó a mí y también a sus compañeras de trabajo”, describió Álvarez.
También señaló que esa joven lo dejó y no volvió más a Trancas. “Noelia para haber llegado a esto es porque ya le tenía miedo”, añadió su amiga, que vive en el departamento contiguo al que habitaba Sosa.
Carla Góngora, la prima de Noelia, también mencionó en entrevista que había oído de ese otro caso.
En Tribunales: la pareja de la joven se puso a su disposición de la Justicia y negó las acusaciones
A través de un escrito presentado en la Unidad Fiscal de Homicidios II, Sebastián Balegno anunció que, a raíz de la exposición mediática de los últimos días, decidió ponerse a disposición de la Justicia para que sea investigado. También negó todas las acusaciones que se realizan en su contra en las últimas jornadas. El fiscal Carlos Sale ordenó que se recibiera el documento y luego lo envió a la Unidad Fiscal de Género que lo investigará por las supuestas agresiones que habría propinado a Noelia Sosa.
