Vacunación Dengue

La razón por la cual Cristina Kirchner no puede irse como “Chacho” Álvarez

Esa impotencia la hace castigar a la sociedad que no la votó y confundir resistencia con pavorosa autodestrucción.

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Cristina Kirchner
Vacunación Dengue

Es temprano para decir que la Reina está desnuda. Por lo pronto se puede olfatear que el miedo no es zonzo. Que el abismo educa. O que quizás después de todo, termina cumpliéndose el adagio según el cual, un buen compañero te acompaña al cementerio, pero no se queda. El terror al default parece haber tenido un efecto balsámico y ordenador para empezar, en el propio Presidente.

Que viene sosteniendo la voluntad de acordar con el Fondo Monetario por quinto día y a pesar de la renuncia vengativa del hijo del “Furia”, como le decían a Néstor. Máximo, el furioso, seguro no pensó que en sólo 24 horas iba a tener reemplazante. Con declaraciones dignas de las que se hacen sobre miembros de la realeza, el nuevo jefe del bloque del Frente de Todos -o ahora el Frente de Algunos-, Germán Martínez, se empecinó en rendir pleitesía al hijísimo.

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german martinez
Germán Martínez

Porque de Máximo “aprende”, afirmó ya que se trata de alguien que “está llamado a tener un rol muy importante en el futuro”. Sí, “llamado”. Acto seguido, el mismo Martínez, aseguró que no cree que peligre el acuerdo con el Fondo al que su admirado Máximo le aplicó un rayo paralizador. El arte de afirmar una cosa y exactamente lo contrario es el karma de los integrantes de la coalición de gobierno condenados a vivir en una bipolaridad de lealtades en la que ya no se sabe realmente si están con dios o con el diablo o quién es quién.

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Ojalá se pudiera mirar con satélites y precisar esa coordenada exacta en la que el poder se encuentra con su finitud, y distinguir qué copa contiene el envenenado influjo de la kriptonita. El diseño de poder de la señora Kirchner, para controlar la consola del gobierno contradiciendo la jerarquía constitucional, para que la segunda mande al primero, tiene sus bemoles. El poder es jabonoso.

Hay un cuento de Borges que se llama El Muerto, que dice: “Le permitieron el amor, el mando y el triunfo, porque ya lo daban por muerto”. En el Gobierno, la interna es tan encarnizada que no se sabe quién es el finado. La tragedia real para ellos es ser un populismo sin plata. Y se les vino como boomerang la crisis después de aplicar obstrucciones a todo durante el gobierno de Mauricio Macri.

Los dioses son envidiosos -dirá Cristina- que era la campeona del mundo por volver al poder a pesar de un prontuario de causas de corrupción y sin votos, con el artilugio de un Alberto moderado que negó durante meses ser el títere de la señora hasta que ya no pudo negarlo. La divinidad tronó con la pandemia y ahora no hay escapatoria al Fondo al que el kirchnerismo odia tanto que le paga en cash con un billete sobre otro. Otros tiempos. Sin duda.

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Lo que viene es el gobierno del zig zag, que en cada serpenteante corcoveo hará temblar los cimientos raquíticos de una coalición de cartulina. El Frente de Todos está acabado. No es ni siquiera el dolor de ya no ser. Como en el esperpento de la marcha contra la Corte Suprema, sólo quedan actores para agarrar el micrófono. O queda Leopoldo Moreau para manotearlo, cosa que le sale bien cuando no le gusta lo que le dicen. Al resto, se le cayeron las caretas.

La tragedia del poder es que en su degradación exhibe hasta qué punto puede deshumanizarse, cuando socava el propio orden que lo contiene, cuando parece olvidar incluso que hay personas aquí abajo donde la realidad que no administran se padece. Cómo explicar sino las estupideces que llega a decir el Presidente: “Voy a hacer una escala en Barbados porque el Caribe la está pasando mal”.

Alberto Fernández voló anoche hacia el ojo de la tormenta planetario donde Putin juega al ajedrez con soldados de verdad que se cuentan por miles en la frontera de Ucrania. Hay que tener talento para la oportunidad. Aquí, mientras tanto, se esperan señales más simples. ¿Qué hará Wadito? ¿Cuánto subirá la luz y el gas? Y, en definitiva, alguna palabra, algún gesto, alguna expresión de la zarina.

alberto fernandez rusiajpeg
Alberto Fern{andez en Rusia

La señora Kirchner no se puede ir como “Chacho” Alvarez. Necesita los fueros como Menem, pero está mucho más complicada. Esa impotencia la hace castigar a la sociedad que no la votó, y, claramente, como muestra su total radicalización, también la hace confundir resistencia con pavorosa autodestrucción. Dicen que, si contra algo no se puede, es contra una visión del mundo. Pero la reina, ¿estará desnuda?

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