Luego de los rumores acerca de la posibilidad de endurecer el cepo cambiario para que el Banco Central (BCRA) deje de perder divisas al ritmo en que lo viene haciendo, la presión sobre el dólar crece. En ese sentido, pueden establecerse algunos factores que continuarán presionando al dólar blue. Sin dudas, el primero de ellos pasa por la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal, el cual se engrandece debido al aumento en el gasto público para paliar la crisis.
El segundo factor pasa por la continua y acentuada caída en la cantidad de reservas con las que cuenta el Banco Central. Y es que el Estado argentino no puede sumar reservas a pesar de contar con un amplio superávit comercial que ronda los USD 1.400 millones mensuales. En ese sentido, un informe de la consultora GM Capital dio cuenta del hecho de que desde el inicio de la cuarentena hasta el momento, las reservas netas se contrajeron en casi USD 3.000 millones.
El tercer factor pasa por la pérdida de competitividad. En ese sentido, el dólar comercial es apenas un poco más competitivo que previo las elecciones primarias de agosto del año pasado, cuando existía un atraso cambiario. Esto implica que el valor de la moneda extranjera en Argentina es menos competitivo si se compara a la cotización que exhibe en los países vecinos, como es el caso de Brasil, donde el dólar subió un 35% en lo que va de este año.
Un cuarto factor pasa por las tazas reales negativas que estableció como política el Banco Central. Y es que, aunque el rendimiento de los plazos fijos sea de un 33% anual, considerando un promedio de la inflación esperada en los próximos meses, se obtiene que lo que se gana en pesos rinde 11% anual negativo. Por lo tanto, como medida es insuficiente, ya que no disuade de la atracción que genera el dólar como verdadera moneda de resguardo de valor para el ahorrista.
Un quinto factores pasa por la velocidad de circulación que empieza a rebotar. Esto significa que la demanda de dinero que supo ser alta, mantiene la velocidad en valores mínimos históricos. Como un sexto factor puede considerarse a los nuevos focos de incertidumbre que se generan a partir de la falta de un plan económico por parte del Gobierno nacional y del comienzo de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esto se debe que, a falta de una definición del camino económico a seguir por parte del Poder Ejecutivo, el FMI podría exigir un ordenamiento fiscal, es decir, un ajuste como condición necesaria para la refinanciación del pago de la deuda que Argentina mantiene con quien es su principal acreedor. Y es que la deuda contraída haciende a USD 44 millones, los cuales recaen en los dos últimos años de la administración gubernamental del Frente de Todos.
Mientras tanto, la incertidumbre se apodera de los diversos actores económicos en lo que es la previa de la apertura de la jornada bancaria de hoy, luego del fin de semana largo. Y es que el Gobierno seguirá muy de cerca la evolución del dólar en el mercado paralelo compuesto por las cuevas clandestinas que se encuentran en la denominada City porteña, esperando que esta cotización no siga incrementando la brecha que existe con el tipo de cambio oficial.
