“No me acuerdo de nada”, respondió Marcela Ferreyra cuando la jueza Laura Julieta Casas le pidió que se identificara para el registro fílmico. “No voy a decir nada, me tienen cansada”, insistió la mujer, que iba a ser imputada porque habría lesionado y amenazado con armas a dos vecinas.
La jueza intentó calmar a Ferreyra, que hacía caso omiso a las indicaciones. “Estoy cansada de estar acá (detenida), a mi me han pegado ‘una banda’ los vecinos, me han agarrado a martillazos y machetazos”, reclamó. Y luego agregó: “lo que quieren es que yo quede ‘en cana’ para poder usurpar mi casita. Que les quede claro, si quieren tener una casa así, van a tener que trabajar como lo hizo mi familia”.
No hubo caso con que Ferreyra cooperara y se silenció su micrófono. La jueza advirtió que no podía seguir con la audiencia así y que necesitaría que un médico psiquiatra le confirme si la mujer estaba en condiciones de entender lo que estaba afrontando.
La defensora oficial Josefina Talamazzi indicó que coincidía con la magistrada, pero aclaró que se tuviera en cuenta que la aprehensión vencía esa misma noche y solicitó que además se traslada a un hospital a la acusada para revisar las lesiones que denunciaba. El auxiliar Leandro Abdala, de la Fiscalía de Flagrancias I, sostuvo: “entiendo que no quiere cooperar por una cuestión de voluntad, no de entendimiento. Si consideran necesario trasladarla para que la vea un forense, no me opongo, pero pediré que la mujer quede detenida para asegurar el proceso”.
Nueva audiencia
La jueza resolvió que se traslade a Ferreyra y que se programe una audiencia para las 19, para tratar el caso con el informe de los profesionales médicos. A la hora pactada las partes se reunieron nuevamente. Casas pidió los informes y le respondieron que no se habían hecho. “La imputada manifestó haber recibido numerosos golpes, pero cuando quisieron trasladarla al hospital como usted ordenó, se negó rotundamente. No acudió al hospital ni a la revisión con el forense”, explicó Abdala. “No podré imputarla hasta tener la certeza de los forenses de que esta mujer puede comprender la imputación y el proceso. Por eso pido que permanezca detenida hasta tener esa información, porque ya demostró al incumplir la orden judicial que puede obstaculizar la investigación. El hecho es grave, le arrojó piedras y un machetazo a dos mujeres que viven frente a su casa. En libertad entorpecería el proceso”, argumentó el auxiliar.
La defensora confirmó que su defendida no había acudido y aclaró que esta vez Ferreyra quería declarar.
“La denunciante, sus hermanos y cuñados quisieron usurpar mi casa, le pegaron un machetazo a mi pareja y me golpearon. No es que no quise ir al médico ahora, es que me desvanezco porque sufrí un golpe en la sien”, sostuvo. “Sí es verdad que tengo problemas de adicción y tuve problemas con la Justicia, pero eso no tiene nada que ver con lo que pasó acá”, aseveró. La jueza razonó con Ferreyra y le dijo que necesitaba que un médico informe sobre su condición para continuar. Ferreyra aceptó.
Talamazzi agregó que podía aceptar el pedido fiscal de la detención, entendiendo que era por el bien de su defendida, pero pidió que fuera por 24 horas.
La jueza resolvió que Ferreyra quede detenida por 48 horas y ordenó su inmediato traslado a un hospital para que la revisen por sus lesiones y para que la revise un médico forense.
