El consumo de vinos en la Argentina está dando señales de cambios. El país viene de ser un gran consumidor de vinos tintos y en este escenario la gran variedad elegida por los argentinos sigue siendo la emblemática Malbec.
Sin embargo, la tendencia que crece es la “refrescancia”, esa búsqueda hacia vinos blancos, rosados, espumantes y dulces que son más frescos y permiten un mayor volumen de consumo social debido a su baja graduación alcohólica o a la posibilidad de hacerlos más ligeros al refrescarlos con soda, hielo o en mix tan variados como personales.
De hecho, son los jóvenes los que buscan estos vinos refrescantes. Las cifras así lo indican: la “refrescancia” ha comenzado a instalarse en las prácticas sociales de centennials y millennials.Se trata de una tendencia que viene gestándose desde 2000, cuando el consumo de rosados se incrementó 17%, mientras que a escala mundial los espumantes registraron un aumento significativo del 65% entre 2002 y 2021.
Pero además la reciente campaña de comunicación genérica “El vino nos une”, que coordina el Fondo Vitivinícola Mendoza y financia la Corporación Vitivinícola Argentina, da cuenta de estas preferencias. “Los centennials ingresan al vino creando sus propios códigos; del mismo modo que lo hacen en el trabajo, la movilidad, los viajes y la política… Hackean los códigos y son plenamente conscientes de que esta forma de consumo los pone en ‘tensión con las ‘leyes de los adultos’”, afirman los especialistas de Almatrends y W, la consultora que lidera el especialista Guillermo Oliveto y que realizó el diagnóstico estratégico sobre “El vino argentino y su innovación”.
La campaña y su correspondiente investigación hacen foco también en cómo la diversidad de propuestas con las que ha comenzado a vincularse el vino y sus consumidores más jóvenes tiene asidero en el concepto de la “refrescancia”.
Por eso, hay una gran oportunidad para estos vinos y las bodegas lo advierten: apuestan por etiquetas descontracturadas y juveniles, vinos con menos grado alcohólico y grandes innovaciones en packaging como las latas de formato individual.
Es así que lentamente los segmentos de consumidores más jóvenes han comenzado a sentirse tentados a vincularse con el vino y su consumo entre pares; más allá de las situaciones de la mesa familiar y las comidas.
BEBER CON MODERACIÓN. PROHIBIDA SU VENTA A MENORES DE 18 AÑOS.
