Luego de lo que fue la conmemoración por un nuevo aniversario del último golpe de Estado, el periodista del medio de comunicación digital “Meta Crisis”, Martín Dzeta compartió a través de Instagram el perfil de uno de los principales cabecillas del proceso más sangriento de las páginas de nuestra historia. Se trata del represor más cruel que se haya conocido por nuestros pagos: Roberto, Heriberto Albornóz, alias “El tuerto”.
“Esta es la historia de uno de los hijos de puta más grande que tuvo Tucumán, un verdadero monstruo: Roberto Heriberto Albornoz, “El tuerto”, quien durante el operativo independencia y la dictadura militar ocupó distintos cargos jerárquicos en la policía. Era el nexo entre la policía y los militares. Tan sanguinario que comandaba todas las patotas que secuestraban torturaban y luego definían el traslado a centros clandestinos de detención”, esgrimió.
Asimismo, agregó que “una de sus patotas, por ejemplo, fue la encargada de secuestrar al abuelo de mi compañero de Meta Crisis, Ángel Gerardo Pisarello. El tuerto nunca reconoció sus crímenes como si fuera una pobre víctima y siempre culpó de todos a los militares. Obvio que nunca pidió perdón. Uno de los testimonios más fuertes contra el tuerto lo aportó una víctima en un juicio. Era su empleada doméstica que había empezado a trabajar a los 15 años en 1972 en lo del Tuerto”.
Al respecto, dijo que “el Tuerto nunca le pagó, la mantenía cautiva y la violaba constantemente. Tanto él como su hijo la obligaban a abortar y ella cree que al menos tuvo dos hijos y recién pudo conocer a uno cuando tenía 30 años. Cada vez que su empleada quiso escaparse de esa casa fue capturada nuevamente y traída por la policía. En esa casa de Banda del Río Salí ella conoció otra dimensión del horror”.
Sobre ello, relató que “en un juicio ella contó que el Tuerto era tan hijo de puta que no solo secuestraba y torturaba, sino que además robaba las joyas de los torturados e inclusive cortaba dedos y manos para robarse los anillos. Además, ella contó que el Tuerto le había regalado a una pareja que también era policía la casa en la que habían secuestrado a Daiana Oesterheld, la hija del autor de El Eternauta”.
“Según los testimonios el Tuerto disfrutaba y gozaba del dolor provocado de los torturados y de los secuestrados. Su empleada recién fue liberada cuando llegó la democracia”, comentó. Para finalizar, el periodista señaló que “el Tuerto consigue su primera cadena perpetua en 2010 en la causa Jefatura y fue a la cárcel común de Villa Urquiza. Hace tiempo le dieron la prisión domiciliaria que de todas maneras igual violaba. Su última cadena perpetua fue en 2017 en la causa operativo independencia”.
No obstante, Martín Dzeta mencionó que el Tuerto “no acumulo más perpetuas porque falleció en 2019”. Finalmente, reflexionó acerca de que “los monstruos en Tucumán no andaban en pesadillas, sino que caminaban por las calles”. Porque el horror y el terrorismo de Estado concluyeron con un pueblo sublevado contra la violencia, dispuesto a luchar hasta el final por una Democracia sin gente como el Tuerto, impune.