En septiembre de 2019, se realizó el lanzamiento oficial de la Fundación Pañuelos Amarillos de Tucumán, que acompaña y apoya a víctimas de abuso sexual infantil y a sus madres. Paralelamente, inspiradas por esta iniciativa, se formaron agrupaciones en diferentes provincias con el mismo fin y construyeron una red de contención para estos casos que se hizo extensiva a otros países.
Luego de tres años en funcionamiento, la fundación que arrancó abordando únicamente casos de abuso sexual infantil, amplió el tipo de casos que recibe y acompaña. “Hoy acompañamos denuncias de abuso de adultos y menores, pero también denuncias extorsiones a través de fotos con contenido sexual”, detalla en diálogo con la prensa Colomba Nasca, presidenta de la fundación.
“Las mamás ya no tienen vergüenza de pedir justicia. La problemática tiene una dimensión social que antes no tenía. Las madres que forman parte de Pañuelos Amarillos, se suman todos los días y se renuevan. Es un permanente movimiento”, reconoce Colomba. Al mismo tiempo, aprovecha la ocasión y destaca que las cifras de abusos y denuncias es realmente alarmante en Tucumán.
“Este año hemos tenido alrededor de dos juicios por mes. El ingreso es cada vez mayor, porque cada vez atendemos más solicitudes. Por semana atendemos 9 o 10 mamás. En el mes tenemos entre 30 y 40 consultas por casos de abuso”, subraya. Desde la fundación se acompaña a las víctimas y las madres o familiares que hayan impulsado las denuncias con encuentros virtuales semanales que reúnen historias de diferentes provincias y además se asesora y acompaña el proceso judicial.
Colomba hace hincapié en que todas las denuncias que ingresaron a la fundación con fecha de 2018, ya tienen una fecha de juicio entre 2022 y 2024. “Cuando empezamos en el 2019 la mayoría de los juicios tenían sentencia de absolución por falta de pruebas. Hoy hay juicios abreviados con condenas mínimas de tres años. Hay que tener en cuenta que son juicios que han iniciado las madres solas, sin el acompañamiento de la fundación”, señaló.
“Ahora antes de hacer la denuncia recurren a la asistencia de la fundación y son asesoradas desde un primero momento. Esto hace que haya un cambio en el tratamiento de cada causa”, detalla. Con el objetivo de seguir avanzando, uno de los proyectos que prevé la fundación es un convenio con el Hospital de niños, ya que es el primer lugar al que llega el niño que ha sido abusado, y también con el Hospital Avellaneda.
Se busca tener acceso al número real de casos de abusos y no únicamente al número de denuncias o causas judiciales. “Queremos conocer todos casos que llegan y que pueden derivar o no en denuncias”, comenta. Por último, indica: “Por más que se está trabajando mucho el tema, no todas las víctimas de abuso sexual realizan denuncias, sigue siendo un tema que da vergüenza, es tabú, no todos están decididos a emprender el camino judicial. Cuando se trata de un abuso intrafamiliar, que son los más comunes, la familia se divide y se rompen todos los lazos familiares y sociales. Se divide en parte de la familia protectora de la víctima y la familia encubridora, del lado del abusador”, explica.
