Vacunación Dengue

Sergio Massa, el rey del engaño y la mentira

El ministro no es un buen profesional. Parece más un curandero, un ilusionista, el famoso vende humo, encima traidor de sus propias convicciones (los ñoquis de La Cámpora). Viendo lo que pasa con la salud, la Justicia, la educación y la seguridad, pilares de un país sano, la Argentina va a una muerte lenta y segura, si no cambiamos de tratamiento.

Sergio Massa - Debate
Sergio Massa
Vacunación Dengue

Los países son muy complejos en su funcionamiento. Podríamos asemejarlo al cuerpo humano. La Argentina, en los últimos 40 años vivió como un país democrático pleno. Uno pensaría que esto hizo que ese cuerpo se estabilizara en su funcionamiento, pero sucede todo lo contrario. Si nuestro cuerpo se nutre de energía proveniente de la glucosa de la comida, el país se nutre para obtener dólares de lo que produce principalmente el campo.

Ese alimento económico fundamental, en los gobiernos peronistas, ha sido sistemáticamente atacado para que funcione mal con infinidad de impuestos y regulaciones, como si fuera un virus que enferma a la República. Las células que hacen el cuerpo del país no son sus montañas, ríos, mares o bosques, es su población. Los gobiernos deberían tener sistemas o aparatos para proteger a esas células, pues algunas viven mucho.

Asistencia Pública

Sin embargo, en vez de cuidarlas, se comporta atacándose a sí mismo como una enfermedad autoinmune. Un ejemplo: una paciente me pregunta si sigo atendiendo por su prepaga. Me aclara que sabe que el valor de la consulta es $2.000 y que le da vergüenza que yo cobre eso, con 30 años de recibido. Y me cuenta que se debió operar de los ojos. Como en la prepaga le cobraban muchísimo, lo hizo por PAMI, pero sigue con la prepaga porque, si se tiene que internar, los lugares de PAMI en la provincia de Buenos Aires son horribles.

Cumplimos

Esta mujer malgasta sus recursos y el Estado, en vez de ordenarse, permite estos desvíos de fondos perversos. El sistema inmune debe cuidar al cuerpo (Argentina), que tiene 46.000.000 de células (personas) que pueblan el país, con una membrana impermeable llamada piel (fronteras). No obstante, esta membrana está llena de agujeros que también tiene células llamadas glóbulos blancos, linfocitos e inmunoglobulinas (fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia) atontadas, infiltradas, utilizadas por espías corrompidos (Tailhade).

Así las buenas que quedan no alcanzan, puesto que cuando actúan contra la infección y el cáncer (delincuentes y narcotraficantes), la propia inmunidad muchas veces no los reconoce o los ignora (Poder Judicial). Esto lleva a que todos los días mueran células buenas (ciudadanos) y nadie se pregunta cuánto vale cada vida, habiéndose podido evitar. Nuestro cuerpo, cuando tiene mucha glucosa y no la utiliza, la transforma en glucógeno y la guarda en el hígado para liberarla cuando se necesite, ayudado por el oxígeno que respiramos.

Por cada pedacito de glucosa (mol), producimos 36 partículas de energía (ATP). Los gobiernos de signo progresista (populistas y no populares) nunca pueden generar reservas de energía (divisas), pues consumen muchísimo más de lo que producen (millones de jubilados sin aporte, corrupción insoportable, los bolsos, los Cuadernos, la Rosadita, la fábrica de billetes, los hoteles vacíos de El Calafate, Insaurralde, sueldos millonarios en Aerolíneas, Río Turbio, el Congreso, AySA, ANSeS, las legislaturas, etc.).

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Entonces debe buscar esa energía desde la grasa (pesos), que si no hay glucosa (dólares), termina intoxicando pues produce acetona (Leliq). Además, los pulmones están tapados de moco (impuestos tremendos e injustificables, mala calidad educativa), hay poco oxígeno y esto tiene un costo energético tremendo (impresión de billones de billetes, inflación incontrolable, planes miserables).

Todo este descalabro metabólico (económico) da como resultado que no haya energía (buena educación y créditos bancarios) para que las células jóvenes crezcan y se desarrollen. Muchos hijos mayores siguen viviendo con sus padres porque no trabajan y los que sí, con sus ingresos, no pueden alquilar y casi es imposible sacar un crédito para comprar una vivienda. Miles de hijos están pensando en irse al extranjero.

Hay un doctor que nos dice que en un mes va a curar al país de todas estas enfermedades; pero está realizando tratamientos fallidos hace más de un año. Dice que logró estabilizar la economía, pero el dólar de $250 se fue a $950, la inflación anual es de más del 120%, la falta de combustibles es culpa de las empresas cuando YPF tiene el 55% del mercado. Este doctor postuló a su mujer en su propio Municipio y perdió.

Evidentemente y, en definitiva, Sergio Massa no es un buen profesional. Parece más un curandero, un ilusionista, el famoso vende humo, encima traidor de sus propias convicciones (los ñoquis de La Cámpora). Viendo lo que pasa con la salud, la Justicia, la educación y la seguridad, pilares de un país sano, la Argentina va a una muerte lenta y segura, si no cambiamos de tratamiento.

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