Vacunación Dengue

Sergio Massa quiere ser presidente a pesar de haber destruido la economía de los argentinos

Cristina Kirchner terminaría apoyando a un candidato que está claramente alineado con Estados Unidos y que había prometido terminar con el proyecto que encarna la vicepresidenta.

sergio massa y cristina kirchner
La vicepresidenta Cristina Kirchner y Sergio Massa
Vacunación Dengue

Alberto Fernández también le metió palos en la rueda a Sergio Massa. Se trata de algo insólito en la política mundial: un presidente que quiere que le vaya mal a su ministro de Economía, al que necesita al menos para soñar con que le vaya bien a él. Pero esto no lo hace en el apogeo, como Menem con Cavallo o Néstor Kirchner con Lavagna, sino en medio del desastre en el que claramente la salida del ministro puede provocar un caos mayor del que ya está instalado.

En el Ministerio de Economía, son mucho más directos: responsabilizan a Alberto Fernández. Y están los que piensan si Massa no aprovechó y sobreactuó para diluir el 7,7% de marzo. Todo lo cual termina en lo que se sabe: más nafta al fuego del dólar. De paso una consultora advirtió a sus clientes del exterior que mañana se venía una megadevaluación y ayudó a este clima frenético.

Asistencia Pública

Sea como fuere, Fernández quedó entre la ira de Massa, la presión de Cristina y sus voceros, y la CGT que decidió olvidarse del presidente e invitar al ministro al acto del 1º de Mayo. Pero, eso sí, criticando la situación social, aunque bien lejos del tradicional paro general. Y más: Kicillof y los intendentes amenazaron con desdoblar la elección bonaerense, aun a sabiendas de que no tienen los votos en la Legislatura para lograrlo.

Movilidad

El objetivo era sumar presiones para terminar con la ambición de Alberto Fernández. Se dirá que no valía tanto esfuerzo para ese objetivo destinado al papelón. Lo que quiere Cristina Kirchner es que para las PASO haya, naturalmente, un candidato previamente elegido por ella. Eso, aunque eligiendo no le vaya muy bien que digamos. Daniel Scioli quiere interponerse a esa intención.

Ese candidato de la unidad es, hoy por hoy, Massa pese a los números. El ministro jura que no será candidato y que su presencia en el Ministerio de Economía, en esta grave situación, hace incompatible esa condición, entre otras cuestiones porque está negociando con el FMI oxígeno extra para llegar a fin de año sin que todo se derrumbe. Esa negociación durará unas tres semanas.

Es decir que, a mitad de mayo, podrá tomar una determinación final, pese a ese retuit de su esposa Malena Galmarini: “El final es cuando se vaya Massa”. Justo cinco años atrás empezaba la corrida cambiaria que sacudió al gobierno de Macri. ¿Puede Massa zafar de este “clamor” desesperado? ¿Cargará con la cruz de una inflación desbocada en una carrera electoral que solo le augura tempestades?

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Sería otra de las paradojas que arroja la debilidad política: Cristina terminaría apoyando a un candidato que está claramente alineado con Estados Unidos y que había prometido terminar con el proyecto que encarna la vicepresidenta. ¿Le cedería a Massa ser el jefe de la oposición frente al próximo gobierno? ¿Tiene una opción mejor? Máximo lo subió a Kicillof a la cancha. Es lo que hay. Massa se quedó solo en la grilla de partida. Pero no arranca.

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