Vacunación Dengue

Sergio Massa se acerca a su ocaso

Con este nivel de inflación, el candidato oficialista no podría aspirar a ganar una elección presidencial

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Sergio Massa
Vacunación Dengue

El dato del 12,4% de inflación del mes pasado es un misil en la línea de flotación en plena campaña para el ministro de Economía y aspirante presidencial, bendecido por el presidente Alberto Fernández y, sobre todo, por la vicepresidenta Cristina Kirchner. Los pronósticos marcaban que la inflación escalaría, luego de la devaluación del 22% que Sergio Massa aplicó, el día después de las Paso.

Aunque la confirmación del dato de la escalada de los precios pone en riesgo el principal objetivo de Massa, a 39 días de la primera vuelta electoral: ganarle a Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) la pulseada mano a mano para llegar al balotaje. Ya casi nadie pone en duda que Milei está en el balotaje. La única sombra de incertidumbre sobre esta conclusión es si el candidato de la Libertad Avanza no gana en primera vuelta.

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Precisamente, el golpe de la inflación puede alimentar el malhumor social, que hasta ahora parece ser el mayor activo del candidato opositor ultraliberal. El dato de la inflación del mes pasado, que anticipa que este mes también puede traer malas noticias para Massa, le pega de lleno al principal argumento del candidato oficialista: ser un piloto de tormentas. Sergio Massa asumió como ministro de Economía el 3 de agosto del año pasado.

Cumplimos

En aquel entonces, el Gobierno nacional afrontaba un momento dramático, luego de la intempestiva renuncia del entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, y la breve y errática gestión de Silvina Batakis. El exintendente de Tigre no resolvió ninguno de los graves problemas de la economía nacional -la inflación es la muestra más concreta- pero el Gobierno del entonces Frente de Todos evitó el abismo, al que parecía condenado en aquel momento.

Massa, un político ambicioso como pocos, admitido hasta por sus íntimos, fue más allá: en la interna del oficialismo forzó que lo impulsaran como candidato presidencial. A regañadientes, tanto Alberto Fernández como Cristina Kirchner lo aceptaron como el postulante oficialista. Más que por convicción, el Presidente y la vicepresidenta se convencieron de que su gestión estaba al borde del abismo.

Necesitaban a alguien como Massa, con cintura política y contactos con el ámbito financiero y empresarial, para evitar el derrumbe, un año atrás. En aquel momento, Alberto Fernández y Cristina Kirchner hacía varios meses que no hablaban, pero en agosto del año pasado cruzaron algunos mensajes a través de la red Telegram para acordar que Massa se convirtiera en el candidato oficialista.

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El gran interrogante es cómo seguirá la campaña de Massa, luego del golpe del índice inflacionario por las nubes. Hay un dato que no es menor, y preocupante para el oficialismo. La inflación del corriente mes, que también todo indica que será muy alta, se conocerá una semana antes de las elecciones del 22 de octubre. En este contexto, y pese a los datos negativos de su gestión económica, el ministro de Economía y candidato presidencial se siente incombustible.

El oficialismo seguirá con su campaña “del miedo”, como algunos califican a las constantes embestidas de Sergio Massa contra Javier Milei y Patricia Bullrich, los dos principales candidatos opositores. Massa cree que Milei es el rival a vencer. Confía en dos cuestiones, de aquí al final de la campaña: encolumnar a todo el PJ detrás de su candidatura y dejar claro que el candidato Libertario es un “salto al vacío”.

Hasta ahora, las encuestas marcan que el malhumor de la sociedad con la dirigencia tradicional la impulsa a apostar por un candidato que tiene como principal promesa electoral terminar con la casta política. Massa es parte de esa casta. Aunque el postulante oficialista tiene la esperanza, al igual que Patricia Bullrich, también con una trayectoria de tres décadas en la política, que al final, la gente se inclinará por no saltar al vacío. Un razonamiento más optimista que realista. Aunque cualquier candidato en campaña debe aferrarse a una ilusión. En eso está Massa, luego de recibir el misil del dato inflacionario de agosto.

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