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“Sonreía con amargura”: desazón entre los tucumanos por el Señor de los Cubanitos

Mientras disfrutaba del sol del domingo en el Parque 9 de Julio, una mujer presenció una escena que la indignó. Un rato después, contó lo que vivió en uno de los bares del paseo público y despertó la furia de miles de tucumanos que salieron en defensa de don Carlos Rojas. La respuesta del bar y la grave sospecha de la autora de la denuncia.

Una de las imágenes que se viralizaron en las redes sociales.
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El domingo por la tarde, Ana, su madre y una amiga de ambas estaban en un bar del Parque 9 de Julio cuando coincidieron con don Carlos Rojas, el Señor de los Cubanitos, que justo se había acercado con su traje impecable y su prolija bandeja dulce a vender en esa vereda. Luego, llegó el episodio que indignó a la mujer que posteriormente se volcó a las redes para contar su percepción. Miles de tucumanos compartieron la historia por el afecto que genera el popular vendedor, que se mantuvo en silencio mientras sucedía todo. 
“Se encontraba en la vereda, zona pública, en donde la gente del bar se levantaba a comprar sus conocidos y dulces cubanitos. Este Policía lo acosó por toda la vuelta de la vereda del bar, pidiéndole que se retire. Hoy Carlos tiene 83 años de edad y continúa dedicándose a lo mismo ¿Es justo o Justicia, hablando irónicamente, que esto siga pasando?”, preguntó la autora de la publicación que hasta el lunes por la noche tenía más de seis mil compartidos en la red social. 
Desde el bar Americano, ante la consulta de eltucumano.com, enfatizaron que ni el dueño ni el encargado dieron la orden de echar del lugar al querido vendedor y que desconocen detalles del episodio narrado. También aclararon que don Rojas puede vender sus cubanitos en las inmediaciones del lugar, pero no en el predio que ocupa el local, que también comercializa postres. “En la vereda puede hacer lo que él quiera”, enfatizó el dueño del negocio, que pidió que se reservara su identidad y que recordó que debe velar por la seguridad de los clientes. Asimismo, señaló que “el tema del cubanitero es un tema puntual que no sé por qué ha pasado”. 
Por su parte, Ana, en diálogo con este diario, se mostró sorprendida por la repercusión que tuvo su publicación entre los tucumanos. Sobre el episodio, señaló que al advertir el acercamiento del joven policía a don Rojas, comenzó a prestar atención. “Le dijo algo despacio, él sonreía con una sonrisa de amargura”, fue su percepción. El uniformado, al ser increpado por Ana, le aseguró que simplemente se estaba acercando para saludar al vendedor. 
Entonces, el repostero “dio la vuelta a la vereda, se paró del otro costado y el tipo se va de nuevo a buscarlo”. Fue entonces que la mujer sacó su celular e hizo un registro de las imágenes. “Disculpá, no tenés identificación”, le reclamó la mujer al hombre que se identificó, según la publicación en Facebook, como Agustín Alderete.
La autora también manifestó que le llamó la atención la actitud del vigilante. “Me ha llamado la atención porque no tenía la identificación correspondiente y me parece que, sinceramente, no era policía”, deslizó. La testigo también manifestó que la forma de vestir del hombre y su corte de pelo aumentaron sus sospechas. “No tenía arma, no tenía la cachiporra”, agregó. Sobre el guardia, desde el Americano señalaron que como son muchos los uniformados que hacen adicionales en el lugar, no lo tienen particularmente identificado.
Con bronca, ella también expuso que incluso le pidieron a alguna clienta que comiera el cubanito que había comprado en la vereda y no en la mesa que estaba ocupando. Mientras todo sucedía,  “él  -don Rojas-, no reaccionaba, bajaba la cabeza, trataba de quedar callado”.

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