El cuerpo sin vida de una mujer fue hallado en el fondo de una vivienda en Monteros. Se habría electrocutado al intentar ingresar a la propiedad. El hallazgo se produjo en la mañana de este domingo en el B° San Martín de la ciudad de del sur de la provincia. Según las primeras informaciones, la víctima identificada como Claudia María Saavedra de 32 años habría fallecido electrocutada en el domicilio ubicado sobre la calle Mayor Viola al 500.
El propio dueño de casa fue quien dio a conocer el hecho en la comisaria de Monteros, señalaron fuentes judiciales. Según las primeras investigaciones, la mujer se encontraba agarrada a un alambre que contenía electricidad. La principal hipótesis que manejan los investigadores es que habría intentado ingresar a la vivienda con fines de robo. La causa fue caratulada provisoriamente como homicidio culposo.
El cuerpo fue trasladado al Cuerpo Médico Forense dónde está prevista la realización de la autopsia en las próximas horas. Por el momento no se adoptaron medidas privativas de libertad contra el dueño de la vivienda. Este hecho pasaría desapercibido si no fuera porque todo parecería indicar que es posible que se trate de apenas el comienzo de lo que podría ser una continuidad de electrocuciones.
Pero no se trata de cualquier tipo de electrocuciones. Sino que se enmarca dentro de hechos de inseguridad, de robos a cualquier precio y sin que la vida de los propios delincuentes les importe siquiera a ellos mismos. Y es que este fin de semana, un hombre recibió una brutal descarga eléctrica cuando habría estado intentando robar unos cables en el acceso al puente Lucas Córdoba.
La realidad indica que recibió una fuerte descarga y que casi muere electrocutado esta madrugada en la avenida Benjamín Aráoz, cuando al menos desde lo que la escena aparentaba, la víctima habría intentado robar cables eléctricos. La propia Patrulla de Protección Ciudadana de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán dio cuenta de esto que habría transcurrido a las 4 de la mañana.
En síntesis, un hombre tirado en medio de la avenida antes del puente Lucas Córdoba, grafica a la perfección hasta dónde están dispuestos a ir los “amigos de lo ajeno” con tal de salirse con la suya. Claramente, el nivel de anomia en la que está envuelta Tucumán hace que la vida no valga nada y que se la pueda “jugar” como si se tratara de una ficha intercambiable en un casino, apenas por un puñado de pesos.
