Mauricio Macri cambió su estado de ánimo: la tibia baja de la inflación y el dólar en retroceso reanimaron a un Presidente molesto por los cuestionamientos en Cambiemos, la interna del PRO y jaqueado por los resultados económicos. Macri se comunica varias veces al día con Guido Sandleris y los partes sobre el descenso de la divisa norteamericana revitalizaron las expectativas reeleccionistas.
El Presidente piensa que esta tregua económica le puede permitir reconquistar los votos de aquellos que emigraron de Cambiemos. El entusiasmo se abonó con un par de encuestas que indican lo siguiente:la caída se frenó, aunque sigue midiendo por debajo de Cristina. Así, Macri retomó su temple deportivo. Incluso volvió a hacer planes para diciembre y a pensar en un futuro gabinete. Ocurrió en una reunión íntima.
Entre otros, estaban Marcos Peña, Andrés Ibarra y Nicolás Dujovne. Macri les dijo que los quería cerca si triunfaba en octubre. Y fue directo con Dujovne: “¿Nico, vos estás para seguir?”. El jefe de Hacienda fue concreto: “Yo sigo, pero si vamos a fondo con las reformas estructurales”. Macri se lo garantizó. Repite una frase en la intimidad: “La elección va a estar peleada. Pero voy a ganar. El primer día hacemos todo lo pendiente”.
Este jueves, dio otro paso para seducir a Juan Manuel Urtubey: lo quiere -como adelantó Clarín– como compañero de fórmula. Aún hay dudas. El entusiasmo obedece a la tranquilidad del billete verde. La pax cambiaria cumplió un mes. Se produce después del inesperado sacudón en marzo y un ajuste cambiario acumulado del 130% .
También necesita, para sostenerse, de una tasa astronómica que pulveriza la actividad. Un informe reservado del Instituto Internacional de Finanzas -los bancos de Wall Street- advierte sobre eventuales corridas en el segundo semestre.
El documento de los banqueros dice que “la fuga de capitales será un punto de presión en el período previo a las elecciones”. El trabajo hace hincapié en la incertidumbre electoral y afirma claramente: “Es probable que Argentina necesite apoyo adicional del FMI”. El BCRA tampoco descarta un escenario complejo entre agosto y noviembre. Guido Sandleris sigue con el “casco puesto” , después de que le torció el brazo a las creencias de Roberto Cardarelli.
El BCRA elaboró un informe que evalúa varios escenarios. Sostiene que hay dólares para intervenir, pero que la intensidad de la demanda “dependerá de las encuestas y el resultado de las PASO”.
El “paper” establece una suerte de regla: a mayor incertidumbre, más probabilidad de corrida cambiaria. Hasta ahora en materia electoral hay una sola certeza: las crecientes dudas.
Antes, Macri tendrá que superar los escollos que provoca la recesión y una competencia electoral cruenta. Miguel Acevedo será reelecto el martes como jefe de los industriales. La UIA –ese día– aludirá críticamente a la política que califican “anti-fabril” de la Casa Rosada. El moderado “pope” del sector medirá sus palabras, pero cuestionará firmemente la visión de los funcionarios. Acevedo afirmará: “Queremos una política industrial realista” y criticará la política que en el Gobierno impuso Francisco Cabrera y continúa -según ellos dicen- Dante Sica. “Son incompatibles –dirá– con la producción las actuales tasas de interés”. También pondrá una dosis de realismo. La UIA no ve ninguna reanimación productiva en este año: “No somos optimistas”.
Acevedo solicitará un acuerdo político. Estará en contra de la grieta que propician Macri y Cristina , pero no tomaría partido por ninguno, aunque los empresarios prefieren a Macri. El planteo surge de un informe al que tuvo acceso Clarín.
Acevedo será acompañado en la conducción por Luis Betnaza -ya aclarada totalmente su situación judicial-, por Daniel Funes, Adrián Kaufman Brea, Guillermo Moretti, Eduardo Nogués y Cristiano Ratazzi. El kirchnerista Juan Carlos Lascurain se retiró.
En el interior de la UIA hay un total desacuerdo con la marcha de la economía. La excepción es Ratazzi. Pero en su conjunto están decepcionados con la Casa Rosada: la actividad industrial cayó por un tobogán. Y afirman que Cristina tiene chance de volver, solo por los graves errores de Cambiemos. Los radicales -y aún los aliados- piensan parecido.
El Gobierno obtuvo un aval en la Convención de la UCR, pero Alfredo Cornejo fue ultra crítico: “Si hubiéramos sido tan exitosos como dicen en algunos despachos, no tendría ninguna chance Cristina”, dijo. Y agregó: “Nos aprietan con que aumentamos el riesgo país. Pero acá solo hay ajuste”.
Marcos Peña minimiza los dichos de Cornejo. En la Jefatura de Gabinete acusan a Alfonso Prat-Gay de “darle letra” por rencores contra el Gobierno. También dicen que Cornejo pega para negociar espacios de poder en un segundo mandato: afirman que los radicales quieren quedarse con la conducción de YPF. También empresarios vinculados al peronismo piden lo mismo. En Casa Rosada apuntan a José Luis Manzano.
Hace un semestre -durante un diálogo en Olivos- Martín Lousteau fue sincero con Macri. Había terminado la negociación con el FMI y el Presidente abrió un canal de diálogo con él para incorporarlo al proyecto de reelección. Lousteau le dijo: “Mauricio, hasta que termines tu gobierno no vas a tener ninguna buena noticia económica que anunciar”.