El pasado 11 de mayo, un tribunal encabezado por la jueza Isolina Apas Pérez de Nucci condenó a David Aranda, Benjamín Padilla y Hugo Décima, acusados de haber violado a una joven tucumana en una fiesta el 7 de marzo de 2021. Los condenados recibieron penas de 8, 10 y 9 años de prisión respectivamente al ser considerados autores del ataque sexual contra Andrea, la joven de 23 años oriunda de Burruyacú.
Sin embargo, las condenas no trajeron paz a la familia de la víctima, que denunció en numerosas ocasiones haber recibido amenazas y ataques por parte de familiares de los abusadores. En las primeras horas del domingo se conoció un video donde se observa a un grupo de allegados a los condenados golpeando salvajemente a familiares de la joven. Según explicó Érica Rojas, madre de Andrea, los atacantes interceptaron a sus sobrinos desde una camioneta.
Justamente, a media cuadra de su vivienda, se bajaron del vehículo con palos y golpearon a los jóvenes en la cabeza. Además, la mujer denunció que, tras el ataque, uno de los jóvenes, que sería familiar de los condenados, subió un video en Instagram mostrando su ropa manchada de sangre y burlándose del ataque a los primos de Andrea.
Rápidamente, las imágenes de la feroz golpiza fueron viralizadas en redes sociales y generaron un amplio repudio de organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres. La organización feminista Mumalá replicó el video en Twitter repudiando el ataque y exigiendo protección para la familia de Andrea.
El Colectivo de Comunicación La Palta, por su parte, replicó en esa misma red social un textual de Érica y acompañó el mensaje con fotos, brindadas por la propia familia de la joven, donde los jóvenes atacados muestran las múltiples heridas producto de los golpes que recibieron. “Esto no va a terminar. Hasta que no nos maten no van a parar”.
