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Congelamiento: buscan sumar a los mayoristas y extender el acuerdo a almacenes y autoservicios chinos

Feletti convocó para mañana a las cadenas de ventas al por mayor; el desafío es pactar un precio más bajo que habilite un margen de ganancia para el pequeño comercio

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Mañana a las 10, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, recibirá a las principales cadenas de mayoristas con un doble objetivo: sumar al acuerdo a los locales de venta al por mayor y lograr que los productos a precio congelado también se consigan en almacenes, negocios de barrio y autoservicios chinos.

A las oficinas de la secretaría fueron convocadas los principales mayoristas, que es un sector copado por empresas familiares y de capitales nacionales, como Maxiconsumo (del empresario Víctor Fera, que también es dueño de la marca Marolio), Vital (de la familia Pochinki), Diarco (de Roberto Goldfarb) y Yaguar (de la familia Blanco). El único jugador internacional de peso en este negocio es Makro, que pertenece al grupo holandés SHV.

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Sumar a los mayoristas al acuerdo implica un desafío extra para todas las partes. La lista de casi 1500 productos congelados que presentó la Secretaría de Comercio fija un tope máximo para los precios de venta al público que deben mantenerse hasta el 7 de enero de 2022.

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Al estar especificado únicamente el precio en góndola, ahora la industria y los mayoristas deberán sentarse a negociar nuevos valores, contemplando el margen de ganancia para el comercio minorista que es el último eslabón en la cadena comercial. Este tipo de comercios trabajan con un margen de ganancia bruto que varía según el rubro, pero que en promedio ronda los 30 puntos.

Durante el último fin de semana, algunos mayoristas recibieron las visitas de inspectores municipales, que se acercaron para controlar los precios de la lista de productos congelados. En el sector reconocen que el cumplimento de la norma todavía es muy dispar porque no todas las empresas fabricantes aceptaron retrotraer sus valores al 1° de octubre, como fija la resolución 1050 de la Secretaría de Comercio.

“Algunas industrias están retrocediendo aumentos. Unas pocas todavía están firmes y prefieren que no les compremos. Es todo muy día a día”, explicaron a LA NACION en una de las principales cadenas mayoristas.

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En los supermercados chinos, por su parte, manifestaron su inquietud por los controles a cargo de inspectores municipales y representantes de los movimientos sociales. “Estamos asustados. No puede ser que nos manden a los militantes a los supermercados”, aseguro Yolanda Durán, presidente de Cedeapsa, una de las cámaras que reúne a los autoservicios chinos. “El fin de semana pasaron por todos los mercaditos de proximidad de distintas municipalidades a amedrentar con 10 o 12 inspectores en espacios de 200 m², tomando notas de los precios”, sostuvo la dirigente empresarial.

Sector clave

Desde los tiempos de Guillermo Moreno, el talón de Aquiles para los acuerdos de precios y las canastas de productos congelados que impulsan los distintos gobiernos es el llamado canal tradicional, que reúne a los pequeños comercios minoristas como almacenes y supermercados chinos. Este tipo de locales históricamente quedan fuera del radar de los inspectores de Comercio y tienen un poder de negociación frente a las marcas mucho menor que los grandes supermercados, con lo cual no pueden negarse a aceptar las listas de precios con aumentos que les presentan sus proveedores.

Así se da la paradoja de que los congelamientos terminan siendo mucho más efectivos en las grandes cadenas, que tradicionalmente atienden a los clientes de mayor poder adquisitivo, mientras que los hogares más humildes por lo general hacen compras diarias en pequeños comercios y no se terminan beneficiando de este tipo de medidas.

En cualquier caso, lo que está en juego no es menor. Los grandes supermercados controlan aproximadamente el 40% de las ventas de alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza. El otro 60% se reparte entre los almacenes, autoservicios chinos, comercios barriales, perfumerías y quioscos. Estos comercios se abastecen básicamente a través de compras en mayoristas y distribuidores. Las únicas excepciones son algunos productos en los que las empresas fabricantes tienen montada su propia red de entrega en el punto de venta minorista. La lista incluye a las dos grandes cerveceras: Quilmes y CCU, las dos gaseosas: Coca-Cola y Pepsi (en realidad, los productos de esta última en Buenos Aires son fabricados y distribuidos por Quilmes) y los lácteos de La Serenísima (que a su vez son elaborados por dos empresas diferentes: Mastellone Hnos. y Danone Argentina, que comparten su sistema de distribución).

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