Apenas comenzó el nuevo año, nuevamente la violencia crece sin parar en nuestra provincia. Pareciera mentira, pero ni siquiera la esperanza de un nuevo inicio tras un 2020 lamentable hace que los crímenes se detengan en Tucumán. Y es que no se trata de que las cosas cambien sin antes hacer algo al respecto. Ese es el problema: que el ministro de Seguridad provincial, Claudio Maley nada hace al respecto y la sociedad se pregunta hasta cuándo seguirá sin mover un dedo.
En ese sentido, desde Tucumán Despierta dimos cuenta el pasado sábado acerca de una mujer embarazada que fue asesinada por alguien que hasta el 31 de diciembre se encontraba preso, entre otras cosas, por tentativa de homicidio. Pareciera una burla del destino de parte de la Justicia que liberó a alguien así, quien a las pocas horas no sólo asesinó a una mujer, sino que también provocó la muerte del niño en su vientre a un mes de nacer.
Para colmo, cuando fueron a apresarlo, se dieron cuenta de que poseía droga por un valor de medio millón de pesos. ¿Acaso la Justicia no lo sabía o decidió mirar al costado de todos modos para privilegiar una vez más a los delincuentes y asesinos? Desde este medio hicimos durante mucho tiempo hincapié en el lamentable papel que le toca jugar a la Justicia en lo que hace a la pandemia de inseguridad que padece Tucumán.
En ese marco, no fue casualidad que durante todo el 2020 desde este medio hiciéramos hincapié en algo que parece resbalarle a las autoridades provinciales. Es justamente el hecho de que el año pasado fue el más sangriento de toda la década en Tucumán, debido a que se cometieron 158 crímenes. De estos, un tercio de las muertes se produjeron en ocasiones de robo, es decir, a causa de la inseguridad que se vive en la provincia.
Pero el otro dato que pasa desapercibido para las autoridades gubernamentales, es el hecho de que casi el 70% de los asesinatos restantes se dio en el marco de riñas entre familiares o vecinos. Un dato tan contundente como este da cuenta de la creciente violencia que se ha instalado en Tucumán y que se agravó durante el tiempo que duró la cuarentena implementada por el gobierno nacional. Lo que resultó un verdadero fracaso en materia de política sanitaria.
Sin embargo, el gobierno provincial nada hace al respecto y mucho menos interpelan al ministro de Seguridad, Claudio Maley. Por el contrario, hemos hecho hincapié siempre en la protección que este mediocre funcionario tiene de parte del poder político a pesar de su lamentable e ineficiente tarea en lo que respecta a la protección de los ciudadanos de Tucumán, que padecen a diario la inseguridad en la provincia.
Apenas unos cuantos días desde el comienzo del 2021 pone en jaque nuevamente la seguridad y la vida en Tucumán. Sin embargo, Claudio Maley continúa sin ser interpelado por esta realidad. Por lo tanto, sería prudente considerar de parte de la sociedad, la necesidad de exigir seguridad a un estado provincial al que no le importa, debido a que se ellos manejan con guardias privados, mientras que el pueblo queda a la buena de Dios.
