Seis personas sin vida fueron encontradas entre los escombros del edificio colapsado la semana pasada en Miami-Dade. Por el momento, las autoridades han notificado 18 fallecidos, dos de ellos son niños, según anunció este miércoles 30 de junio la policía del condado.
A pesar de las malas noticias, las autoridades siguen teniendo la esperanza de encontrar a supervivientes entre las ruinas. Las cifras que manejan los rescatistas invitan a la esperanza, especialmente gracias a los nuevos equipos de búsqueda y quita de escombros, con los que se esperan encontrar túneles de aire que le sirvan a las personas atrapadas para respirar. Pero lo cierto es que desde las primeras horas del colapso no se ha vuelto a encontrar a ningún superviviente. Miles de toneladas de hormigón pulverizado, hierro y madera de los 12 pisos y los sótanos cayeron sobre el mismo perímetro, algo que dificulta la labor de los rescatistas debido a la ingente cantidad de material que deben retirar.
Dos equipos de perros buscadores han sido desplegados: uno para encontrar a posibles personas vivas y otro para localizar a los cadáveres de las víctimas. A estos esfuerzos de las autoridades del área metropolitana de Miami-Dade y Florida se han sumado profesionales provenientes de Israel y México.
El alcalde de Surfside, el distrito donde colapsó el complejo de apartamentos, se mostró esperanzado de tener buenas noticias. “No hemos llegado al fondo. No sabemos qué hay ahí abajo”, aseguró Charles Burkett en rueda de prensa.
A ello rechazó cualquier posibilidad de abandonar las labores de rescate: “no vamos a adivinar. No vamos a tomar una decisión de vida o muerte para dejar de buscar arbitrariamente a personas que puedan estar vivas entre esos escombros”.
Entre las personas que están desaparecidas y las víctimas confirmadas hay numerosas familias enteras
