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Dos hallazgos aumentan el temor por el destino de la tucumana desaparecida hace casi dos meses en Catamarca

La joven Eugenia Olivera está desaparecida desde julio. Ahora hallaron un anillo y un aro en el lugar donde hace días descubrieron restos óseos calcinados.

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Descacharreo

Un anillo y un arito hallados en la zona de rastrillajes en donde el martes se encontraron restos óseos calcinados son indicios claves en la investigación por la desaparición de Eugenia Olivera en Andalgalá, Catamarca.

Es que con esos objetos la fiscalía cuenta con un elemento puntual para determinar que se trata de la mujer buscada, mientras espera los resultados de ADN solicitado.

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En ese contexto, el hallazgo de esos elementos, más otros secuestrados en allanamientos, registros domiciliarios y toma de testimonios llevó a la fiscal Soledad Rodríguez a ordenar que la expareja de Olivera, Eliseo Guerrero (33), pase a calidad de detenido.

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Hacia la noche del miércoles, la fiscal analizaba todos los elementos de pruebas reunidos para determinar la calificación con la que imputará al sujeto, quien se encuentra alojado en la comisaría de Andalgalá.

Una vez que confirme la imputación, Guerrero será indagado, en donde podrá declarar o abstenerse según lo indique el abogado que designe o el que le provea el Estado.

El hallazgo de los restos óseos fue realizado el martes por la tarde por personal de la División Homicidios en una zona conocida como Agua Salada, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Andalgalá, al margen de la ruta provincial 46.

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El sitio puntual está ubicado a unos 300 metros adentro desde la ruta, ingresando por un portón tipo tranquera.
Personal de Homicidios y de la comisaría departamental llegaron allí tras contar con testimonios puntuales que lo ubicaban a Guerrero en el lugar.

Según se conoció, uno de los testimonio reunidos por los investigadores señaló haberlo parado en la ruta junto a una moto. Habría estado en el lugar junto a Eugenia.

A ese testimonio se suma otra de una persona de Belén que señaló también haber observado a Guerrero transitando por ese lugar.

Esos testimonios llevaron a los pesquisas a registrar el lugar, se trabajó toda la siesta y tarde del martes. Finalmente al atardecer se encontraron los restos. Sin luz del día se dejó la zona cercada y custodiada y el miércoles a la mañana se continuó el trabajo. Así, se hallaron más elementos, el anillo y un arito.

Ambas cosas fueron reconocidas por amigas de Eugenia, además de encontrar fotos de ella en Facebook utilizando esos elementos.

El inicio de búsqueda de Eugenia fue por un posteo en Facebook realizado por una amiga de Tucumán de la joven.

“Ella es una amiga de la infancia de Tucumán. María Eugenia Olivera vive en Catamarca, Andalgalá. Supuestamente dicen que viajó a Tucumán para visitar amigas, otros, que vino a buscar empleo pero su última conexión de whatsapp fue el 16 de julio. Nunca más escribió.

Desde julio no se sabe nada de ella, aquellas personas o amigos cercanos que la hayan visto o estado con ella por favor comunicarse conmigo por MP. Tiene 3 hijos y jamás los dejaría solitos. Gracias”, era el posteo desesperado de una de las amigas de Eugenia realizado el lunes.

La fiscal de Andalgalá tomó conocimiento de la situación y ordenó medidas inmediatas. Las primeras informaciones de calle reunida por el personal policial de Andalgalá instó a la fiscal a convocar a personal de la División Homicidios.

En paralelo, ordenó el arresto preventivo de la expareja de Olivera, al determinar que en febrero de este año el hombre había estado detenido por violencia contra Eugenia, ella lo había denunciado.
Asimismo los testimonios de amigos, conocidos de la joven afianzaron más la hipótesis de la pesquisa: que se encontraban ante una presunta muerte violenta, en la que el principal sospechoso era Guerrero.

El ahora detenido nunca realizó la denuncia por la desaparición de Eugenia, madre de sus tres hijos. Al contrario, según los testimonios, brindó distintas informaciones en cuanto a dónde estaba ella ante la pregunta de quienes la conocían y comenzaron a notar su ausencia.

Lo grave del hecho es que nadie, ni amigas de Eugenia, ni el área de Dirección de Mujer, Niñez y Familia advirtieron que algo no estaba bien, más si Eugenia estaba siendo monitoreada por el área desde febrero cuando ella lo denunció.

Otros de los elementos, que Guerrero tenía entre sus pertenencias en la vivienda allanada, son la documentación de Eugenia, sus tarjetas de cobro. A todos les habría manifestado que ella había viajado. Lo macabro: el siguió su vida normal.

Eliseo Guerrero, su ex marido, fue arrestado y sindicado.

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