La mañana día lunes comenzó con un alfarismo que, ni lerdo ni perezoso, volvió a sacar a la cancha a uno de sus sabuesos para que a puro ladrido defienda la pésima gestión del oficialismo capitalino.
Fue entonces que el secretario de Obras Públicas municipal, Alfredo Toscano, no tuvo mejor idea que culpar a los festejos. Pretendería justificar una nueva y millonaria inversión en la plaza Independencia usando como excusa la fiesta que se vivió en la consagración de Argentina Campeón del Mundo. En ese sentido, cabe recordar que Alfredo Toscano se encontraba hace varios meses “desaparecido de las calles de la ciudad ”.
Y es que desde aquella vez del viaje a Miami con dólares que escaseaban en el país, el funcionario capitalino permanecía oculto en alguna guarida. Justo cuando “escapaba” de otro escándalo como lo fue el del desastre de la plaza Independencia cerrada durante meses, además de los 400 millones de pesos que nunca fueron justificados. Pero el caso es que, sin ningún tipo de vergüenza, ahora pretendería seguir facturando.
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Y para ello, sólo atinan a poner como excusa la fiesta que se vivió en todo el país y que, por supuesto, tuvo su correlato en el principal paseo de la provincia. Para colmo, mientras las autoridades municipales criticaron lo que consideraron vandalismo en la plaza Independencia, en Casa de Gobierno consideraron que hubo un buen comportamiento de parte de la gente en los festejos.
Durante la mañana, el secretario de Obras Públicas de la Capital, Alfredo Toscano, lamentó los daños que sufrió la restaurada estatua de la Libertad de Lola Mora. También por la sustracción de cables y otros elementos, como también por la rotura de luminarias. En ese sentido, queda claro que no se trataría más que de un “bebito” que sólo atina a quejarse a modo de preparación del terreno para hacer de las suyas.
“Nos llevó muchos años hacer un trabajo sobre la estatua y el basamento. Ahora está manchada y ultrajada”, comentó Toscano en lo que fue una clara alusión a la oportunidad de volver a gastar de forma injustificada e innecesaria dinero de los vecinos de la capital. Lo cierto es que, una vez más, en la administración del intendente Germán Alfaro se lavan las manos.
Es decir, una venta de humo. En esa línea, el funcionario planteó: “nos pasan estas cosas y nadie ve. Esto fue frente a la Casa de Gobierno y a 200 metros de la Comisaría Primera. Sacar una baldosa de esas no es fácil, hace mucho ruido. Me niego a creer que los oficiales que cuidan la Casa de Gobierno no ven absolutamente nada”. Además, aseguró que “más que vandalismo y robos, es sabotaje al espacio público”.
De esta forma, el funcionario hizo gala de un alfarismo explícito. Y es que dejó en claro con su accionar que la gente poco y nada le importan. Mientras la sociedad sufre las penurias sociales y económicas, mientras observa impotente cómo la canasta básica de alimentos sube sus precios generando más pobreza, a Toscano sólo le interesa invertir más dinero de los contribuyentes en la plaza Independencia.
Esta no es la primera vez que la plaza habría sufrido destrozos. Mucho menos es la primera vez que el alfarismo se lava las manos y culpa siempre a otros. Recordamos que hace unos meses atrás resultó tan llamativo el hecho de que Toscano no tuviera inconveniente alguno a la hora de conseguir los dólares que quiso para ir hasta Miami de vacaciones en un viaje de placer.
Todo dentro de un contexto cada vez más difícil desde lo económico. Pero claro, difícil para la ciudadanía. En cambio, Toscano en un abrir y cerrar de ojos consiguió lo que pretendía. Ahora bien, cabe preguntarse entonces: ¿De dónde obtuvo los dólares este funcionario cuando nadie más puede conseguirlos?, ¿Tal vez con la compra ilegal y no registrada de la moneda extranjera?, porque por la vía legal es imposible obtener un mísero dólar.
Para colmo, el puesto que ocupa Alfredo Toscano se presta para muchas suspicacias. Justamente, el funcionario es nada menos que el titular de la Secretaría de Obras Públicas de la capital, una que, lejos de exhibir infraestructura que descomprima la descomunal saturación de la ciudad, sólo cuenta emprendimientos polémicos como la de la plaza Independencia que costó $400 millones, o la de la peatonal o la de las esferas de piedra inútiles de calle 25 de Mayo que luego fueron retiradas.
Y es que la intención de inyectarle dinero a la plaza Independencia resulta grave, ya no sólo por el insensible pavoneo de Alfredo Toscano acerca de lo costoso en medio de una garrafal crisis económica y social como la que atraviesa el país. Sino que es todavía más gravoso el hecho de que se trata de quien podría estar valiéndose del dinero propio de la Secretaría de Obras Públicos como fondo de autofinanciamiento.
¿Acaso es casualidad que el único funcionario de Germán Alfaro que puede costear tamaño viaje de placer, tan caro como inoportuno, sea quien tenga a mano el presupuesto oneroso de las obras públicas ausentes en la capital? ¿Es acaso de allí donde Toscano obtuvo la financiación de su viaje a Miami? Esto último, configuraría un hecho de gravedad institucional mayúscula en verdad.
Y es que la cantidad de dinero invertida en peatonales, bolas de piedras gigantes, puentes sobredimensionados, etc. dan cuenta de las erradas prioridades que ostentan. No en vano, siempre se le endilgó con toda razón al alfarismo en general y a Alfredo Toscano en particular, la enorme erogación de dinero que se destinan en obras insignificantes dentro de las cuatro avenidas.
Mientras que los barrios capitalinos al sur de la ciudad sufren inseguridad y el colapso de la infraestructura de servicios. En ese marco, la fortuna destinada al “arreglo” de la plaza Independencia es una muestra de ello. Pero se trata de un Alfredo Toscano, mano derecha del propio intendente que hasta, incluso, suena como uno de los potables “herederos” a reemplazar a Germán Alfaro en la conducción de la intendencia, una gestión nacida para derrochar dinero de la gente.
