Una misión del Fondo Monetario Internacional llegará el martes que viene a la Argentina con el objetivo de dar comienzo a las negociaciones formales de un nuevo acuerdo con nuestro país acerca de un nuevo programa del FMI para apoyar el plan económico del gobierno. La incertidumbre pasa por aquello que le pedirá a la administración central en lo que hace al ajuste que seguramente solicitarán.
Según trascendió, la negociación de un nuevo acuerdo estará atravesado la discusión en torno a la emisión monetaria y a la reducción del déficit fiscal. Asimismo, desde el organismo multilateral se señaló además que se debatirá en torno a las medidas estructurales que considera necesarias implementar y que solicitará para el mediano plazo con el objetivo de anclar la estabilidad macroeconómica.
Según dijeron, el fin de lo que solicitarán será anclar la estabilidad macroeconómica y sentar las bases para un crecimiento inclusivo y sostenible. Al mismo tiempo, aclararon que no hay fechas establecidas para finalizar las negociaciones. Por su parte, la intención del gobierno nacional es extender el plazo de vencimiento del capital entre el 2021 y el 2023 y llevarlo al menos, por otros tres años, con el fin de que no se comience a pagar en el primer mandato de Alberto Fernández.
Ya durante la visita que una delegación en carácter exploratorio a modo de misión el FMI expresó su apoyo a la Argentina. Si bien destacó las medidas que adoptó el ministro Martín Guzmán para desandar parte del súper cepo implementado por el Banco Central, advirtieron que la situación es dramática, razón por la cual se hace harto necesario implementar medidas que permitan restaurar la confianza.
Y es que el gobierno pretende que el Congreso apruebe el presupuesto que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados, antes de que llegue la nueva misión del FMI. Además, desde el equipo económico se avanzaría en un proyecto de cumplimiento de metas plurianuales que Martín Guzmán quiere exhibir como una suerte de hoja de ruta para mostrar un camino de descenso gradual del déficit fiscal, debido a que es un pedido del FMI.
Consciente de que un exceso de emisión monetaria perjudica las posibilidades de estabilizar la economía y de lograr una reactivación sustentable cuando se termine la crisis global por la pandemia de coronavirus, Guzmán estaría dispuesto a darle con el gusto al FMI. Otro pedido del organismo internacional fue no dejar que se atrase el tipo de cambio oficial con el fin de poder conseguir más divisas genuinas que alienten el crecimiento de las exportaciones.
En ese marco, el ministro de Economía apuesta a que la brecha cambiaria seguirá el recorrido descendente que exhibió en los últimos días, a pesar de que eso implica emitir más deuda, con el fin de lograr más liquidación de divisas en el mercado formal. Y es que Guzmán está convencido de que con estas medidas de apertura parcial del cepo y menores restricciones para acceder al CCL, podrá pasar el verano si hay una señal de acuerdo con el FMI.
