Fue el primer orador en el acto por el Día de la Lealtad. Carlos Verna, gobernador de La Pampa, agarró el micrófono ante una multitud y, seguido por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, empezó con su discurso. Sin embargo, sus palabras sorprendieron por la efusividad y, también, por la honestidad brutal. Sin vueltas, dijo que los políticos “siempre caen parados”, por eso hay que “pensar en la gente que se cag… de hambre”.
“Hay que trabajar juntos. Si hay que tragarse sapos, a tragarse sapos. Nosotros los dirigentes siempre caemos parados. Siempre tenemos un cargo, un amigo, una asesoría, un palenque donde rascarse“, afirmó el gobernador ante la mirada de los candidatos de Frente de Todos.
Luego, continuó explicando su punto de vista. “El problema es la gente, los millones de argentinos que pasan hambre, los que no comen, los que van a los comedores porque no pueden estar en la casa, las familias que pasan frío en la calle”, sostuvo y apuntó, sin filtro, contra el presidente Mauricio Macri. “Él habla de que acá fabricamos alimentos para 400 millones de habitantes pero hay millones de chicos que se cag…n de hambre en la Argentina. Militemos y llevemos a Alberto al Sillón de Rivadavia, al peronismo al lugar donde siempre debió estar”, cerró.
Minutos después, Cristina agarró la posta y volvió a apuntar contra el mandatario, aunque sin nombrarlo. “Últimamente hay mucho machirulo suelto, pero las mujeres peronistas somos fuertes. Después de Evita ningún machirulo está con nosotras”, subrayó, en clara alusión a los dichos del Presidente, que esta semana había dicho que “las mujeres gastan con la tarjeta de crédito y después te ejecutan la casa”. Si bien después se disculpó, la senadora aprovechó el acto para volver a poner el tema en escena.
