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En Yerba Buena subestimamos el dengue y la epidemia nos pasó por encima”, dijo el subdirector del Carrillo

Carlos Viejobueno cuenta que a diario atienden a 30 o 40 pacientes por la enfermedad

OPERATIVO MUNICIPAL. En Yerba Buena se realizan a diario tareas de fumigación en diferentes puntos de la ciudad para combatir el Aedes aegypti.
Descacharreo

“No entiendo cómo me pudo pasar a mí”, dice Pilar Moreno, de 42 años, vecina de un barrio cerrado de Yerba Buena, ubicado en La Rinconada. “Dos días seguidos vino una camioneta de la Municipalidad a fumigar. Al tercer día, hice desinfectar en forma particular. Y lo mismo me agarró esta maldita enfermedad”, reniega, mientras espera que le pasen los insoportables dolores en los huesos que ocasiona el dengue, patología que transmite el mosquito Aedes aegypti.

“Me siento muy débil. Ni siquiera puedo caminar, porque estoy tambaleándome”, confiesa el presidente del Concejo Deliberante de Yerba Buena, Rodolfo Aranda, que también se vio afectado por la enfermedad.

Fumigación y Limpieza

En las últimas dos semanas casi se triplicaron los casos de dengue en Yerba Buena, a tal punto que se ha convertido en la tercera localidad de Tucumán más afectada por la epidemia (después de la capital y de Lules). Hasta comienzos de abril, la “Ciudad Jardín” tenía una tasa de 27,8 casos por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con el informe del Siprosa. Luego esa tasa saltó a 53,6 y en la última semana, a 75,4.
Carlos Viejobueno, subdirector del Centro de Salud Ramón Carrillo, les da forma a esos números en el mapa de Yerba Buena: hasta hace 15 días la epidemia estaba muy focalizada en la zona de San José, y ahora prácticamente abarca toda la ciudad.

Movilidad Urbana

En ese centro asistencial -el más importante de la “Ciudad Jardín”- atienden entre 30 y 40 pacientes a diario con la enfermedad (nuevos casos y por control). “Vienen de todos lados: de La Rinconada, de la zona de la Plaza Vieja, de La Hoya, de El Corte. Y eso que sabemos de muchos pacientes que se están atendiendo en el ámbito privado y que no todos denuncian los casos a Epidemiología como debe ser. Esto genera que haya un subregistro de casos”, resalta el médico.

PLANIFICACIÓN. Las tareas de fumigación se hacen según las necesidades.

Para los yerbabuenenses, esta situación no tiene precedente. En la primera gran epidemia que sufrió Tucumán, en 2009, sólo notificó 31 casos. ¿Qué pasó esta vez? Según Viejobueno, la mejor explicación es esta: “subestimamos la enfermedad”. “Se menospreció mucho el tema del dengue, tanto las personas como la comunidad médica. Estábamos más pendientes del coronavirus, y el dengue nos pasó por encima”, reconoce.

Mito vs realidad

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Viejobueno se refiere al mito que asocia el dengue con la pobreza y el descuido. “Nos creímos eso”, puntualizó. “Notamos que hay un gran desconocimiento y desinformación. Cuando llegan los pacientes y charlamos, vemos que no tenían noción de lo que debían hacer para cuidarse del mosquito. Te dicen que fumigaron muchas veces, pero nadie habla de la responsabilidad que es no tener en casa recipientes que puedan acumular agua y servir de criaderos de mosquitos. Después de explicarles, te dicen: yo no tenía idea de esto”, destaca el médico, que se mostró en contra de las pulverizaciones con químicos porque destruyen el medio ambiente y es muy poco lo que pueden aportar para prevenir el dengue.

Cómo tratan al paciente

Romina (26 años) llega por tercera vez a la guardia del Carrillo. Esta vez es para acompañar a su hijo menor, que está con mucha fiebre y dolor de cabeza.

“La primera en tener dengue fui yo, hace más o menos dos semanas. Empecé con dolor de cabeza, fiebre, chucho y muchos dolores musculares. Recién me recuperé en estos días”, relató la joven madre, que vive en la zona de la Plaza Vieja. “Hay pérdidas de agua y basura; tal vez eso haya ocasionado muchos casos. Poca gente vino al hospital, sólo los que estaban mal”, resalta, y se queja porque en Yerba Buena se dispararon los precios del repelente.

Según comentó el subdirector médico, cada paciente que llega al Carrillo con síntomas de la enfermedad es evaluado y se le realizan exámenes de laboratorio para saber cómo están sus plaquetas. “Hoy se sabe que en cualquier persona el cuadro se puede agravar y causar hemorragias. De acuerdo con estos estudios y si el paciente tiene o no factores de riesgo se determina si debe volver a control a las 24, 48 o 72 horas. También hacemos seguimientos telefónicos. Estamos viendo más casos con signos de alarma de los que se puede esperar para esta enfermedad”, explica.

Las señales a las que hay que estar muy atentos porque pueden traer complicaciones son: dolor abdominal, diarrea y vómitos, señala Viejobueno, e insiste en que los vecinos no deben confiar a ciegas en las fumigaciones y tienen que redoblar los esfuerzos para eliminar los criaderos del mosquito en su casa y en su barrio.

Aedes Aegypti.
Cómo actúa el mosquito

El mosquito Aedes aegypti es de tamaño pequeño; no mide más de 5 mm. Es de color marrón oscuro y tiene rayas blancas en las patas. Se lo reconoce porque tiene un vuelo muy característico, como errante, parece que estuviera saltando en el aire. Es un mosquito que está activo en horas de luz, durante el día o cuando están las luces encendidas. Nos tiene que ver para picarnos.

Dónde vive: vos podés tener un criadero cerca

El mosquito Aedes aegypti no suele volar más de 40 metros a la redonda. Por eso, si uno encuentra uno de estos insectos en la casa quiere decir que muy cerca tiene que haber algún criadero: un recipiente con agua. No sólo se crían en agua limpia, sino también en recipientes con líquido sucio y estancado hace mucho tiempo, como baldes, botellas, tachos de pintura y cubiertas abandonadas. No lo hacen en charcos, lagunas o zanjas.

Prevención

  • Eliminar recipientes en desuso que puedan acumular agua (latas, botellas, neumáticos) y dar vuelta baldes, palanganas y tambores.
  • Usar en los floreros geles o arena húmeda en lugar de agua.
  • Mantener los patios y jardines desmalezados.
  • Usar repelente.
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