A poco más de dos semanas para entregar el mando del municipio de San Miguel de Tucumán, el intendente Germán Alfaro dio una extensa nota al matutino de mayor tirada de la provincia y que más blindaje le brinda, en la que dejó varias definiciones. En ese marco, cabe mencionar que el intendente intentó despegarse de las acusaciones por su pésima gestión que publicó Tucumán Despierta el domingo pasado.
En primer lugar, se refirió a los ingresos y egresos del municipio. Acompañado del secretario de Ingresos Municipales, el legislador electo Claudio Viña, y munido de documentos que le dejó al entrevistador, aseguró que, entre ingresos de coparticipación federal, provincial y recaudación, el municipio tiene a disposición 5.216 millones de pesos mensuales. De ello, 1.435 millones se destinan a la planilla salarial del Ejecutivo (es decir, dejando afuera al Concejo Deliberante).
Alfaro y Viña sacaron pecho al mostrar estos números. El secretario señaló que “debe ser récord en el país por lo bajo de la incidencia en los ingresos, es apenas del 27,5%, cuando la mayoría de los estados, sean municipios o provincias, andan en el 60 o 70%”. “Cuando llegás al 50%, se prende la luz amarilla; un 51%, luz roja”, explicó Alfaro. Otro dato que genera controversia en torno a la situación del municipio es la cantidad de personal en planta.
Alfaro desmintió que haya nombramientos masivos (“sería irresponsable de mi parte”) y dio el número exacto de empleados, incluyendo a los permanentes, a los temporarios y a los funcionarios: 6.753 personas. Aclaró que “lo que sí hicimos nosotros es titularizar gente, por ejemplo, de la Policía Municipal y la gente del Centro de Monitoreo” y que “son entre 250 y 300 personas en cada uno de esos lugares”.
Recién sobre el final de la nota reconoció que tiene “problemas en la Asistencia Pública”, en relación a las protestas de 15 empleados del centro municipal, cuyos contratos vencen en octubre. También informó que solo queda una deuda corriente de 600 millones de pesos que no pudo ser cancelada por son expedientes que tienen que cumplir con todo un ciclo antes de que se liberen los fondos: “No hay gastos discrecionales. No se paga con plata en mano, es con libramiento y con cuenta bancaria”, aseguraron.
Alfaro enumeró las obras que realizó durante su gestión y resaltó “la revalorización del Mercado del Norte”, edificio que aún se encuentra cerrado. Según el intendente, esto se debe a que “hubo egoísmo del gobernador (Juan Manzur), que no quería que yo inaugure nada”. Adelantó que eso lo inaugurará la intendenta electa, Rossana Chahla. Justamente sobre el vínculo con su sucesora, afirmó que recibió una llamada de ella el 14 de agosto, “muy afligida”, y que él le sugirió que primero se reunieran los equipos de cada uno y luego una reunión entre sí.
“Yo quería explicarle, porque el manejo de la administración pública tiene sus vericuetos, que uno tiene que aprender y es feo aprender durante la gestión, yo tuve la oportunidad de ser secretario durante la gestión de Domingo Amaya, entonces cuando llegué a intendente ya sabía cómo era la cosa”, indicó. En otro pasaje, contó cómo era su rutina al frente de la municipalidad: “Llegaba 8.30, desayunaba y llamaba al secretario de Hacienda y después corroboraba con Viña, qué ingresaba y qué había que pagar. Todos los días llegaba la planilla con gastos”.
Sin embargo, esta reunión ya no se concretará por problemas de agenda del intendente: “Tengo que ver al arzobispo, al presidente de la Corte, tengo que ir a la FET, un poco para despedirme”, se excusó. Dejó también un mensaje de calma para Chahla: “Quedate tranquila, no voy a hacer chanchadas”. Sobre su futuro inmediato, Alfaro dijo que va a seguir en política, ya que lidera el Partido por la Justicia Social (PJS).
Consultado sobre si quienes ingresaron a concejos deliberantes o la legislatura seguirán encolumnados detrás de él, se mostró desconfiado: “Eso ya es cosa de cada uno. Vos estás donde estás cómodo. Es lógico y natural que cada uno tengas sus aspiraciones”, aseguró y aprovechó para comprometer públicamente a Viña, al decir que “sé que Claudio va a seguir, por ejemplo”. En un curioso cálculo, afirmó ser la segunda fuerza de la provincia, a pesar de que perdió la interna de Juntos por el Cambio ante la Unión Cívica Radical (UCR). También dijo que “en el resultado final, yo gané, porque tengo amigos legisladores, amigos concejales”.
Precisamente, sobre sus aliados radicales, no habló en los mejores términos. Dijo que “no les gusta el poder”, a diferencia de él, que es “un animal político por el poder, que cuando muerdo, muerdo sangre, siempre me juego a todo o nada”. No quiso negar que lo hayan boicoteado (“yo soy un caballero en política”) y reinvidicó el haber volteado la candidatura de Manzur, lanzando un dardo al resto de JxC: “Nadie quería acompañarme, son cosas que las hacés por convicción”.
