Al menos parte del poder político que está detrás de Chocolate Rigau y sus 48 tarjetas de la corrupción acaba de recibir un golpe que podría ser de nocaut: finalmente, y a casi un mes de haber sido liberado, la Justicia volvió a ordenar que el puntero massista vuelva a la cárcel. En otra decisión que suma complicaciones para él, además se puso nueva fecha para una pericia clave: la apertura de su teléfono celular se hará el viernes próximo, dos días antes de las elecciones presidenciales.
“En realidad no tuvimos que ordenar una nueva detención de Rigau, ya que ni bien el Tribunal de Casación Penal reactivó la causa y contradijo el escandaloso pedido de nulidad que hicieron dos camaristas, el arresto del imputado volvió a estar vigente”, explicaron este viernes a Clarín fuentes inobjetables de la Justicia de Garantías bonaerense.
Así, para salir a buscar y atrapar a Rigau, la fiscal Betina Lacki sólo tuvo que esperar la notificación del fallo que este jueves firmaron los magistrados María Florencia Budiño y Fernando Mancini. Aunque en realidad fue el juez de garantía Federico Atencio quien le recordó a la Fiscalía que pueden arrestar a Chocolate con el anterior pedido de captura.
La casa de Chocolate Rigau en La Plata donde en la noche del jueves fueron a arrestarlo. No estaba: alguien le habría avisado.
Ambos jueces de Casación Penal, última instancia antes de la Suprema Corte provincial, habían revocado la sorprendente decisión de anular la causa y liberar a Chocolate, tomada por los camaristas con demasiada relación con el poder político bonaerense, Juan Alberto Benavides y Alejandro Gustavo Villordo.
A las 23.15 del jueves, la Policía Bonaerense llegó a la casa de Rigau, ubicada en la cuadra de la calle 141, entre la 521 y 522. Si bien es un barrio de trabajadores relativamente humilde, el frente de la casa del puntero está bastante deteriorada.
Pero el puntero no estaba ahí. En la Fiscalía aún no consideran a Julio Rigau como prófugo. “Cuando certifiquemos algunas direcciones más, ahí si vamos a considerarlo profugado”, aclararon a este diario.
Julio Chocolate Rigau junto al que sería su jefe: el concejal massista Facundo Albini.
Y agregaron: “Cuando queremos atrapar a alguien, obvio que no vamos a tocar el timbre. Aún así somos muy respetuosos de los allanamientos, sin perder nunca de vista que el objetivo es la aprehensión”.
A Rigau lo seguirán buscando el resto de este viernes, aunque los investigadores ya le admiten a Clarín que lo más probable es que no lo encuentren.
“Excepto que lo convenzan de entregarse porque ser prófugo le va a jugar en contra”, sostienen.
En la casa de Chocolate Rigau funcionaba un merendero trucho. La Justicia cree que se usaba como fachada para poder cobrar los contratos de la Legislatura bonaerense.
A Chocolate lo atraparon con $1.200.000 que había extraído de las tarjetas de débito de gente contratada en la Legislatura provincial. Se estima que sacaba unos $27 millones mensuales y su terminal política es el concejal massista Facundo Albino, que busca renovar su banca en la ciudad de La Plata en el tercer lugar de la lista kirchnerista que encabeza el ministro de Seguridad de Axel Kicillof, Julio Alak.
Tanto Facundo Albino como su padre Claudio, el cerebro del grupo político, no dijeron una sola palabra desde que atraparon a Chocolate.
“A este pendejo me lo metió Sergio (por Massa)“, aseguran haberlo escuchado a Alak en medio de varios insultos.
Noticia en desarrollo.
