Parece que algo se rompió entre el oficialismo y la Corte Suprema de Tucumán. Y es que una relación que hasta parecía espuria, luego de la denuncia realizada por el camarista Enrique Pedicone, en contra del vocal del máximo tribunal, Daniel Leiva, parece resquebrajarse. Ahora la disputa se centra en el enfrentamiento entre el ministro Pupilar y de la Defensa, Washington Héctor Navarro Dávila, y la titular de la Corte, Claudia Sbdar.
Cual tormenta perfecta, esta crisis tiene lugar en el marco de una profunda degradación institucional, en donde el poder político tiene a su merced al Poder Judicial, cuya independencia brilla por su ausencia. En ese contexto, Navarro Dávila embistió contra Sbdar y le hizo fuertes acusaciones, algunas de ellas que podrían valerle al ministro alguna sanción si lo encuentran responsable de haber caído en algún tipo de violencia de género.
Y es que el ministro, le endilgó falta de equilibrio emocional a la presidenta de la Corte, pero, además, le realizó una especie de ultimátum por escrito al darle apenas un plazo de 24 horas, para que informe si las declaraciones periodísticas que habría realizado Claudia Sbdar fueron reales. Y es que la titular del alto tribunal se habría referido a una denuncia que habría llevado a cabo el ministro de Defensa.
Puntualmente, la presidenta de la Corte habría expresado, que la denuncia del ministro acerca de que las notas de su procedencia no recibían respuestas era una acusación infundada y de ininteligible finalidad. Claramente, esto molestó a Navarro Dávila quien le cuestionó a Claudia Sbdar hasta el uso del derecho a la libertad de expresión, debido a que le reprochó lo que consideró realizar declaraciones en forma intempestiva.
Además, apuntó contra ella agregando que sus dichos son “irreflexivos y carentes de prudencia”. Pero lo más grave es que la trató de mentirosa al acusar de haber faltado a la verdad cuando manifestó que las notas que él le envió, fueron respondidas en su momento. Incluso, espera que la presidenta de la Corte se retracte de forma pública y que hasta se disculpe, en lo que no es ni más ni menos que un furibundo enfrentamiento entre Sbdar y Navarro Dávila.
Como si eso no fuera suficiente, el ministro de Defensa amenazó a la titular de la Corte con formularle una querella criminal si no procede a subsanar lo que él considera ofensas y descalificaciones infundadas. Parece demasiado para apenas un comentario al pasar, que supuestamente Claudia Sbdar habría realizado a la prensa. Sin embargo, algo más habría debajo de la superficie en lo que hace a esta crisis desatada.
Algunas especulaciones podrán decir que desde el poder político habrían mandado a Navarro Dávila a pegarle verbalmente a la cabeza del Poder Judicial. ¿Habrá sido un modo de marcar la cancha ante una hipotética, aunque improbable, ruptura de la cadena de vínculos espurios entre el Poder Ejecutivo y Legislativo, por un lado, y la Corte Suprema, por el otro? El tiempo dirá si este episodio aliviana o profundiza todavía más la crisis institucional que atraviesa la provincia de Tucumán.
