Claramente el 2020 se trató de un año fatal y sobre llovido, mojado dice la frase. En la noche de ayer, Tucumán sufrió una tormenta como hacía mucho no sucedía. Pero más allá del evento meteorológico en sí mismo, una tormenta como la atravesada en nuestra provincia, anegó totalmente a un distrito que viene de las dos últimas décadas en un estado de abandono a causa de la desinversión.
Entonces cabe preguntarse cómo es posible que habiendo contado Tucumán con la mayor cantidad de dinero en la historia que recibió de los gobiernos kirchneristas desde el 2003 en adelante, no se haya invertido nunca en absolutamente nada que tenga que ver con las obras necesarias para evitar el desastre de ayer. De esta forma, hoy siguen pagando las consecuencias de estas políticas los ciudadanos.
Justamente, los mismos que, además, de tener que sufrir las penurias propias de un año en el cual la pandemia hizo estragos en materia sanitaria y económica, vieron cómo se fundieron los negocios, comercios, empresas y la pérdida de trabajo. Además, de todo ello, fin de año se despide con una tormenta que inundó todo a su paso y cuyas consecuencias se deben a la mala política de los gobiernos provinciales.
Pero también le cabe responsabilidad en lo ocurrido a la intendencia de Germán Alfaro, debido a que el hecho de que los árboles que se cayeron sobre varios automóviles y sobre las calles, es injerencia de la municipalidad. Como así también es responsabilidad del intendente el no haber gestionado ante la SAT en lo que hace a los desagües. Cabe recordar al intendente capitalino haciendo campaña para su esposa, la diputada nacional Beatriz Ávila.
Y es que en todas las esquinas aparecen utilizando el tema de las cloacas, haciendo publicidad pidiéndole al gobernador que se haga cargo. Pero también Germán Alfaro se tiene que “hacer cargo”, debido a que la inacción de él hace que la SAT no haga nada tampoco. Y es justamente esa misma inacción la que hace que después cayeran los árboles y destruyeran autos y sólo gracias a Dios no tuvimos que lamentar una desgracia como la pérdida de una vida.
El punto es que todos los mandatarios quieren lavarse las manos pero son parte de una corporación de inoperantes, tanto a nivel provincial como municipal y en lo único que concuerdan es en echarse culpas cruzadas. Y mediante las peleas políticas y los intercambios de chicanas es como terminan ocultando su mediocridad e inoperancia. Sin embargo, la tormenta de ayer demuestra que “el sol no se puede tapar con un dedo”.
Si para muestra basta un botón, incluso hasta la misma peatonal Muñecas, la misma que fue remodelada por la municipalidad, es un desastre como lo atestiguaron anche los comerciantes de la zona. Y es que el agua de la tormenta que lo inundó todo, ingresó al interior de los locales comerciales hasta un total de diez centímetros de agua. Claramente no es la lluvia ni el clima, es la mala política de los gobiernos provinciales y municipales.
