Los precios de los alimentos se volvieron a acelerar durante la última semana, en contra de la idea de Sergio Massa de que la inflación debería mostrar una tendencia decreciente semana tras semana. De acuerdo a los últimos registros de la consultora Eco Go, los alimentos se encarecieron 2,6% durante la tercera semana del mes.
Va en el sentido contrario al efecto buscado por el Gobierno, que empezó a publicar la inflación semana a semana (lo hace todos los viernes), pero sin discriminar entre los distintos rubros. En la segunda semana de septiembre, la suba de los alimentos había promediado el 2,5%, y en la primera, el 2,1%.
Según Marina dal Poggetto, la inflación de los alimentos subirá al 13,1% este mes, un par de puntos por arriba del IPC, que debería llegar al 11,1%, según la consultora. Si fuera así, el Gobierno no podría mostrar buenos resultados antes de las elecciones. En agosto, la inflación fue de 12,4% y en el caso de los alimentos, del 15,6%, ligeramente por encima de las mediciones de este mes.
Las últimas mediciones de Eco Go remarcaron que los precios de los cortes de carne vacuna en las carnicerías subieron 3,4% durante la última semana. Desde que pasaron las PASO, el precio de la hacienda en pie en el mercado de Cañuelas ya cayó hasta 25% -dependiendo de las distintas categorías-, con lo cual los valores retrocedieron a los mismos niveles que tenían antes de la devaluación del 14 de agosto.
En la última semana, la caída de los precios llegó a la media res, que es lo que los frigoríficos les venden a las carnicerías. En este caso, la rebaja fue del 40%. Todo lo que había subido tras la devaluación de agosto. Los expertos creen que estas caídas se notarán en los precios de venta al público a partir de la semana que viene.
Hasta ahora, los carniceros se habían resistido a aplicar la baja argumentando que los demás costos de sus negocios se habían incrementado, desde el alquiler hasta los salarios y las tarifas. Pero, lo cierto, es que la baja de los precios se relaciona con el desplome en el nivel de consumo, que cayó entre 35% y 45% en las carnicerías del AMBA, dependiendo de los barrios.
Para tener una idea: tras la devaluación, los precios se incrementaron en torno a $1.000 por kilo, en promedio. De darse este escenario, el impacto sobre el índice de precios de septiembre será notorio. En ese marco, la carne tiene un peso de entre 7% a 13% en el IPC, según la región del país.
En lo que hace al AMBA, a esta zona corresponde el valor más bajo, según las mediciones del Indec. O sea, una baja del 10% de la carne corresponde a un descenso de 0,7% en el IPC. Para el Gobierno sería una muy buena noticia, en medio de una dinámica inflacionaria muy preocupante.