- Enseguida vamos a hablar de la expropiación de Vicentin, pero déjame que me tome unos segundos para contarte algo que sería divertido, si no fuera tan escandaloso y peligroso.
- Te lo anticipé desde el primer día. No bien se conoció la denuncia por presunto espionaje ilegal de la jefa de la AFI, Cristina Caamaño, quien presentó una lista de supuestos espiados entre los que me encontraría.
- ¿No será que algunos impresentables que aparecen en la misma lista se querrán presentar como querellantes para poder espiar mis mails, y eventualmente publicarlos, como un acto de venganza ordenado por Cristina Fernández, ya que la vicepresidenta sigue con la sangre en el ojo por la publicación de las escuchas legales (repito, legales) que hicimos en el año 2018?
- También informé de mi sospecha tanto al fiscal Jorge Di Lello como al juez Marcelo Martínez Di Giorgi. ¿Y que pasó ayer? En efecto, uno de los perritos falderos de Cristina, se presentó como querellante y pidió acceso a mi correo personal.
- Vamos de nuevo: pidió acceso irrestricto a mi correo personal.
- Le pidió a un juez federal permiso para revisar mi correspondencia, pero no solo eso, además chapeó con varios títulos que, en su caso, más que títulos funcionan como una patente de corso para hacer operaciones.
- El impresentable revolea la chapa de diputado nacional. Coloca sobre el escritorio del juez su comisión de miembro de la Comisión Bicameral de Fiscalización y Actividades de Inteligencia. Lo presiona. Le advierte que es un incondicional del bloque que lidera Máximo Kirchner.
- Más torpe y desesperado, no se consigue. Pero eso no es todo. Porque al mismo tiempo, en simultáneo, el senador Oscar Parrilli, el mayordomo político de Cristina, le pide al juez Rodolfo Canicoba Corral que reabra una causa que ya había cerrado. ¿Y para qué le pide que la abra? ¡Para tener acceso a mis mails privados!.
- ¿Y cuál es el argumento y la urgencia para pedir acceso a mi correo personal del exespía de la AFI de Cristina y del diputado nacional? El sujeto cree que allí encontrará evidencia de “un plan sistemático creado desde las propias agencias del estado con complicidad de periodistas para armar o formar una agenda pública de noticias judiciales para luego presionar a los jueces”.
- El perrito faldero de marras está cada día peor. Nunca le puede ir con una buena noticia a su jefa. Lleva años presentando falsas denuncias en mi contra. Y todas, no algunas, todas, resultan archivadas por inexistencia de delito. Y en los pocos casos que las causas se iniciaron me puse a disposición de la Justicia y fui sobreseído.
- En serio: acepten la recomendación y díganle a Cristina que se concentre en defenderse ante la Justicia. Y que no los use más para hacer cualquier mandado porque la terminan poniendo en ridículo.
- Y ahora vayamos al anuncio de expropiación de Vicentin.
- La expropiación de Vicentin significa muchas cosas, pero una, por sobre todas las cosas: el principio del fin del proyecto de Alberto como un presidente con autoridad. Un jefe de Estado que podía diferenciarse del chavismo ideológico de Cristina y de Máximo Kirchner. Hay varios indicios que prueban esta hipótesis.
- La caída de las acciones de las empresas argentinas en la Bolsa de Nueva York. El rechazo del proyecto incluso de Roberto Lavagna, que había aparecido el otro día en la foto con el Presidente, y había inyectado aire en los mercados y confianza en algunos votantes de Alberto Fernández.
- También demuestra la radicalización de Alberto, por su manera de presentarlo. Es tan desprolijo, tan ilegal, tan peligroso que no resiste la mirada de un pasante de un estudio jurídico. Y después hay hechos vergonzosos y escandalosos.
- Que lo haya revelado con un día de anticipación Amado Boudou, el hombre condenado por quererse robar la máquina de hacer billetes y él mismo haya dado detalles de un proceso de expropiación que se presenta como muy parecido al de Ciccone.
- Que Alberto no haya aprendido del desastre y lo oneroso que resultó y sigue resultado para los argentinos que el Estado se haya hecho cargo de empresas como YPF, Aerolíneas Argentinas y Ciccone, entre otras.
- Si hasta el patotero de Guillermo Moreno dijo que le parecía inconveniente y que no tenía idea de cómo lo podían hacer.
- El tuit de Lavagna fue lapidario: “No bastan el Estado y los amigos del poder para que las cosas salgan bien”, escribió el exministro. Pero detrás del intento de expropiación de Vicentin hay todavía un problema mayor. Están demasiado cebados.
- Van por todo y por todos, y, como no encuentran tanta resistencia, multiplican la apuesta hasta límites insospechados. Cuentan con el silencio empresario y sindical.
- Cuentan con el silencio de periodistas y medios que no quieren o no pueden levantar la voz y usan la pandemia y la cuarentena para decir y hacer cualquier cosa.
- El problema es que, cuando la pandemia termine y aparezca en la superficie el enorme daño que están haciendo, quizá sea demasiado tarde. Solo basta repasar los números de la economía en caída libre:
- Se espera un 50 por ciento de pobreza, una desocupación de dos dígitos, una caída del salario real del 10 por ciento, y una caída del PBI quizá superior a la de 2001. Y eso, sin empezar a hablar de la inflación.
Por: Luis Majul
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