Sandra Manzone no dejó tema sin tocar a lo largo de una charla con la prensa: el clima que se respira rumbo a las elecciones del 22 de octubre, su rol junto a José Cano en la Legislatura de Tucumán, dos temas que la preocupan sobremanera como el narcotráfico y el servicio de transporte público en nuestra provincia y las esperanzas puestas en el nuevo gobierno al mando de Osvaldo Jaldo: “Siento que soplan vientos diferentes y tengo la esperanza de que Jaldo escuche al Pueblo”.
A tres semanas de las elecciones del 22 de octubre, las encuestas buscan polarizar los comicios entre Javier Milei (LLA) y Sergio Massa (UxP), un escenario que la voz de la Coalición Cívica en Tucumán y defensora de la candidatura de Patricia Bullrich puso en tela de juicio: “Hace muchísimos años que las encuestadoras se vienen equivocando. Esta gran elección de Javier Milei nadie la esperaba, por ejemplo”.
“Ahora, rumbo al 22 de octubre, cuando me preguntan qué va a pasar en Juntos por el Cambio yo les advierto que fue una elección bastante pareja, con un punto de diferencia entre los candidatos. También recuerdo las elecciones de 2007 cuando a Elisa Carrió la daban cuarta y terminó segunda. Es decir: no hay datos certeros. Las elecciones son la voluntad del soberano en las urnas”.
“Y yo tengo muchas esperanzas. Sí, hay encuestas que buscan polarizar entre Milei y Massa, pero hay otras que dan a Patricia, quien con La Patoneta está recorriendo todo el país sumando a Horacio Rodríguez Larreta, quien en estos últimos días estuve apoyando mucho como tiene que ser en cualquier alianza y como debe ser: el que ha perdido acompaña”.
También habló sobre los últimos escándalos que se han suscitado en la oposición como el faltazo por vacaciones de la senadora Luxila Crexell que benefició al kirchnerismo en el pliego de la jueza Figueroa: “Lo de la senadora no tiene justificación. Cualquier justificación que pretenda dar es vergonzoso”.
Y Manzone dio un ejemplo propio como concejal de San Miguel de Tucumán: “Durante mi segundo mandato, nunca salí de vacaciones. La única concejal en enero en el despacho era yo. Hasta que en el año 2017 decido tomarme una semana de vacaciones porque no había sesiones. Pedíamos sesionar y no había sesiones. Entonces nos vamos a Río de Janeiro con una amiga. Cuando llegamos a Brasil, me dicen que hay sesión: me pasé 48 horas viajando para volver y estar en la sesión del jueves. Jamás falté a una reunión de comisión y mucho menos a una sesión”.
“Recuerdo que hice Río-San Pablo-Foz de Iguazú-Buenos Aires-Tucumán. Me salió más caro que todo el viaje, pero estuve el día de sesión. Mis compañeros me decían: ‘No vengas’. Pero yo tenía que estar. Para mí es un deber sagrado. Por eso lo tomo como un caso grave a lo de Lucila Crexell. Los contribuyentes son los que te pagan. Es imperdonable ceder la insistencia del kirchnerismo”.
“Y con respecto a lo de las tarjetas de Chocolate (Rigau) me parece bastante sórdido que no haya habido expresiones de diputados y senadores de la oposición ni del resto del arco político. Sí hubo denuncias de López Murphy y Tagliaficco, sí se ha pedido el jury de enjuiciamiento de Chocolate. Pero son estas cuestiones las que rozan tanto al oficialismo como a la oposición. Son cosas que pasan acá en Tucumán, claro que pasan acá. No sé si a ese nivel tan pornográfico con esa cantidad de millones, pero sí pasa”.
